Heinz
Friedrich Bernhard Zahrnt fue un teólogo protestante fallecido en dos
mil tres. Entre sus obras figura una de nombre llamativo y que sirve de título
a estas líneas: “A vueltas con Dios”. Dios como concepto, como alguien en quien
que pensar, definir y conocer.
Hace unos días leía una
entrevista* realizada al profesor Ramón Tamames, relevante catedrático de Estructura
Económica, con motivo de un libro que ha escrito titulado, “Buscando a Dios en el Universo”. A las preguntas realizadas, este
otrora destacado militante comunista contesta acerca de sus inquietudes sobre
Dios. Diríamos que su inteligencia y sentimientos se encuentran también “a
vueltas con Dios”.
El contenido del libro, según explica el autor,
hace referencia a reflexiones tan fundamentales para el ser humano como
¿de dónde venimos, qué somos, a dónde
vamos? “siempre me las he planteado y nos las planteamos todos”, afirma.
Lo interesante de sus respuestas es que corresponden a
alguien que busca de manera honesta a Dios, quizá como concepto, mezclando
pensamientos demasiado acotados, pero a la vez dando en el clavo en cuanto refiere,
creo que sin saberlo, una importante cuestión teológica, esta es, la autonomía
de lo temporal. En este punto y a la pregunta de si está todo previsto, visión calvinista
sobre la predestinación, contesta: “No.
Existe el libre albedrío y además Dios no puede romper las leyes físicas, a no
ser, claro está, que haga un milagro. Muchos, incluidos varios científicos,
creen en los milagros”. En otra pregunta su respuesta vas más allá: Si Dios
existe, ¿por qué permite el holocausto, que haya curas pederastas y todo el
horror del mundo? “Porque Dios respeta
sus propias leyes. Y sus propias leyes permiten el libre albedrío, y el libre
albedrío permite que seas un especulador o un santo, un político corrupto o un
profeta”. Con estas afirmaciones el entrevistado piensa, si bien desde una perspectiva
cósica, es decir sin entrar en su identidad, que Dios no invade la libertad y voluntad
del hombre, afirmación recogida en el catecismo de la Iglesia Católica: “Para Dios todos los momentos del tiempo están presentes en su
actualidad. Por tanto establece su designio eterno de "predestinación"
incluyendo en él la respuesta libre de cada hombre a su gracia”
Cuando confiesa estar buscando a Dios por el Universo,
“Lo intuyo y sigo buscándolo, pero
todavía no lo he visto. Espero verlo algún día” se está refiriendo sin duda
al conocimiento natural del Dios de la Creación, al que según el Concilio Vaticano
I todo ser humano con su sola razón es capaz de llegar a conocer.
Sin embargo y dicho con toda humildad, a Tamames le
sucede lo que a otros insignes intelectuales. A la pregunta de dónde venimos,
contesta “del big bag”, lo cual indica
que confunde el origen de la materia con el de la existencia. No oculta su
curiosidad “porque eminentes científicos
como Pasteur, Lemaitre o, ya en la actualidad, Collins, quien sostiene que el
genoma es el alfabeto de Dios, hayan creído en Dios, el mismo Stephen Hawking,
quien en “La historia del tiempo” dice
que cree en Dios. Hay una serie de misterios que a pesar de los avances de la
ciencia no se han llegado a desentrañar, y es posible que nunca se desentrañen.
En su último libro, Espejismo de Dios,
Hawking sin embargo cambia de idea y piensa que es todo un efecto de la fuerza
de la naturaleza y concretamente de la fuerza de la gravedad. La pregunta es:
¿quién ideó la gravedad?” Esta última pregunta que el entrevistado se hace
después de reflexionar sobre las afirmaciones de Hawking, ya se la hizo Santo
Tomás de una manera más general, respondiendo con sus archiconocidas cinco vías
sobre el conocimiento natural de Dios.
Creo además que busca a Dios siguiendo el intelecto,
pero no la vivencia. Le gustaría quizá pertenecer al heterodoxo club de
pensadores no ateos, porque en su experiencia vivida echa de menos algo que de
sentido completo a su vida. A la pregunta de si considera a Dios necesario,
responde afirmativamente: “Por el sentido
de la vida. En las religiones más avanzadas, y especialmente en la cristiana,
Dios es un ideal de justicia, de paz, de amor. Y Dios existe, en cualquier
caso. Dios existe como existe don Quijote, como existe Hamlet. Hemos creado un
personaje, así que Dios existe. Incluso si como dice Feuerbach Dios no existe y
sólo es una creación del hombre, sería una gran creación del hombre”. ¿Busca
a Dios como una gran idea,
mito, sueño, símbolo, ideal, necesidad, espejo, interrogante, curiosidad,
inquietud, preocupación, problema, solución, personaje virtual, creación del
hombre?…en todo caso un Dios mental y ajeno, al que quiere aprehender.
En otra pregunta y aun diciendo lo contrario, habla de
un Dios sobrenatural cuando responde así a la pregunta:
Y si hay un dios, ¿no debería manifestarse y poner fin al debate milenario
sobre su existencia?”¿Y cómo quiere que se manifieste? ¿Con una
voz en off que diga: "Yo soy
Dios"? Además Dios, según algunos, ya se ha manifestado, depende de si
crees o no a Moisés, a Santa Teresa...Yo no voy por la vía de la revelación o
del misticismo, pero opino que cuando dejas de creer en Dios puedes creer en
cualquier cosa”. Dice no hablar desde la revelación, pero refiere personas
a las que Dios se ha manifestado. De alguna manera, Tamames quizá esté
desencantado de un relativismo que al final resulta mareante y estéril, tanto
para la inteligencia como para la conciencia del ser humano. Sin embargo, llama
la atención que en ningún momento de la entrevista haga referencia a
Jesucristo, que es la Manifestación de Dios al hombre. ¿Cuestión de tiempo? ¿Cuestión
de Fe? Quizá aún no ha llegado a ese punto del camino en su “a vueltas con Dios”.
Pero lo cierto es que nuestro profesor ya se encuentra transitando en él; y ese
Dios a quien busca ya lo sabe desde el mismo momento que lo inició y lo está
esperando con los brazos abiertos. Sí, cuestión de más o menos tiempo pero ante
todo, cuestión de Fe.
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Martes, 23 de Abril del 2024
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