El número de personas que necesitan Asistencia Humanitaria se ha
incrementado hasta la cifra record de 235 millones en 2021. El último Informe
de Naciones Unidas no deja lugar a dudas: los conflictos, el deterioro
medioambiental, la pobreza, el hambre y, en el último año la emergencia
derivada de la pandemia de Covid-19, han llevado a poner al límite la
supervivencia de millones de personas, fundamentalmente en los países más
empobrecidos.
Según explica Encarni Escobar, del Departamento de Proyectos de Manos
Unidas, “en estos momentos en Haití, donde un terremoto de magnitud 7,2 ha sembrado
el caos y la destrucción en la Región Sur del país, nuestra ONG trabaja junto a
sus socios en la zona para identificar las necesidades más inminentes de la
población afectada”. Son indispensables los
elementos de primera necesidad, como agua, productos de higiene, comida o
medicamentos.
Ayuda inmediata
Aunque MMUU es la ONG de desarrollo de la Iglesia en España “hay ocasiones
–señala Escobar- que requieren que parte de los fondos se dediquen a atender
situaciones críticas para las que los socios locales piden una ayuda inmediata
para poder acudir en auxilio de las personas más perjudicadas”.
Esto es lo que viene
sucediendo en el último año y medio, en el que las peticiones de ayuda de
emergencia que se reciben, se han incrementado considerablemente con motivo de
la pandemia del coronavirus. “En economías prácticamente de subsistencia, en
las que el apoyo estatal es casi testimonial, sobrevivir a las consecuencias de una pandemia mundial como la que nos
afecta es, para millones de personas, un desafío que raya la heroicidad”,
manifiesta Escobar.
En 2020, tal y como publicaba en su Memoria anual, Manos Unidas dedicó un tercio de los 506
nuevos proyectos en los que trabajó a apoyar iniciativas de emergencia,
dirigidas tanto a la asistencia a personas vulnerables, que habían visto su
vida amenazada por la pandemia, como a quienes necesitaron ayuda urgente por
otras causas no relacionadas con el coronavirus. Esta ayuda extraordinaria, que
alcanzó a 1,4 millones de personas, se materializó en 172 proyectos de acción
humanitaria, por valor de casi 4,9 millones de euros.
“En 2020 –relata Escobar- con
la Covid-19 nos tuvimos que enfrentar a nuevos tipos de emergencias que nunca
habíamos contemplado. Solo de abril a diciembre atendimos 136 proyectos
relacionados con el coronavirus en 36 países”. Unos proyectos de emergencia con
los que Manos Unidas contribuyó a hacer frente a necesidades tan variadas como
la alimentación, los programas de sensibilización, la formación del personal
sanitario, el refuerzo de centros médicos o la dotación de fuentes de agua,
productos higiénicos y de protección.
Unas ayudas que se han
mantenido en 2021, cuando la ONG ha seguido apoyando proyectos de emergencia
relacionados con la COVID-19, especialmente en India donde la segunda ola de
coronavirus ha golpeado a la población con mucha fuerza. “En lo que va de 2021
hemos aprobado más de 30 iniciativas en este sentido. Entre ellas, destacan las
encaminadas a suministrar oxígeno en instituciones médicas que atendían a
personas vulnerables que habían contraído la enfermedad, el reparto de ayuda
alimentaria y los proyectos de prevención en zonas rurales remotas.
Más allá de la Covid -19
Pero en 2020, Manos
Unidas dio también respuesta a las
peticiones de emergencia y de ayuda humanitaria derivadas de fenómenos
climáticos como inundaciones, ciclones o huracanes que arrasaron con todo lo
que encontraron a su paso y que, de la noche a la mañana, destruyeron
infraestructuras y vidas. “En estos casos, nuestros socios locales suelen
reaccionar con prontitud porque es fundamental dar una respuesta inmediata a
las necesidades de unas personas –generalmente las más vulnerables- que lo han
perdido todo”, comenta Escobar.
“Tampoco nos olvidamos de las personas que
tuvieron que huir de la violencia en países como Burkina Faso, Mozambique,
Camerún o RD Congo y de las `personas en movilidad´, como los solicitantes de
asilo o los migrantes, desplazados o retornados de diferentes países como Marruecos o Colombia” añade Encarni Escobar. “Y en lo que va de 2021, desgraciadamente
–lamenta Escobar- hemos tenido también que apoyar, entre otras, a personas
víctimas de los conflictos de Gaza y del Tigray, en Etiopía”.
La ayuda humanitaria y
de emergencia que Manos Unidas dispone gracias a tantos miles de voluntarios,
trabajadores, socios, colaboradores y legatarios, nunca podría llegar a tantas personas si no fuera por el empeño y el trabajo de los socios locales de la ONG -pertenecientes,
muchos de ellos, a instituciones religiosas- que conviven con las poblaciones a
las que apoyan y acompañan aún en los momentos más difíciles. “Ellos son nuestros
trabajadores humanitarios, personas llenas de humanidad, que, hacen suya la
suerte de los más desfavorecidos. Ellos son el alma de nuestro trabajo y la
piedra angular de nuestros proyectos”, asegura Escobar.
Junto a ellos, Manos Unidas seguirá atendiendo, como desde hace 62 años, a
las personas más vulnerables en situaciones de vital importancia.
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Sábado, 20 de Abril del 2024
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