Tomelloso

Nacho Vegas: "No pretendo hacer temas tristes pero vivimos en un mundo hostil"

La Voz | Lunes, 24 de Septiembre del 2018
{{Imagen.Descripcion}} Nacho Vegas Nacho Vegas

El cantante Nacho Vegas ha iniciado este fin de semana una extensa gira para presentar su último disco —'Violética' (Marxophone, 2018)— por varias ciudades del país, entre ellas Toledo el 27 de septiembre y Ciudad Real el 18 de octubre, ha afirmado que no pretende hacer canciones tristes pero "vivimos en un mundo hostil a muchas cosas que son el motor de nuestras vidas, como el amor o la música".

“A veces tenemos que lidiar con la infelicidad y muchas veces las canciones son las que nos hacen hablar de ella para ponérnosla enfrente y para poder combatirla”, indica Vegas en una entrevista con Europa Press, para añadir que eso está en el germen de muchas canciones y es “incómodo” hablar de cosas que dan pudor, que resultan vergonzosas, pero para eso existe la música y la literatura.

El cantante asturiano subraya que el compendio de estilos que se pueden encontrar en ‘Violética’ fue surgiendo en el proceso de maquetación, ya que tuvo más tiempo para tratar las canciones “con mimo”, y le interesaba que el disco fuera heterogéneo sin perder la parte personal de sus canciones, lo que tienen de reconocible de su estilo.

En este sentido, ha puesto como ejemplo a Stephin Merritt de Magnetic Fields, para asegurar que le gusta mucho cómo hace canciones de estilos diferentes y no pierde su personalidad. “Era lo que quería que ocurriera con este disco”, en el que están todas las músicas que le interesan sin renegar de las influencias que ha tenido desde muy joven y que son las que más le han marcado.

También afirma que ha mezclado en este nuevo trabajo un poco la música folk mediante las diferentes músicas tradicionales, como pueden ser las de su tierra y otros folklores, con música más vanguardista para poder comprobar “que son cosas que casan”.

Desde su punto de vista, no hay música rock y folk, sino que el rock no deja de ser una más de las vertientes de la música popular. “En el fondo todo es música popular y me interesaba jugar con esas dos visiones y mezclarlas”, subraya, a lo que añade que en el lado del contenido también ha hecho lo mismo con canciones más íntimas y canciones que apelan a lo colectivo o lo social.

No es “un acto de resistencia”

‘Violética’ es un álbum doble en su edición en CD y triple en su edición de vinilo, y Vegas confiesa que tampoco lo hizo con ese propósito y que no cree que en los tiempos en los que la música se consume más en formato digital esto suponga “un acto de resistencia”. “Uno hace los discos que cree que tiene que hacer y el disco pasó por diferentes fases”.

En concreto, explica que con este disco no funcionó dividir cada disco de forma diferenciada e hizo una secuencia como si fuera uno solo. “Por eso se puede escuchar de esa manera, aunque me preocupó que hubiera canciones que articulen las dos mitades del disco, y en este caso es la versión de Violeta Parra”, añade.

“Sigo concibiendo los discos como algo que se puede escuchar de principio a fin y cuido mucho la secuencia, y para la gente que quiera escucharlo de principio a fin ‘Violética’ supone un pequeño viaje en el que las canciones empiezan en un sitio y te van llevando a otros por diferentes recovecos y un sendero un poco espigado”, ha manifestado.

Un sendero en el que destacan tres canciones escritas de forma narrativa y a modo de crónica periodística como son ‘Crímenes Cantados’, en el que narra la historia de Samba y Mohamed en el Centro de Internamiento de Extranjeros de Madrid y que Vegas señala que escribió documentándose en artículos de prensa, testimonios de los familiares e informes policiales, y que se ciñe “bastante a la realidad” aunque es un tema “recreado mínimamente para no traicionar una historia tan terrible”.

También ‘Bajo el puente de L’ara’, una crónica negra basada en un suceso real que ocurrió en esa zona de Asturias donde ha llegado a vivir y donde asegura que “hay personas muy guapas pero bastante olvidadas”, como muchos prejubilados tras el cierre de las minas, gente que se busca la vida y gente que se va.

Por último, en ‘A ver la ballena’ asegura que es algo diferente, como “una especie de fabulación basada en una historia real” que ocurrió un siglo antes en el que está ubicado en el tema –a finales del siglo XIX– cuando apareció una ballena varada en la Plaza de San Lorenzo de Gijón y fue “el acontecimiento”.

“Me interesa mucho cómo se comporta la gente cuando está en masa, cuando es una turba”, apunta sobre esta canción, en la que también subyace “esa manera en la que los recursos naturales los convertimos en mercancía sin que se den cuenta quienes mercadean con ellos que son recursos finitos”. Algo que recoge igualmente en un descarte de ‘Violética’ que verá la luz próximamente con motivo del 20 aniversario de Ecologistas en Acción.

Más ambicioso y más trabajado

Con todo, Nacho Vegas asegura que este disco ha sido “un poco más ambicioso y mas trabajado”, al igual que “más completo” que los anteriores. Algo de lo que está “especialmente” contento, al igual que del ‘feed back’ que le está llegando del mismo desde las redes sociales y de las ventas, aunque esto último no deje de ser para él un indicador.

En otro orden de cosas, y preguntado por la escena musical independiente en el país, Nacho Vegas afirma que hay grupos muy interesantes pero que no hay una escena joven consolidada, por lo menos dentro del ‘indie’, como la que hay en el ‘trap’ y otro tipos de estilos.

Al mismo tiempo, ha indicado que le preocupa, sobre todo en época de verano, que los festivales son “una hegemonía” a la hora de tocar y que son “fotocopias” unos de otros. “Los cabezas de cartel son los mismos de los de los años 90 y me parece una tendencia especialmente conservadora por parte de los programadores y también por parte de los músicos, que se traduce en que es más difícil hacer giras de invierno en salas, algo que no me gustaría perder”.

Todo ello, añade, sin que los festivales tengan “nada malo”, sobre todo para la gente más joven que ahorra un poco y puede ver a muchos grupos a la vez. “Pero se disfruta más ver a un grupo en una sala y parece que está un poco más difícil”, lamenta, para agregar que también están las marcas que aunque que por un lado propician que se hagan conciertos que no se podrían hacer de otra manera, están siendo “demasiado invasivas y los músicos, oficinas y promotores tenemos la responsabilidad de decir: Hasta aquí se puede llegar”.

Desde su punto de vista, estaría bien que hubiera algo más de contratación pública. “No hay que tener tanto miedo a esto del dinero público cuando se trata de cultura y de garantizar el libre acceso de la cultura a todo el mundo”, afirma, para posicionarse “radicalmente” en contra de la idea de que la música no se valora si no se paga una entrada y añadir que no se puede pensar que se va disfrutar de algo solo cuando se convierte en “mercancía” y pagas por ello.



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