Informaba el día siete de febrero el periódico digital
“La Voz de Tomelloso”, de la presentación de la campaña de la ONG cristiana y
católica “Manos Unidas” para este año. Un extraordinario proyecto para la
atención materno-infantil en Tanzania. Que las mujeres puedan dar a luz con
menos riesgos de muerte y sufrimiento, así como atenciones primarias a los
neonatos.
Lleva esta organización quitando, en la medida que
puede, el hambre en el mundo ya 60 años. Se cuentan por cientos los proyectos
que ha realizado y por millones los beneficiarios directos e indirectos. Y del
mismo modo miles y millones de personas trabajando y aportando dinero y mil
ideas, para conseguir, por amor, lo que en justicia pertenece a los
desheredados del mundo.
Cristiana y católica, sí. Silenciada en muchos medios
de comunicación que prefieren las
noticias engorrinadas a propósito, y aireadas con fines denigrantes con afán de
desprestigio de algunos jerarcas por sus
acciones pederastas. Vaya por delante mi
condena a tales acciones criminales y mi petición de justicia auténtica para
las víctimas.
Lo que Manos Unidas hace, en el mundo empobrecido, son
prodigios. Multiplican al infinito las aportaciones, que innumerables personas
entregan con sacrificio en muchos casos y con desprendimiento y generosidad en
todos.
Es imprescindible hablar muy claro y sin pelos en la
lengua. Es indispensable saber que Manos Unidas y otras asociaciones hermanas
solucionan problemas causados por las injusticias del capitalismo
imperialista de muchas naciones en los cinco continentes.
No
se trata de accidentes causados por la naturaleza, no es culpa del tan
cacareado cambio climático:
Son
situaciones insostenibles de crímenes de lesa humanidad.
Son
resultados de regímenes políticos corruptos que explotan hasta la extenuación a
sus ciudadanos.
Son
pueblos enteros arruinados por las empresas petroleras robando las riquezas del
subsuelo y vertiendo sus lodos, que arruinan los fértiles campos, que quedan
estériles para el cultivo de los productos básicos de alimentación.
Son selvas y bosques talados en busca de maderas con
las que contentar las excentricidades del Primer Mundo, produciendo la
deforestación de miles de hectáreas y la muerte de fauna y flora, durante siglos
fructíferas y ahora estériles.
La
labor que estas organizaciones realizan no son caridades cubiertas con monedas
de cobre, es una lucha encarnizada contra la injusticia, que otros potentados
producen y que sufren los empobrecidos
del mundo. Hombres, mujeres y niños a los que se les ha robado lo más necesario
para comer y vivir.
Mujeres,
hombres y niños asesinados para quitarles sus tierras.
Niños
mujeres y hombres rebuscando entre la mierda de la basura en las afueras de las
grandes ciudades intentando llevarse algo a la boca.
Estas afirmaciones no son opiniones mías; son constataciones
respaldadas por informes de congregaciones misioneras y otras ONEGs que trabajan
en los países empobrecidos y de misioneros (religiosas, religiosos y seglares) perdidos
por barrios y aldeas de todo el
mundo.
“Manos Unidas” realiza con
sus proyectos lo que en justicia deberían solucionar los gobiernos, políticos y
empresas de los países que se aprovechan y enriquecen con lo que no es suyo.
“Manos Unidas”, no hace
caridades, ejecuta proyectos de revalorización de los derechos y la dignidad de
las personas, sin regalar ayudas. Exige que las personas, beneficiarias de sus
subvenciones, aporten el trabajo físico e intelectual necesario para sus
programas.
Y un dato más,
sobresaliente y ejemplificador para muchos administradores de ayudas estatales
y sociales: Da cuentas detallas y públicas de los trabajos ejecutados con
documentación pertinente, a la vez que hace un seguimiento posterior durante
años del funcionamiento de las obras realizadas.
“Manos Unidas” es un
ejemplo de vivencia del Evangelio de Jesús en el mundo, para los creyentes y da
lecciones de comportamiento ético, social y solidario a todo el que quiera
observar su estilo.
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Miércoles, 17 de Abril del 2024
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Jueves, 18 de Abril del 2024
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