Calificada por el papa
Francisco como la «esclavitud del s. XXI», la trata de personas se define por
la captación, traslado o recepción de personas con fines de explotación,
recurriendo para ello a la amenaza u otras formas de coacción, al rapto, al
abuso de poder o a una situación de vulnerabilidad. Esta explotación incluye la
derivada de la prostitución y de otras formas de explotación sexual.
«Hay trata porque
tenemos una “economía que mata”» afirmó el papa Francisco en 2017. «Y la trata de personas sigue siendo una de
las peores formas de esclavitud en 2020»,
apunta Patricia Garrido, responsable de proyectos de Manos Unidas en el sudeste
asiático.
Múltiples factores
favorecen que se produzcan situaciones de trata: por ejemplo, nacer en un hogar
pobre, pertenecer a una minoría étnica, a una familia desestructurada… «Vivir
en países con alto porcentaje de población joven en situación de extrema
pobreza y con elevados índices de desempleo, con alta tasa de abandono escolar,
con graves carencias en servicios básicos como la sanidad o la seguridad, falta
de acceso de las mujeres a educación básica y a recursos financieros... son
otras situaciones que propician que mujeres y personas menores de edad sean
consideradas mercancías, siendo explotadas incluso por sus propias familias», explica
Patricia Garrido.
La pobreza es una de
las principales causas de la trata y la cifra de personas que pasan hambre en
el mundo no ha parado de subir desde 2015, año en el que también se dio un
considerable repunte de casos contabilizados de trata, llegando a los casi
25.000 solo en ese año, y siendo una cifra que continúa en ascenso. Según el último
informe de la ONU, las estimaciones actuales indican que cerca de 690 millones de personas en el mundo
padecen hambre
y la
pandemia del coronavirus podría sumar unos 130 millones de personas más a
las que estarían en riesgo de padecer hambre severa a finales de 2020.
El
«tráfico de novias» hacia China, un mercado emergente en el sudeste asiático
Una nueva tendencia
está surgiendo en los últimos tres años en el sudeste asiático, el mayor
mercado de prostitución del mundo: el «tráfico de novias» hacia China.
«La pobreza obliga a
muchas mujeres a emigrar para trabajar en la prostitución», explica Patricia
Garrido. Es el caso de muchas minorías étnicas, en las que las niñas son
obligadas a tener relaciones sexuales desde muy jóvenes y, debido a la política
de hijo único que China ha tenido por décadas, existe un déficit de mujeres
respecto a hombres que aumenta la presión de China sobre países fronterizos, lo
que supone que cada vez más chicas sean vendidas a China para matrimonios
forzados. «Los hombres chinos pagan entre 10.000 y 20.000 dólares para traer al
país mujeres extranjeras», afirma Patricia Garrido.
La
pandemia está agravando la situación
La pandemia que está
azotando a todo el planeta este año no ha hecho más que empeorar la situación de
las víctimas de trata ya que «los prostíbulos han cerrado a causa del
confinamiento y muchas chicas han quedado encerradas allí, pero sin ingresos ni
nada que comer», según aseguran desde Alliance Anti Trafic, socio local de
Manos Unidas en Tailandia.
Por otro lado, Alliance
Anti Trafic también advierte de que muchas mujeres que han perdido su empleo a
causa del confinamiento, emigrarán o entrarán en la prostitución para poder
sobrevivir. Además, las víctimas de la trata tienen menos acceso a los servicios
básicos debido a la pandemia, ya que la prostitución es ilegal en Tailandia y a
estas mujeres se les ha denegado la ayuda gubernamental prevista para quienes
hubieran perdido su empleo. Asimismo, al haber cerrado los prostíbulos, muchas
chicas se han introducido en el mercado de la prostitución online, encontrando
clientes a través de redes sociales.
El
papel de Manos Unidas contra la trata en el sudeste asiático
Para combatir esta
situación, Manos Unidas colabora estrechamente con Alliance Anti Trafic en iniciativas
y proyectos puestos en marcha en Laos, Myanmar y Tailandia, países donde se
produce la mayor concentración de trata y tráfico de personas. Las víctimas son
niñas que tienen relaciones sexuales desde muy jóvenes y pasan a ser propiedad
de los hombres. Frecuentemente, estas chicas desconocen los mecanismos de
ayuda, y las nuevas formas de captación y explotación virtual basadas en el uso
de las nuevas tecnologías y redes sociales complican la identificación de los
delincuentes, lo cual dificulta el poder combatir estos crímenes.
Para proteger a estas
mujeres y activar los mecanismos que permitan disminuir el riesgo de sufrir
estos delitos, Alliance Anti Trafic ha creado e implementado, con la ayuda de
Manos Unidas, un sistema de detección y notificación de casos de tráfico de
personas, que permite identificar a las víctimas de abuso sexual o trata y a
aquellas en riesgo de serlo. Para ello, forma a exvíctimas de trata, para ser «agentes
del cambio» en sus comunidades y que puedan ser testigos fiables en los
tribunales, así como a voluntarios que conforman una amplia red de detección y notificación
de casos de tráfico y explotación de personas.
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Miércoles, 27 de Marzo del 2024
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