El cantante Nacho Vegas ha iniciado este fin de semana una extensa gira
para presentar su último disco —'Violética' (Marxophone, 2018)— por varias
ciudades del país, entre ellas Toledo el 27 de septiembre y Ciudad Real el 18
de octubre, ha afirmado que no pretende hacer canciones tristes pero
"vivimos en un mundo hostil a muchas cosas que son el motor de nuestras
vidas, como el amor o la música".
“A veces
tenemos que lidiar con la infelicidad y muchas veces las canciones son las que
nos hacen hablar de ella para ponérnosla enfrente y para poder combatirla”,
indica Vegas en una entrevista con Europa Press, para añadir que eso está en el
germen de muchas canciones y es “incómodo” hablar de cosas que dan pudor, que
resultan vergonzosas, pero para eso existe la música y la literatura.
El
cantante asturiano subraya que el compendio de estilos que se pueden encontrar
en ‘Violética’ fue surgiendo en el proceso de maquetación, ya que tuvo más
tiempo para tratar las canciones “con mimo”, y le interesaba que el disco fuera
heterogéneo sin perder la parte personal de sus canciones, lo que tienen de
reconocible de su estilo.
En este
sentido, ha puesto como ejemplo a Stephin Merritt de Magnetic Fields, para
asegurar que le gusta mucho cómo hace canciones de estilos diferentes y no
pierde su personalidad. “Era lo que quería que ocurriera con este disco”, en el
que están todas las músicas que le interesan sin renegar de las influencias que
ha tenido desde muy joven y que son las que más le han marcado.
También
afirma que ha mezclado en este nuevo trabajo un poco la música folk mediante
las diferentes músicas tradicionales, como pueden ser las de su tierra y otros
folklores, con música más vanguardista para poder comprobar “que son cosas que
casan”.
Desde su
punto de vista, no hay música rock y folk, sino que el rock no deja de ser una
más de las vertientes de la música popular. “En el fondo todo es música popular
y me interesaba jugar con esas dos visiones y mezclarlas”, subraya, a lo que
añade que en el lado del contenido también ha hecho lo mismo con canciones más
íntimas y canciones que apelan a lo colectivo o lo social.
No es “un
acto de resistencia”
‘Violética’
es un álbum doble en su edición en CD y triple en su edición de vinilo, y Vegas
confiesa que tampoco lo hizo con ese propósito y que no cree que en los tiempos
en los que la música se consume más en formato digital esto suponga “un acto de
resistencia”. “Uno hace los discos que cree que tiene que hacer y el disco pasó
por diferentes fases”.
En
concreto, explica que con este disco no funcionó dividir cada disco de forma
diferenciada e hizo una secuencia como si fuera uno solo. “Por eso se puede
escuchar de esa manera, aunque me preocupó que hubiera canciones que articulen
las dos mitades del disco, y en este caso es la versión de Violeta Parra”,
añade.
“Sigo
concibiendo los discos como algo que se puede escuchar de principio a fin y
cuido mucho la secuencia, y para la gente que quiera escucharlo de principio a
fin ‘Violética’ supone un pequeño viaje en el que las canciones empiezan en un
sitio y te van llevando a otros por diferentes recovecos y un sendero un poco
espigado”, ha manifestado.
Un sendero
en el que destacan tres canciones escritas de forma narrativa y a modo de
crónica periodística como son ‘Crímenes Cantados’, en el que narra la historia
de Samba y Mohamed en el Centro de Internamiento de Extranjeros de Madrid y que
Vegas señala que escribió documentándose en artículos de prensa, testimonios de
los familiares e informes policiales, y que se ciñe “bastante a la realidad”
aunque es un tema “recreado mínimamente para no traicionar una historia tan
terrible”.
También
‘Bajo el puente de L’ara’, una crónica negra basada en un suceso real que
ocurrió en esa zona de Asturias donde ha llegado a vivir y donde asegura que
“hay personas muy guapas pero bastante olvidadas”, como muchos prejubilados
tras el cierre de las minas, gente que se busca la vida y gente que se va.
Por
último, en ‘A ver la ballena’ asegura que es algo diferente, como “una especie
de fabulación basada en una historia real” que ocurrió un siglo antes en el que
está ubicado en el tema –a finales del siglo XIX– cuando apareció una ballena
varada en la Plaza de San Lorenzo de Gijón y fue “el acontecimiento”.
“Me
interesa mucho cómo se comporta la gente cuando está en masa, cuando es una
turba”, apunta sobre esta canción, en la que también subyace “esa manera en la
que los recursos naturales los convertimos en mercancía sin que se den cuenta
quienes mercadean con ellos que son recursos finitos”. Algo que recoge
igualmente en un descarte de ‘Violética’ que verá la luz próximamente con
motivo del 20 aniversario de Ecologistas en Acción.
Más
ambicioso y más trabajado
Con todo,
Nacho Vegas asegura que este disco ha sido “un poco más ambicioso y mas
trabajado”, al igual que “más completo” que los anteriores. Algo de lo que está
“especialmente” contento, al igual que del ‘feed back’ que le está llegando del
mismo desde las redes sociales y de las ventas, aunque esto último no deje de
ser para él un indicador.
En otro
orden de cosas, y preguntado por la escena musical independiente en el país,
Nacho Vegas afirma que hay grupos muy interesantes pero que no hay una escena
joven consolidada, por lo menos dentro del ‘indie’, como la que hay en el
‘trap’ y otro tipos de estilos.
Al mismo
tiempo, ha indicado que le preocupa, sobre todo en época de verano, que los
festivales son “una hegemonía” a la hora de tocar y que son “fotocopias” unos
de otros. “Los cabezas de cartel son los mismos de los de los años 90 y me
parece una tendencia especialmente conservadora por parte de los programadores
y también por parte de los músicos, que se traduce en que es más difícil hacer
giras de invierno en salas, algo que no me gustaría perder”.
Todo ello,
añade, sin que los festivales tengan “nada malo”, sobre todo para la gente más
joven que ahorra un poco y puede ver a muchos grupos a la vez. “Pero se
disfruta más ver a un grupo en una sala y parece que está un poco más difícil”,
lamenta, para agregar que también están las marcas que aunque que por un lado
propician que se hagan conciertos que no se podrían hacer de otra manera, están
siendo “demasiado invasivas y los músicos, oficinas y promotores tenemos la
responsabilidad de decir: Hasta aquí se puede llegar”.
Desde su punto de vista, estaría bien que hubiera algo más de contratación pública. “No hay que tener tanto miedo a esto del dinero público cuando se trata de cultura y de garantizar el libre acceso de la cultura a todo el mundo”, afirma, para posicionarse “radicalmente” en contra de la idea de que la música no se valora si no se paga una entrada y añadir que no se puede pensar que se va disfrutar de algo solo cuando se convierte en “mercancía” y pagas por ello.
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Jueves, 28 de Marzo del 2024
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