Opinión

Salas de espera, de inquietud y de esperanza

Fermín Gassol Peco | Sábado, 16 de Febrero del 2019
{{Imagen.Descripcion}}

Una llamada al móvil me comunicaba que estaban operando a vida o muerte a un buen amigo tras sufrir un accidente. Salí zumbando para el hospital con esa sensación de desajuste que provocan todas las noticias inesperadas y que te afectan emocionalmente, pues parece que la vida va a seguir siendo igual que siempre; que hoy va a acabar de la misma manera que lo hizo  ayer, que el mañana será lo que hemos planeado hoy… y sin embargo en cualquier momento, un golpe en los acontecimientos hace virar en seco su inercia, su rumbo, quién sabe si el futuro o para siempre. 

La sala de espera en quirófanos estaba llena. El “negocio” de la lucha entre la vida y la muerte mantiene una nutrida clientela diaria, inesperadamente elegida. El hospital es algo así como un casino al que te acaba llevando ese permanente juego de la ruleta que es en definitiva la vida cuando fuera de sus paredes empiezas a perder la partida y quieres acabar ganándola a toda costa.

Al entrar en ella todo parece detenerse; los allí presentes, familiares, amigos, todos en silencio, apoyados sobre las rodillas echando el cuerpo hacia delante, mirando el suelo, esperando el desarrollo de los acontecimientos con una incontrolable sensación de vértigo y vacío a la vez. Las caras, los ojos, las miradas indican la gravedad de la propia situación de quien se encuentra tras la puerta de la esperanza. Todos juntos esperando y todos solos en una inquietante espera. La fría soledad de los que aguardan con zozobra y angustia el desenlace de la desconocida amenaza que está sufriendo muy cerca de ellos un ser querido.

Las salas de espera de los quirófanos vienen a ser como unas cápsulas en las que ni el tiempo ni la vida penetran. Un espacio incómodo del que estás deseando salir. Un tiempo al que estás deseando eliminar. Unos momentos que quizá te lleven también a recapacitar todo lo que ha significado para ti quien en esos momentos lo está pasando mal.

Mi amigo ha sacado el cuello tras una larga y complicada operación. De momento en ese casino improvisado va ganando en su particular y arriesgado juego. El hospital, un casino al que acudimos con el único y obligado deseo de ganar una partida, la partida más importante, la partida de la vida.

Las salas de espera en los hospitales son lugares de inquietud, cierto es, pero también son de esperanza.

1627 usuarios han visto esta noticia
Comentarios

Debe Iniciar Sesión para comentar

{{userSocial.nombreUsuario}}
{{comentario.usuario.nombreUsuario}} - {{comentario.fechaAmigable}}

{{comentario.contenido}}

Eliminar Comentario

{{comentariohijo.usuario.nombreUsuario}} - {{comentariohijo.fechaAmigable}}

"{{comentariohijo.contenido}}"

Eliminar Comentario

En esta misma categoría...

Oda a la siesta

Lunes, 15 de Abril del 2024

Bombos

Lunes, 15 de Abril del 2024

Haga click para iniciar sesion con

facebook
Instagram
Google+
Twitter

Haga click para iniciar sesion con

facebook
Instagram
Google+
Twitter
  • {{obligatorio}}