Opinión

No vehicular

Joaquín Patón | Sábado, 7 de Noviembre del 2020
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Hace unos días escribí un artículo para “La Voz de Tomelloso” publicado  en la sección de opinión. El título era “Tontos pa… siempre”, haciendo chanza y reflexión sobre un asunto grave, recogido en la Ley de Educación de la ministra Celaá, en el que se propone pasar de curso, aunque no se hubieran aprobado las asignaturas pertinentes e imprescindibles.

Tengo que decirte, querido lector, que sigue batiéndose la marca. Nueva estupidez (por evitar calificativos más incisivos y denigrantes), acaba de aprobarse en la Comisión de Educación del Congreso, que el Castellano o Español no será lengua vehicular en todo el Estado Español. La sutileza, para estos clarividentes, se sitúa no en negar, sino en no afirmar, con lo cual los así mismos “perspicaces” gobernantes de cualquier zona española que tenga su lengua propia, porque ahora todas son “lenguas”, podrá legislar cualquier tema educativo en su maternal lenguaje. Concluyendo: Se deja en manos de las autonomías la posibilidad de decidir cuál es la lengua vehicular en su territorio.

Y añadiendo una conclusión pérfida: Si has terminado tus estudios e intentas presentarte a oposiciones de enseñante en algunos de esos lugares, exigirán sus autoridades que te expreses es su lengua tanto en tus oposiciones (temarios, exposiciones orales, etc.) como en el trabajo lectivo durante el curso. Dominarás idiomas internacionales, pero como no hables la lengua del corralito nacionalista (Catalán, Gallego o Euskera), despídete…

Algún prócer izquierdoso, sin praxis de izquierdas, ha alegado que las críticas a este asunto son propias de partidos derechistas.

Es conocido de todos, que la llamada lengua vehicular es la que se utiliza en un país, cuando distintas regiones hablan dialectos o lenguas propias, como lengua común. En España y recogido en distintas leyes de educación como la LOE, LOMCE, se considera el Castellano o Español como lengua vehicular para la enseñanza en todo el territorio de “este país” (antes España para algunos), pero coexiste con el resto de lenguas de las distintas regiones o comunidades. Exactamente no se habla de que el Castellano sea lengua vehicular. 

No pretendo yo aquí sumarme a la polémica partidista de acusaciones, para eso están ya ellos, los políticos de cualquier bando y signo. 

Comenta mi vecino disfrutante del pseudo sol de noviembre y al abrigo del aire: “Digo yo y sin que sirva de precedente…,  y si estos personajes (ellos, ellas, ell@s, ellxs, que dicen gobernarnos) intentasen dialogar, pensar, reflexionar, estudiar, oír a la gente, enterarse de lo que pensamos las personas de la calle, ¿no nos iría mejor a todos? Están cobrando sueldos interesantemente altos para lo que producen y con aprobación de subida para el año que viene ¿por qué no se esforzarán por hacer mejor su trabajo?” 

Sí pretendo ponerme en la piel de los padres y alumnos catalanes que en estos años cursan estudios de cualquier nivel. Cuando salgan del colegio, instituto o universidad, necesariamente van a estar peor preparados para la comunicación oral y escrita, que los alumnos del resto de la nación. Su lengua materna sólo se habla en su comunidad, posiblemente será eximio el número de habitantes de otros países que  la conozcan, igual que yo desconozco los dialectos o lenguas maternas de las regiones del Cáucaso, de Rusia o de la India. 

Según informaciones actuales contrastadas, El Castellano o Español lo hablan en el mundo más de 577 millones de personas, el 7, 6 % de la población mundial lo hablan y esta gentecilla intenta menospreciarlo para conseguir apoyos de independentistas, nacionalistas y demás gobernantes de mente palurda.

Evidentemente los tontos  se multiplican por esporas. ¡Qué pena no fueran setas, ahora que está el otoño lluvioso!.

Además, por fin nos hemos dado cuenta que saber idiomas es una riqueza impresionante para todas las personas, y en el ámbito global, no digamos en la esfera intelectual, científica, sanitaria, literaria, etc.  De todos es sabido que alguien, terminados sus estudios universitarios, dispone de más ventaja si domina varios idiomas, especialmente  Inglés. Añadiría un punto más, dentro de algunos años, no muchos, la persona que no hable alguna otra lengua además de la materna se le va a considerar analfabeto, del mismo modo que ahora es rarísima la persona que no sabe leer y escribir.

Hasta el día de hoy, y que sepamos, han recibido tratos inadecuados en la Reforma de la Ley de Educación de la Ministra Celaá:  Filosofía, Lenguas Clásicas, Formación religiosa, El Castellano… ¿Qué materia será la próxima? ¿Idiomas extranjeros, Lengua y Literatura Españolas…? 

Para terminar insisto en la pregunta de siempre ¿por qué las leyes de educación no las legislan sus mismos trabajadores y no los políticos foráneos de las aulas? 

La respuesta se encuentra en el axioma: “Algo tendrá el agua cuando la bendicen”


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Estimado señor: Le agradezco que se ponga usted en mi piel: soy tomellosera, madre de un catalán que estudia en Cataluña y profesora de castellano en la misma comunidad. Ya que se preocupa tanto por el idioma, le agradecería que se preocupara también por los signos de puntuación. El resto de faltas de ortografía, que tiene usted muchas, imagino que son licencias literarias.

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