El vino tuvo una gran acogida según explica uno de los socios de Vinatia, Javier Perales. “En los tintos, el consumidor de esta zona está más acostumbrado a los tempranillos, pero ese toque se syrah que le introducimos le da un aire diferente al vino y esto es precisamente lo que llamó la atención de la gente”. Perales anunció que para el mismo cliente están preparando un blanco que podría ver la luz en la próxima Navidad y más adelante presentaremos un espumoso cuya elaboración requiere algo más de tiempo”.

Tal y como refleja la ficha técnica que han elaborado los enólogos Paco Granado y Rocío Grandado, “el Taurasi es un tinto crianza, añada 2016, que presenta un brillante y limpio color burdeos, acompañado de una lágrima densa. En nariz ofrece una intensidad alta de aromas donde destaca la fruta negra madura y los recuerdos típicos del chocolate. Presenta notas de especiados y tostados sobre un elegante fondo mineral. La madera está muy bien integrada y acompañada por toques balsámicos.

En boca tiene una entrada golosa y untuosa. Es un vino equilibrado y con personalidad. La delicadeza de una boca tan suave y, a la vez, con tanto cuerpo marcan su elegante carácter. El final es fragante y persistente.

Se recomienda una temperatura de servicio entre los 14 y 15 grados. Para el maridaje se considera muy apropiada una carrillada de ternera, apionabo y su glass, “ya que la textura sedosa del vino y su toque goloso armonizan con el potente sabor de la carrillada”.

Cuando Vinatia presenta uno de sus vinos aporta también relevantes datos sobre su origen y elaboración. Así se ha hecho también en el caso del Taurasi que procede de viñedos ubicados en los términos de Socuéllamos, en la variedad tempranillo, a unos 675 metros de altitud, y en la zona alta de Villarrobledo, a unos 840 metros de altitud, en la variedad Syrah. 

Se indica igualmente que en estas parcelas se trabaja de manera respetuosa con el medio ambiente, utilizando abono orgánico y azufre como base única de su viticultura. Tambien se describen los suelos que son arcilloso-calcáreos. La parte arcillosa proporciona al suelo más capacidad para retener nutrientes y agua, ofreciendo vinos elegantes y con mayor estructura, puesto que los ciclos de maduración son más largos y se consigue una mayor carga de polifenoles durante la maduración. La parte calcárea aporta vinos de buen contenido alcohólico con baja acidez y de muy buena calidad. “Toda esta información se la ofrecemos al cliente que de, este modo, dispone de todos los datos posibles sobre la procedencia y elaboración del vino que ha encargado”, señala Perales.

También se aporta otro dato importante sobre su envejecimiento: en febrero de 2018 el vino pasó a barrica de roble francés (Allier) donde permaneció 14 meses.