Dean Schneider es natural de Suiza, país donde cursó sus estudios financieros y donde, con solo 21 años, fundó su propia empresa. Las cosas le fueron tan bien que a los tres años de existencia la compañía de Dean tenía medio centenar de personas contratadas. Quedó enamorado de Sudáfrica cuando viajó allí tras organizar un viaje como incentivo para sus empleados. En sus propias palabras “tras acercarme a algunos de los animales más salvajes del nuestro planeta me di cuenta de cuál era mi verdadera misión. No era hacerme rico dirigiendo una compañía financiera, sino llevando a esos animales a los corazones de las personas para conseguir que así los amen y los protejan.”

Tras esta epifanía, Dean, decidió dejarlo todo y marcharse a África —con la desaprobación de su familia y parte de sus amigos— para fundar la reserva “Hakuna Mipaka”, un gigantesco paraíso con cientos de hectáreas para que animales salvajes rescatados de terribles cautiverio o usados como atracciones turísticas con escasos cuidados, tengan una segunda oportunidad en las mejores condiciones, respetando todo lo posible su estado de libertad. Dean se ha hecho famoso por colgar vídeos en las redes sociales —Instagram principalmente— donde se le ve interactuando con los animales a su cargo y explicando cómo viven. Particularmente famosos son los monos capuchinos JayJay y Momo, la hiena Chukie o los leones Dexter, Nayla o Khalessi.

A sus 28 años, Dean Schneider está firmemente comprometido con su causa y colabora con voluntarios y organizaciones de todo el mundo para la difusión y conservación de la vida salvaje, viajando a lugares como la selva amazónica o ayudando en los rescates de animales en los recientes incendios de Australia.

La idea del joven es utilizar el alcance que proporcionan las redes sociales para esta difusión y es que, como él mismo sostiene en unas palabras que dan título al artículo: “Las personas protegen lo que aman.” Tal lleve razón, tal vez si consigue extender ese amor por la vida salvaje y la naturaleza, el ser humano se comporte mejor con  el resto de seres con los que comparte este mundo.

En lo personal, creo que personas como Dean Schneider, que hacen lo que hacen y lo hacen siempre con una sonrisa, contribuyen a hacer de nuestro planeta y lugar más bello, más esperanzador. Su reserva, “Hakuna Mipaka”, es un ejemplo de que, si se quiere, es posible compartir el espacio con otros animales, sin necesidad de desplazarlos, cazarlos o capturarlos. La armonía entre unos y otros, humanos y animales, es posible. Dean Schneider es un ejemplo de ello, de compromiso, de positivismo, de humanidad... Es, para muchos, un ejemplo a seguir y una de esas personas que hacen del mundo un lugar mejor.