No
hay nadie como los americanos para construir mitos. Ellos, con sus reseñas en
los informativos de todo el mundo publican efemérides, aniversarios y
obituarios de sus personajes célebres. Y así, todos los años y en fechas
determinadas, actores y actrices, cantantes y famosos son recordados en todo el
mundo gracias a una difusión interesada que, además, les genera buenos
dividendos.
En
la vieja Europa quizás sea Francia el país que, por su chovinismo, se comporta
del mismo modo en el reconocimiento a sus hombres ilustres.
Aquí,
como siempre, llegamos tarde y mal. De vez en cuando recordamos a determinados
personajes por su valía y buen hacer, pero la norma común para la gran mayoría
es la desidia y el olvido.
Les
contaré el por qué de este comienzo: Uno que tiene sus gustos particulares, sus
pequeños retos y sus propias obsesiones; se alegra de poder compartir con
algunos semejantes estas supuestas rarezas. En cuestión de música, la mía
consiste en la admiración por un cantautor que nos dejó hace ya once años; me
refiero a Joan Baptista Humet, ahora un desconocido para la gran mayoría.
Los
últimos días de noviembre o primeros de diciembre se viene celebrando en
Navarrés (Valencia) su pueblo natal un homenaje desde su fallecimiento en 2008.
Este año el evento ha consistido en celebrar el IX Festival de Canciones de
Autor. Después, al día siguiente, se realizó un emotivo homenaje en el
cementerio donde reposan sus restos y, para finalizar la jornada, se celebró un
tributo de los cantautores que admiran la obra de Joan; y lo hicieron cantando
diferentes temas de su variada discografía; omito sus nombre porque temo
dejarme alguno ya que fueron más de una docena de participantes.
No
fueron generosos en asistencia a los actos de homenaje a Humet sus paisanos
navarresinos. El tiempo relaja las emociones y, las nuevas modas musicales,
arrasan con la memoria reciente; ellos no saben que los grandes siempre vuelven
a los orígenes. Como Joan, que a pesar de haber vivido poco tiempo en Navarrés,
las vivencias en su pueblo fueron imprescindibles para componer muchas de sus
grandes canciones.
En
esta ocasión y venciendo mi pereza a conducir, mi santa me animó a superar esta
asignatura pendiente, visitar su tumba era algo que rondaba mucho tiempo en mi
mente y, esta fecha, era ideal.
Allí
nos encontramos con la hospitalidad, la generosidad y el cariño de Paco y Rubén
Martínez Climent que son el alma de la asociación Amigos de Humet, desde que
falleció su pariente hacen un esfuerzo enorme para que su memoria no quede en
el olvido.
Como
dice en una letra de sus canciones: "Entre la ermita y el pinar" pasamos
unas jornadas rodeados de músicos, muchos de ellos, sin ser muy famosos ni
mediáticos, son grandes artistas que consiguieron emocionarnos. Particularmente
cuando en la madrugada y, pertrechados de sus inseparables guitarras, nos
deleitaron con sus composiciones. En esos momentos me sentí integrado, acogido,
me sentí miembro de una tribu solidaria bajo una misma idea, la admiración por
Joan Baptista Humet.
Eventos
como este te reconcilian con el semejante, además conoces a nuevos amigos y les
pones cara a otros que ya lo eran por las redes sociales.
A
veces reparamos de las nuevas tecnologías por el abuso de la confidencialidad,
pero bien utilizadas son una herramienta más para unir a la gente, y también
para compartir aficiones y sumar afectos.
Qué
decir del íntimo homenaje en el cementerio, allí nos emocionamos por el momento
y por la belleza de las melodías que se cantaron. Un poco tristes si, pero también
felices, porque como dice una de sus canciones "Hay que vivir" y
el vive en nuestra memoria, además cada año es mayor el número de asistentes a
este homenaje venidos de diferentes lugares de nuestra geografía.
Ya
lo decía Victor Claudín en la conferencia que abrió el evento, la historia
musical de los cantautores debe poner en valor la obra de Humet, debemos
rebatir el silencio que existe sobre su excelente discografía. Él nunca estuvo
encasillado, fue un intérprete diverso y comprometido siempre con la vida y sus
circunstancias, además cuidaba tanto sus letras y era tan rico en musicalidad,
que algunos llegaron a integrarlo en el grupo de cantantes melódicos.
Ahora
vuelvo otra vez a la rutina diaria, pero después de haber disfrutado de un
acontecimiento tan emotivo, no me resigno a este olvido y a esta desgana. Por
eso he querido compartirlo escribiendo este texto para los posibles lectores
que, por edad, aún recuerden su composición más mediática y comercial, que no
la mejor, me refiero a esa Clara, distinta Clara, extraña entre su gente...
Joan Baptista Humet nunca debe ser un extraño para los nuevos cantautores, como no lo es para mis amigos de Navarrés y su asociación; Juan con sus canciones y su recuerdo sigue entre nosotros.
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Miércoles, 17 de Abril del 2024
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Viernes, 19 de Abril del 2024
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