Para quien escribe y para millones
de aficionados más, Messi es el mejor jugador de fútbol de la historia, seguido
muy de cerca eso sí, por Maradona. De
tal manera su aportación al equipo es determinante, que el Barcelona sin él
baja muchísimos enteros. Un Barcelona sin Messi es un magnífico equipo pero
equiparable a media docena más. Sin embargo el martes en Liverpool, el
Barcelona jugó como si el argentino estuviera lesionado o sentado en el
banquillo.
Un periodista le hacía esa misma
mañana esta pregunta al entrenador Klopp: ¿Qué cambiaría del partido de ida? Y
el genial técnico alemán contestó: el resultado, y bien que lo consiguió.
Decía Juan de Dios Román que los
partidos no se ganan sin bajar del autobús…o del avión en este caso. Quizá el
sobrado campeón de liga fue a Liverpool pensando que la remontada era
imposible. Un equipo que se ha paseado por los campos de primera durante esta
temporada con una superioridad apabullante y que estaba con pie y medio en la
final de la liga de campeones quizá tenía derecho a pensar a sí. Y ese ha sido,
creo, su mayor hándicap a la hora de verse sorprendido y obligado a remontar un resultado que lo dejó
noqueado. El mal de altura, el estar acostumbrado a ganar…quizá haya hecho del
mejor equipo del mundo hoy, una máquina no preparada para la sobreponerse a la
sorpresa.
Pero si algo tiene el fútbol de
apasionante e imprevisible es precisamente la posibilidad de que de vez en
cuando salte esa sorpresa. De lo contrario, le estaríamos quitando la razón a
Juan de Dios.
{{comentario.contenido}}
"{{comentariohijo.contenido}}"
Jueves, 25 de Abril del 2024
Jueves, 25 de Abril del 2024
Jueves, 25 de Abril del 2024