El decisivo partido ha empezado con goles. A los cuatro minutos, Mario adelantaba a los locales, pero solo ha tardado tres minutos en empatar el Olímpico de Villarrobledo con un gol de Mondejar. Ha manejado más y mejor el balón el Atlético Tomelloso que, poco antes del descanso, ha vuelto a encontrar premio tras una jugada de estrategia muy bien ejecutada y culminada por Mario, uno de los grandes destacado en la mañana de hoy y durante todo el año. 

Carretón ha impuesto su calidad en el medio, en ese hábitat tan suyo de la media punta en el que tan bien se desenvuelve. El equilibrio era cosa de Jesús y Diego Valenciano, muy trabajadores mabos; en las bandas han estado desiguales Dani Martínez y Cheto, pero el equipo ha estado bien protegido por una línea de cuatro zagueros impecable con Raúl Lara, Serna, Ismael y Sergio, además de Rubio, muy seguro, en la portería, que apenas han permitido oportunidades de gol claras a los visitantes.

El Olímpico de Villarrobledo era campeón si ganaba y el empate le dejaba vía libre para conquistarlo en su campo una semana después. Como se esperaba, ha apretado al inicio de la segunda mitad, encerrando a los locales en torno a su área y creando peligro en las jugadas a balón parado. En un de ellas, Ismael ha salvado bajo los palos el remate que ya entraba. 

Pero poco a poco los locales se han ido sacudiendo el dominio visitante y han trenzado algunas contras que han podido sentenciar el choque. Esta segunda parte ha sido muy italiana, con muchas interrupciones del juego por jugadores que han tenido que ser atendidos y sustituciones en los dos equipos. Los roblenses lo han intentado de nuevo en el tramo final, pero a su empuje y actitud le ha faltado clarividencia para terminar las jugadas. 

Al final, 2-1, para alegría de la parroquia local que ha festejado la victoria a lo grande en el Paco Gálvez. Solo queda el último paso para entonar el alirón.