El aumento de volumen de la presa de Peñarroya y cuando
derramará el agua por el aliviadero es la comidilla de las últimas semanas
tanto en Tomelloso como en Argamasilla de Alba. Este luminoso sábado festivo de
finales del otoño la Voz de Tomelloso ha querido conocer de primera mano la
situación del embalse que proporciona el agua potable y riego a las dos poblaciones.
Es tal la expectación que ha levantado la pronta salida del
agua por la presa, que este sábado de la Inmaculada había gran cantidad de
personas en el castillo y pantano de Peñarroya, haciendo fotos y admirando el
impresionante volumen de agua embalsada que está a escasos centímetros de saltar
por la presa. Una agradable temperatura, una luz única y un embriagador olor a
otoño han hecho que la incursión periodística haya sido una delicia. Hasta una
bandada de estorninos que se ha querido sumar a la fiesta de la naturaleza.
También hemos podido comprobar como el cauce del canal de
desagüe está preparado para recibir el líquido elemento. Se ha eliminado la
vegetación del caz y está listo para conducir el agua.
El volumen del pantano de Peñarroya era a las 12 del mediodía de hoy sábado 8 de diciembre de 49,11 hm³, lo que representa el 98,25 % de la capacidad del embalse, que está en 49,89 hm³. El 4 de diciembre del pasado año, había embalsados 18,9 hectómetros cúbicos en Peñarroya, algo menos del 38 por ciento de su capacidad. Desde el año 2015 lleva sin salir el agua por la presa.
Peñarroya
Situada junto al castillo de ese nombre, en el término de
Argamasilla de Alba y entre esta localidad y las Lagunas de Ruidera, la de
Peñarroya es una presa de gravedad a base de hormigón, de planta recta, con 250
m de longitud en coronación y 50 m de altura sobre cimientos, informa la
Confederación Hidrográfica del Guadiana. La presa fue concluida a finales de
los años cincuenta y, con 49,9 hm3 de capacidad, permite regular la cabecera
del Guadiana y suavizar mejor aún las ya laminadas avenidas que proceden del
acuífero del Campo de Montiel y de las Lagunas de Ruidera, que históricamente
habían provocado importantes daños por inundaciones en Argamasilla y Tomelloso,
la última de las cuales acaeció en 1947, cuando precisamente se había iniciado
su construcción.
El embalse de Peñarroya podría considerarse como la última
laguna de Ruidera (de hecho está
incluido dentro de los límites del Parque Natural). Eso sí, mucho mayor
y más profundo que las lagunas naturales, de manera que permite una adecuada
regulación del acuífero del Campo de Montiel. La cadencia de aportaciones a
este embalse es muy regular (valga la redundancia) tanto a lo largo de un mismo
año como entre unos años y otros, sean éstos más o menos lluviosos, en lógica
respuesta a las características de su cuenca de aportación. El embalse de
Peñarroya garantiza, además, el abastecimiento a Argamasilla y Tomelloso, así
como el suministro a su zona regable, situada entre ambas poblaciones.
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Jueves, 25 de Abril del 2024
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