Desde el colectivo ecologista, por otra parte, se entiende que la tala de un árbol es un procedimiento de última, ultimísima y excepcional, instancia, al que no se puede llegar sin haber pasado necesariamente muchas fases previas, para las que el siglo XXI nos ofrece multitud de recursos fitosanitarios, técnicos y de todo tipo, desde barreras anti-raíces, en el caso de daños a cimentaciones y solados, hasta tratamientos fitosanitarios de todo tipo para recuperar el vigor de árboles enfermos. Incluso en el caso de peligro perceptible o inminente por caída, realmente la única causa que podría justificar el apeo, existen medios técnicos de apuntalamiento, sustentación y reforzamiento mecánicos de tronco y ramas, complementados con tratamientos fitosanitarios y revitalizadores que ya se están llevando a cabo en muchos municipios en los que existe una verdadera cultura del árbol. Es una opción que siempre hay que intentar, aunque con la línea roja final del peligro real para los ciudadanos. Y en todo caso, siempre hay que considerar si, antes que talar de forma irremediable, es posible el trasplante del ejemplar en condiciones adecuadas.

Pero, sobre todo, lo que verdaderamente se pide es no tener que llegar nunca a esta etapa final de planteamiento de la tala, sino agotar antes todas las etapas previas, que pasan, desde un principio, por la plantación de especies adecuadas y en el lugar adecuado para evitar lo que luego puede ser una fuente inagotable de complicaciones para el árbol, las personas y las calles. Posteriormente hay que realizar una vigilancia diligente de los tratamientos fitosanitarios y mecánicos adecuados, a la vez que se evitan agresiones al arbolado como podas salvajes, asfixia de raíces y remodelaciones agresivas de zonas con árboles.

Por todo ello, se ha pedido al ayuntamiento la moratoria inmediata de cualquier tipo de apeo o extracción de arbolado del casco urbano que no suponga un peligro real o inminente para la ciudadanía y no permita intentar ningún otro tipo de solución, a la vez que un replanteamiento de la nueva plantación en el Grupo Renfe, ya que talar olmos pumila para volver a plantar otra vez olmos (esta vez umbraculífera), va a dar exactamente los mismos problemas que se están queriendo evitar.