Ahora
que se acerca mi cumpleaños acabo de recordar que en este 2019 también cumplirá
sesenta y tres años el valeroso e intrépido Capitán Trueno (personaje creado
por Víctor Mora y dibujado por Ambrós). Yo no sabia que este héroe del cómic
era de mi quinta, con un poco de suerte podíamos haber ido a la mili juntos.
Seguramente él tuvo más suerte, yo solo pateé tierra africana haciendo
instrucción en Regulares, esperando todo un año para volver a casa en la “Paloma”
(nombre alegórico que le dábamos al ferry que efectúa el trayecto del estrecho
de Gibraltar entre Ceuta y Algeciras). El sin embargo, se enroló en la III
Cruzada al mando de Ricardo Corazón de León. ¡A SANGRE Y FUEGO! así se tituló
la primera entrega en mayo de 1956, a partir de ahí comienzan los episodios que
le llevarán por medio mundo.
Sin
embargo hemos compartido juntos una parte de nuestras vidas, mi infancia y sus
aventuras. Si mal no recuerdo, a dos pesetas de las de antes, me costaba el
cuadernillo apaisado que solo disponía de color en la portada, las viñetas del
interior era en blanco y negro. En ocasiones particulares la aventura se
dilataba a través de unos cuantos tebeos, el lance quedaba interrumpido con el
suspense de la palabra "continuará…", creando así mayor expectación
para el siguiente número.
Lo
compraba en una imprenta-papelería que olía a papel y tinta fresca, olores de
la infancia que uno nunca olvida. Después de su lectura los cambiábamos por
otros números con los amigos, otras veces en los quioscos.
El
Capitán Trueno no estaba solo, sus amigos de peripecias eran Goliath, gigantón,
hombre grueso con el ojo izquierdo tapado con un parche, tragaldabas y
cascanueces, esto último porque gustaba de juntar las cabezas de sus
contrincantes. Un joven y adolescente Crispín completaba la terna, el muchacho
era hijo del conde de Normandía y consideraba al capitán como su padre
adoptivo.
El
Capitán Trueno actuaba en defensa de la justicia, la libertad y la dignidad
humana, lo que hoy seria un héroe políticamente correcto, pero también tenia
una dama. La reina Sigrid de la isla de Thule era rubia, voluptuosa, con su
cintura de avispa pero llena de curvas que se insinuaban a través de su
vaporoso vestido. Años más tarde alguien la catalogó como la primera sueca. La
reina Sigrid no era boba y, más de una vez, ayudó a salvar a nuestros amigos en
alguna que otra aventura. Recuerdo con especial interés un episodio, el drakkar
vikingo donde viajaba Sigrid quedó atrapado por un iceberg, fueron unas semanas
de desasosiego y suspense hasta que reapareció la reina, no sabíamos nada de
ella. Cuando Sigrid entró en la vida del Capitán Trueno fueron inseparables aun
en la distancia.
Ahora
que ha pasado el tiempo nos preguntamos, qué rollo había entre el Capitán
Trueno y Sigrid, ¿eran novios? ¿estaban amancebados? ¿o acaso eran pareja de
hecho? En aquel tiempo la censura solo nos dejaba ver besos castos en la
mejilla, más tarde en publicaciones a color y en otros tiempos, ella llega a
desnudarse delante del Capitán, pero esa no es mi historia.
De haber hecho la mili, el Capitán Trueno habría sido infante de marina, muchos fueron los episodios en el mar. Pero también en globo y, cuando había que tirar lastre, echaban por la borda al gordo de Goliath. Aventuras en China, en el Tíbet o en Tierra Santa, que para eso era un cruzado. Se peleaba con sarracenos, piratas, y malhechores de toda calaña y siempre salía victorioso ante sus adversarios.
Jesús
Redondo uno de los últimos ilustradores de esta publicación compara al Capitán
Trueno con Don Quijote, ambos son deshacedores de entuertos, poseen una dama y
hasta Goliath y Sancho podrían tener algo de semejanza por su actitud
rudimentaria, aunque no está claro que el rucio de Sancho pudiera soportar el
peso del gigantón tuerto.
El
paso del tiempo es inexorable, la infancia da paso a la juventud y poco a
poco decae la lectura de tebeos. Pero
surgen nuevas posibilidades de seguir contando las aventuras y hazañas del
héroe. El cine, falto de ideas, busca en los cómics nuevos modelos, dos han
sido los intentos fallidos para poder rodar una película de este personaje
nacional. Al final y en el incomparable escenario del castillo de Calatrava la
Nueva llegó a filmarse un largometraje sobre el aguerrido paladín, una película
que apenas ha tenido repercusión a pesar las grandes expectativas que ofrecía
el proyecto.
También
tuvo el Capitán Trueno un oponente semejante, ideado por el mismo dibujante.
Aunque situado en un contexto histórico diferente El Jabato nunca llegó a ser
tan importante como nuestro héroe, pero sus correrías también estaban
protagonizadas por personajes muy similares.
Según
la crítica, el Capitán Trueno representaba viejos valores del pasado, sin
embargo y eludiendo prejuicios, algunas veces viene a mi mente su imagen
solicitando al justiciero rebosante de sentido común.
Atrapados
por el ritmo trepidante que sufrimos, ya me gustaría que apareciese de repente
un paladín que diciendo: "Por el gran batracio verde" pusiese
un poco de orden y consenso ante tanta sinrazón. Y no digamos nada en los casos
de vandalismo urbano, a todos aquellos "malandrines" que se
pasasen de espabilados atizarles con la
espada, o darles un buen mamporro al estilo de Goliath. Acciones contundentes
para desenmascarar a tanto bellaco, granujas y prepotentes que andan sueltos.
Sin
pretenderlo tarareo el estribillo de la canción del grupo Asfalto que allá por
el año 1978 recordaban a mi Capitán Trueno de la infancia.
Ven Capitán Trueno haz que gane el bueno, ven Capitán Trueno haz que
gane el bueno, ven Capitán Trueno, que el mundo está… al revés.
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Jueves, 25 de Abril del 2024
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