Ramirez, que también ha hecho un alto en su oficio de conductor de autobuses, echa de menos el aire libre, el deporte en contacto con la naturaleza, “pero esto también tiene que ser poco a poco, no bruscamente. Todos tenemos que aportar para alcanzar esa normalidad que tanto anhelamos”.

En cualquier caso,  Javier asegura que no ha llevado mal el confinamiento. “Por las circunstancias que pasé con mi hija, estuve largos periodos en casa y estoy acostumbrado. Evidentemente, echas de menos el deporte, los amigos, la familia y también el trabajo que es algo esencial en nuestras vidas. Pero no había alternativas y por el bien de todos había que quedarse en casa”.

No tiene datos concretos de los Pieles Run que habrán salido a correr esta mañana, “pero habrán sido bastantes porque la gente tenía muchas ganas de salir después de casi 50 días de confinamiento. Aunque sé que otros, como he hecho yo, han preferido quedarse en casa”.

Alargamos la conversación con un hombre que siempre muestra buena disposición con la prensa y con todo el mundo. “Lo que está sucediendo es muy duro, se nos está yendo mucha gente, mayores y también personas a los que les quedaba todavía mucho trecho por delante”. Repasamos los nombres de gente que nos ha dejado en este mes y medio, y la emoción aparece.  Ramírez tiene claro que la lucha contra el  virus será difícil y larga. “Sé conoce muy poco del coronavirus y por eso está provocando tantos estragos. Encontrar la vacuna también será complicado, pero siempre hay que confiar en los científicos para que nos saquen del atolladero”.

Una vez que se supere esta pandemia, Javier Ramírez, considera que habrá que replantearse algunas cosas. “Las personas vamos a seguir siendo las mismas, con nuestras virtudes y defectos, pero quizá haya reflexionar sobre nuestro modo de vida y relacionarlos con los demás. Después de esto, deberíamos comportarnos con algo más de humildad y dar más importancia a  cosas que realmente la tienen”.