Las personas que seguís mis
artículos vais a observar que este es el tercero de una serie, que me he
propuesto escribir con el objetivo actualizar algunos planteamientos, que
tenemos en el cristianismo católico relacionado con la cuaresma y la semana
santa. Pensé que ya llevábamos una larga cuaresma causada por la Covid, de
sufrimiento y esfuerzo, en muchos casos, sobrehumano, e intentar observar
aspectos, que sin tocar lo fundamental, digamos de la “Doctrina Católica”, la
viéramos desde otra esquina.
Estos escritos los estoy
titulando con palabras en Lengua Latina, porque son muy conocidas por todos los
lectores, y especialmente para servir de nexo entre una visión y otra.
Posiblemente no gusten demasiado
o no encajen con las mentalidades de los que “oficialmente” detentan la
dirección espiritual y doctrinal de las parroquias y diócesis, (curas y
obispos). Lejos de mí auparme a la cátedra de la enseñanza reservada, exclusivamente,
a los que jurídicamente cumplen unos requisitos impuestos por ellos mismos.
Esto no me inquieta en absoluto; habida la experiencia que he tenido en otras
ocasiones, estoy acostumbrado.
El acrónimo INRI es perfectamente
conocido, incluido su significado: «Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum». En nuestro
idioma: «Jesús Nazareno Rey de los Judíos (la traducción literal sería “de los que viven en Judea”)»
Igualmente de todos es sabido que
se trataba de un documento, según nos narran los Evangelistas, que Poncio
Pilato mandó colocar en la cruz sobre la cabeza de Jesús; era una obligación
dar conocimiento de la causa, por la que la persona había sido condenada a morir
de tal modo, para ejemplo de los espectadores y amenaza de lo que podría
ocurrir a cualquiera que contraviniera las leyes.
El aspecto a observar hoy es que,
a mi parecer, hemos usado tanto el símbolo que se ha llegado a una sobreexplotación
de la cruz. Enumero a continuación algunos datos importantes:
1.-Recorramos mentalmente el
número de cruces o crucifijos que tenemos colocados en nuestros templos o
iglesias. Incluso en el momento de la celebración de la Eucaristía en muchas
ocasiones sitúan alguno en el mismo altar, además del que ya presida el lugar
de culto, muy cercano, si no está
incluido en el retablo.
2.-En el lenguaje incluimos
frases que hacen referencia a la cruz, si hablamos de enfermedades, situaciones
difíciles, problemas de hijos o familia, decimos: “Vaya cruz que me ha caído”,
“esta vida es un calvario”, etc., etc. Incluso en nuestra formación entendemos
que cada cual “ha de tomar su cruz”, para poder hacer la voluntad de Dios. Con
todo eso surge la pregunta: ¿Es que Dios me ha puesto en el mundo para sufrir?
¿Es que Dios disfruta con el sufrimiento de las personas? Hay incluso quienes
ante una muerte trágica o una enfermedad grave las toman como un castigo de
Dios: “¿Qué habré hecho yo para que Dios me castigue de este modo?”
Si pensamos así tenemos una idea
de un dios tirano, no coincide lo más mínimo con el Dios-Abba de Jesús. Aquella
idea de que “cuanto más cerca estés de Dios más vas a sufrir” o “para estar
cerca de Dios hay que sufrir”, no encajan con la actitud de Jesucristo. La
gente quería estar cerca de Él porque liberaba de las enfermedades, porque
junto a Él estaban a gusto, desaparecían los males, eran felices…
3.-Algunas frases tomadas de
homilías o como moniciones (de un obispo) a un momento determinado son:
A) “Rechazar la cruz es rechazar
la vida como viene” (1). Nadie en su sano juicio aceptaría como normalidad de
vida el sufrimiento, la muerte, desgracias…; distinto es que ante una situación
conflictiva se intente hacerle frente y superarla, nunca me quedaría agarrado a
ella y arrastrándola por toda mi existencia. Mi instinto de supervivencia me
hace enfrentar y, si puedo, derrotar las situaciones que me podrían llevar a la
muerte. Ante un cáncer la persona enferma tratará de luchar contra él con todas
sus fuerzas y las de los sanitarios ¿Eso
quiere decir que está rechazando la cruz porque no acepta la vida como viene?
B) “Pan roto por la muerte…” (1) Unos
momentos antes de la comunión. Es algo tétrico. Cuando estamos partiendo el pan
en una comida y la Eucaristía es la Comida por Excelencia, a nadie se le ocurre
pensar tal desatino, todo lo contrario, damos gracias porque podemos compartir
comida, mesa y amor con los que tenemos junto a nosotros, familia, amigos,
conocidos… Pensamos en vida no en muerte.
4.-Es posible que estemos cayendo
en un pesimismo religioso de tono protestante luterano: Nuestra naturaleza está
dañada desde el comienzo de los tiempos, dicen ellos. Estamos en este mundo
solo para penar. En la oración de la salve decimos: «…A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y
llorando, en este valle de lágrimas». Desterrados… en este valle de
lágrimas… más pesimismo no cabe. Las personas que piensen de este modo, evidentemente
no han olido ni de lejos las enseñanzas de los evangelios.
Evidentemente, querido lector, no
pretendo quedarme en una simple crítica, que no crítica simple, tampoco intento
hacerme poseedor de la razón ni de la verdad, lejos de mí. Sencillamente
intento pensar, reflexionar, ver lo que se puede mejorar. Siempre con una
actitud positiva, optimista y cristiana. Si te ayuda a observar las cosas de
otro modo y así completar tus ideas y actitudes, pues tan a gusto. Si por el
contrario no te satisfacen, no las ves adecuadas, o las rechazas de plano, con
volver la hoja será suficiente.
(1)
Frases dichas por el obispo de Segovia en la
eucaristía televisada por TVE en la 2 del domingo 28 de febrero en el pueblo de Carboneros.
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Jueves, 25 de Abril del 2024