“Nuestros quesos se fabrican en La Solana con la leche de nuestra explotación”, empieza explicando el anfitrión que se remonta a los orígenes ganaderos de la familia. “Todo se inició con mi bisabuelo, continuó después mi abuelo Eugenio, pero no por mucho tiempo porque lo mataron en la guerra. Aparecieron entonces mi padre, Emilio y mi tío, Eugenio, que desde muy pequeños, empezaron a defender el negocio, con pocos animales al principio,  pero poquito a poco fueron creciendo. Ahora estamos los hijos, éramos tres: Emilio, Vicente y yo, pero lamentablemente Emilio murió en abril a causa del covid con 58 años. Combinamos la ganadería con la agricultura. La empresa familiar supera los cien años de existencia”. 

Tanto Vicente como Eugenio tienen claro que los tiempos han ido marcando las necesidades de la explotación . “Nos hemos ido modernizando y adaptándonos a las exigencias de un sector que siempre ha tenido una normativa exigente. No hace mucho tiempo ordeñábamos a mano y el transporte de la leche nada tiene que ver a como se hace ahora”. Cuentan con 1.700 ovejas y 300 cabras. Las vemos en la nave principal que los propietarios han ido ampliando y dotándola de la mejor tecnología. Una cinta transportadora permite dar el alimento a los animales a la vez que se limpia. Visitamos también la sala de ordeño con 24 puestos a cada lado que permite ordeñar cuatrocientas ovejas a la hora.  Eugenio explica la organización del ganado según la fecha que han parido. “Cuando están en producción alta las mantenemos encerradas para sacarles más leche. Y luego cuando va descendiendo, salen al campo, lo que les viene muy bien”.

Cuatro trabajadores tienen a su servicio los hermanos, aunque la explotación ganadera es ocupación más de Eugenio, porque Vicente se centra más en la agricultura. Le preguntamos por la situación del sector y asegura que “ahora está bien, lejos de esos momentos tan complicados que hubo hace tres o cuatro años con la leche y precisamente ese fue el motivo de que nos lanzáramos a hacer queso. Es un queso de mucha calidad, el quesero que lo elabora es un gran profesional, un queso de oveja manchega que es muy apreciado en los mercados.  Se hacen muchos controles de la leche y de los animales siempre buscando la máxima calidad.  Se  buscan los mejores cruces para obtener los mejores animales, siempre estamos probando e investigando. La gente del Consejo Regulador controla con mucho celo y es lo que tiene que ser. El auténtico queso manchego tiene que ser con Denominación de Origen”.

La fama del queso y el cordero manchego se ha conseguido “porque reúnen unas calidades que no tienen otras razas. La oveja manchega, en grasa y en proteína, está muy por encima de otras.  Nuestro queso se elabora al modo tradicional artesano, con leche cruda y sale un queso de calidad excepcional”.  El mercado de Quesos Poveda es cercano, “pero también estamos llegando ahora a Asturias. Vamos poniendo tiendas en bares y la verdad es que la marca se está introduciendo francamente bien”.

Eugenio Poveda asegura que la crisis del covid-19, “no nos ha afectado demasiado porque el sector de alimentación es más seguro. Es cierto que generó algo de incertidumbre y miedo al principio. En el cordero se ha acusado algo más, pero en el tema de la leche hemos aguantado mejor”.

Sobre proyectos de futuro, Eugenio se muestra cauto, aunque suspira “por ampliar algo más la instalación, incluso disponer de nuestra propia quesería. Pero estamos hablando de algo muy a largo plazo, de algo que de momento, es solo una ilusi´ñlon”. Toca despedirse, Eugenio se emociona al recordar a su hermano Emilio, y habla también del sacrificio de un trabajo que exige “estar al pie del cañón todos los días del año para que los animales estén bien cuidados y atendidos. "Pero es un trabajo que me gusta, jamás he pensado en cambiarlo por otro", concluye diciendo nuestro afable y buen anfitrión.