Ángel Ruiz-Moyano consideró esencial “salir al encuentro de la gente con más dificultades. Tenemos que mirar de frente las situaciones de injusticia que se producen. Cualquier programa que pongamos en marcha nos va a exigir escuchar a las personas más frágiles”. El secretario general de Cáritas Diocesana de Ciudad Real pidió la colaboración de las administraciones y también del los empresarios “para que no nos acomodemos en una sociedad tremendamente injusta y ayudemos a la gente a subir escalones en su dignidad personal. Esto es algo que nos compete a todos, empresarios, responsables públicos y tejido asociativo para que entre todos podamos construir un mundo más justo y solidario”.

Tras esta interesante declaración de principios, Natalia Moreno,  expuso los grandes pilares del funcionamiento del proyecto de Orientación Laboral y Empleo de Cáritas. “El empleo es un elemento fundamental en el desarrollo de la persona, le proporciona status social, unas señas de identidad, fortalece la autoestima y el acceso a bienes”, -dijo-. Moreno aseguró que “buscar trabajo, es un trabajo” y acto seguido explicó el proceso que se sigue en la organización para ayudar a las personas a conseguir un empleo.

“Primero acogemos a la persona, se le escucha y se le deriva al taller de empleo donde asiste a una charla informativa. A continuación se realiza una primera entrevista y se emite un diagnóstico de empleabilidad. El siguiente paso es la confección de un itinerario con la elaboración de un Curriculum Vitae, la mejora de habilidades sociales, la asistencia a cursos y la utilización de distintas herramientas de búsqueda”, -explicó-. 

Natalia Moreno se refirió también al Aula de Empleo, dotada con ordenadores y dirigida por un técnico de Orientación Laboral que cuenta con la valiosa ayuda de ocho voluntarios. Otros de los recursos son un Boletín Semanal de Ofertas de Trabajo, becas de formación y los acuerdos con empresas de inserción “para enseñar a trabajar, trabajando”, además de una bolsa de trabajo que contiene numerosos perfiles profesionales.

Finalmente, ofreció los datos del funcionamiento del proyecto en este 2018, por el que pasaron 153 personas, de las cuales 120 fueron mujeres y 33 hombres. De todas ellas, un 38,46% consiguió un puesto de trabajo. Entre los demandantes, predominan los españoles, seguidos de personas de países del Este de Europa, además de africanos y personas de países de América Latina. “En general, son personas poco formadas, de ahí que en nuestro proyecto hayamos dado tanta importancia a la formación”, señaló Moreno. El proyecto se ha llevado también a la Casa de Acogida Abraham que hay en Daimiel y al programa de temporeros que todos los años se pone en marcha en Tomelloso.