En 2006 publicó su primera novela, Africanus, el hijo del cónsul, narrando la vida de Publio Cornelio Escipión, apodado “el Africano”. A esta obra le siguieron otras dos, completando la trilogía: Las legiones malditas y La traición de Roma. El éxito de estos libros le catapultó a la fama y le consagró como un autor superventas en la novela histórica. En 2011, Santiago, de la mano de la editorial Planeta, lanzó la primera entrega de su segunda trilogía, Los asesinos del emperador, seguida de Circo Máximo y  La legión perdida, basadas en la vida de Marco Ulpio Trajano, un hispano que llegó a ser emperador de Roma, y que además ha pasó a la historia como el mejor de los Césares. Por si fuese poco, Santiago ha publicado tres obras de relatos cortos sobre los grandes autores de la literatura universal: La noche que Frankenstein leyó el Quijote, La sangre de los libros y El séptimo círculo del infierno. Todo esto lo ha realizado sin dejar su trabajo como docente de literatura inglesa en la Universidad Jaume I de Castellón.

Su trayectoria está marcada por multitud de premios, conferencias y cursos impartidos a lo largo del mundo. La calidad de sus obras, a pesar de su volumen, es indiscutible, usando, en palabras del mismo autor “una narrativa lo más cinematográfica posible” atrapando a lectores que van desde niños hasta personas de la tercera edad.

El Premio Planeta que recibió anoche, dotado con más de 600.000 euros, es una justa recompensa a uno de los mejores escritores que tenemos en España, el cual, además, ha demostrado que la Antigua Roma sigue muy presente en nuestros días.

Su nueva novela Yo, Julia da un nuevo giro al género histórico, rescatando del olvido, injusto por cierto, a la emperatriz Julia Domna, una mujer que alcanzó honores y títulos impensables para una fémina en aquella época. Julia fue una persona tremendamente poderosa e inteligente que se sobrepuso a los problemas que surgieron en su camino. Y es que las mujeres no estaban tan en segundo plano como se podría pensar en un principio. La historia de Julia, junto con otras muchas historias, lo demuestra. Para saber más habrá que esperar a noviembre, cuando Yo, Julia salga a la venta.  

Como apunte final diré que conocí a Santiago hace unos años en una conferencia sobre su obra La legión perdida en la Biblioteca Pública del Estado en Ciudad Real, y puedo afirmar que es una persona tremendamente agradable y accesible, con una sencillez y amabilidad digna de mención. Su forma de hablar rivaliza con su forma de escribir y es que Santiago, en cualquiera de sus formas, en un maestro de la palabra.