Bajo la dirección de Mercedes González, las alumnas del colegio Santo Tomás demostraron temple y solvencia sobre las tablas, impropio de gente tan joven y que nos viene a decir que la cantera de actrices viene pisando fuerte. El peso de la obra recae en Bernarda Alba a la que encarnó una inmensa Sara Nieto Montaña bien acompañada por María Lara (María Josefa), Diana Sanz (Angustias), Andrea Blanco (Magdalena), María Descalzo (Amelia), Estela Ruiz (Martirio), Claudia Ferrín (Adela), Belén Caro (Poncia), Alicia Martínez (Prudencia) y Lucía Montaña (criada).

No podemos olvidarnos de las mujeres de luto que fueron Alicia Navarrete, Paloma Redondo, Raquel Gallego, Celia Perona, Alba Angelina Serrano y Mercedes González, ni tampoco de la gente que se ocupó de los aspectos técnicos: Lola Blanco (iluminación), Montse García (vocalista), Ismael Castro (técnico música), Cristina Marín y Montse Quevedo (vestuario y atrezzo), Alberto Palacios y Concha Espinosa (ayudantes de montaje y escenografía y dibujo del cartel).  La directora Mercedes González puede estar satisfecha por lo bien que salió de todo, algo que avaló el público con su enorme aplauso final.

Esa ovación vino a ser el premio a tantas tardes de esfuerzo y trabajo en los ensayos y comprensión del texto, “para que este ramillete de jóvenes entendieran los prejuicios e inaceptable esquema de valores de un pasado lejano marcado por frustraciones y odios, habladurías e intransigencia, prohibiciones y miedos”, explica Mercedes González en el folleto introductorio de la obra donde también da las gracias a Dios “porque las mujeres del siglo XXI somos libres e iguales y –si no- seguimos luchando por ello, teniendo como pilares la educación y el respeto”.

En la puesta en escena de la obra se  implicaron también profesores y profesoras del Santo Tomás-La Milagrosa como Pilar Parra, Laura Moya, Alberto Cano y Montserrat Quevedo, además de la importante y generosa colaboración de Gustavo Montaña, Pilar Ginel, Inmaculada Moreno, Juan José Pagán, Carlos Casero, Rodrigo Quevedo, Isabel Cañas, Cárita Interparroquial, Carpe Diem Teatro y las familias de las actrices. Mucha gente implicada de lleno en un proyecto que ha tenido el mejor desenlace posible. Carpe Diem no ha podido recibir mejor tributo en sus bodas de plata.