Opinión

El “pozo” de la segunda división

| Sábado, 11 de Mayo del 2019
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Este artículo quiere ser un pequeño homenaje a aquellos aficionados al fútbol que son sufridos y fieles seguidores de los equipos que juegan en la segunda división de la Liga. En mi caso se trata del club Atlético Osasuna, actual líder de la competición.

El “pozo” de la segunda división, que de esta manera tan gráfica es denominada coloquialmente la división de “plata” del fútbol español; las razones por las que así se conoce en la jerga futbolística son varias.

 La primera es de índole anímico; el desencanto que produce entre la afición el hecho de que el equipo descienda de categoría tras permanecer una, varias o muchas temporadas en primera, como fueron los casos de Valencia o Atlético de Madrid (solamente hay tres equipos que siempre han jugado en primera división, R. Madrid, Barcelona y Ath. Bilbao) o son en la actualidad Zaragoza, Oviedo, Las Palmas, Depor, Sporting y otros clubes históricos que aún permanecen en segunda ocupando alguno de ellos lugares en medio de la tabla. Osasuna y nuestro Albacete sin embargo tienen muchas opciones de subir este año a primera, sobre todo los navarros. 

La segunda tiene que ver con la diferencia sustancial en los ingresos percibidos por publicidad, Federación y taquilla. Muy pocas aficiones mantienen los niveles de asistencia a los partidos después de bajar de categoría y presenciar un fútbol de menos calidad con equipos que carecen del efecto llamada; no hay más que ver los campos medio vacíos salvo contadísimos casos entre los que se encuentra el ya referido Osasuna. 

Este desencanto es aún mayor cuando no existe una afición incondicional que esté a las duras y las maduras. Los clubes que suben por primera vez y permanecen solamente una o dos temporadas en primera, son los más proclives a sufrir estos abandonos. 

Respecto a las razones por las que en esta división se da un fútbol de menos calidad, pese a que algunos clubes apuestan por fichajes económicamente superiores a los normales en la categoría para intentar ascender cuanto antes, hay que encontrarlas en los contratos firmados en primera; existe una clausula de muchos jugadores por la que su pertenencia al club queda rescindida si desciende; y al contrario cuando un equipo asciende, la mayoría de la plantilla ha de ser sustituida porque el nivel entre las dos divisiones es notoria. Resulta muy difícil para un jugador lograr fichar por un club de primera división.

 La tercera presenta dos aspectos: Los presupuestos y la duración de la competición. Respecto a los presupuestos, en no pocos casos son modestos con plantillas cortas, imposibilitando fichajes de delanteros destacados que resultan ser los más caros; de ahí que exista una enorme igualdad con marcadores que habitualmente exhiben resultados cortos, muy pocas veces con guarismos superiores al dos, apareciendo los empates o victorias mínimas de una manera frecuente. Raras son las vitorias o derrotas abultadas. Esta igualdad a la que aludo es tan grande que a falta de cinco jornadas con treinta y siete ya jugadas, hay seis equipos que aún pueden jugar la liguilla de ascenso o descender de categoría.

En cuanto a la duración de la competición decir que la segunda división está formada por veintidós equipos y por lo tanto con una larga temporada de cuarenta y dos partidos a disputar y como antes decía, con seis o siete equipos con un pasado en primera y grandes presupuestos que apuestan por volver cuanto antes a la división de honor y de los que solamente pueden subir tres. 

Y como último apunte destacar, señalar que de esos veintidós equipos referidos, solamente cuatro no han jugado en primera división. Los demás, diez y ocho sí lo han hecho, sumando nada menos que cuatrocientas temporadas en esa competición. La palma se la lleva el citado Real Zaragoza que de las ochenta y ocho ediciones ha estado en la máxima categoría nada menos que cincuenta y ocho; de igual manera se encuentran otros históricos de nuestro fútbol como Deportivo de la Coruña con cuarenta y seis, Sporting de Gijón, Oviedo, Las Palmas u Osasuna con más de treinta temporadas en primera. Un dato certifica sus gloriosos pasados: Estos equipos figuran como propietarios o usuarios entre los veinte estadios con un aforo superior a las treinta mil localidades.

Con esta historia y envergadura, bien se podría decir que el pozo de la segunda división del fútbol español es más bien un gran panteón de clubes ilustres.

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