La pandemia ha supuesto en términos de seguridad y salud de la clase trabajadora un empeoramiento generalizado de las condiciones laborales, especialmente en aquellos casos en los que la situación de partida era ya aún peor. Como sindicato tenemos un reto prioritario: mejorar la salud laboral de los trabajadores y trabajadoras. Es una necesidad de primer orden reforzar la cultura preventiva. 

La secretaria regional de Diálogo Social, Política Institucional y Salud Laboral de CCOO CLM, Raquel Payo, ha participado hoy en Madrid en la jornada de presentación de la encuesta COTS (Condiciones de trabajo, inseguridad y salud en el contexto del COVID-19) bajo el título “Defender las condiciones de trabajo, defender la salud. Las vulnerabilidades que ha visibilizado la pandemia”.

Payo ha intervenido en una mesa redonda sobre la acción sindical antes, durante y después de la pandemia para enfrentar los riesgos laborales. 

Con un sistema preventivo con un cumplimiento formal más que real, antes de la pandemia el sindicato venía poniendo el acento en exigir un “cumplimiento real” de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales en el seno de las empresas. A la vez nos encontrábamos con un mercado laboral altamente precarizado, constituyendo la precariedad laboral un caldo de cultivo para el aumento de la siniestralidad laboral, abocando a las y los trabajadores a tener que elegir entre empleo y salud. Las cifras son claras: la precarización del empleo provocada por la reforma laboral de 2012 provocó desde ese año y hasta el 2018 un aumento de los accidentes laborales de un 30% en números absolutos y de más de un 20% en índice de incidencia en Castilla-La Mancha. 

La pandemia puso en evidencia y acentuó las debilidades del sistema preventivo, dejando claro que el modelo preventivo no funciona. Conocer qué estaba pasando en las empresas de Castilla-La Mancha, su situación y las necesidades preventivas ante la Covid era en aquel momento una prioridad para CCOO CLM que realizó un estudio al respecto, contactando telefónicamente con 300 representantes sindicales de empresas de más de 50 personas en plantilla, llegando a unos 18.000 trabajadores y trabajadoras. Resultado de este estudio conocimos que muchas empresas no estaban dando una respuesta adecuada en materia de prevención y que no había una participación de la representación legal de las y los trabajadores en la gestión preventiva, ha explicado la secretaria regional de Salud Laboral de CCOO CLM.

La pandemia obligó al sindicato a reorganizar el trabajo, se hizo un importante esfuerzo para estar al lado de los trabajadores y trabajadoras, para que estos recibieran la información y el asesoramiento necesario, se puso en marcha un teléfono gratuito de atención, un servicio especial de whatsapp para consultas urgentes y un correo electrónico específico, trabajamos con los comités de seguridad y salud en los planes de retorno a las empresas tras el confinamiento y ofrecimos formación específica en materia de trabajo, campañas agrícolas, vuelta al cole, realización de test, etc. Fueron momentos muy difíciles en los que el sindicato se volcó para estar al lado de la clase trabajadora.

Tras los peores momentos de la pandemia, CCOO seguimos trabajando por el fomento de la cultura preventiva en las empresas, exigiendo más y mejor prevención para hacer frente a la altísima siniestralidad laboral, porque todos los accidentes laborales son evitables si existen unas adecuadas medidas preventivas. Castilla-La Mancha con una tasa de incidencia de casi 300 accidentes por cada 100.000 personas trabajadoras es la comunidad autónoma del país con peores indicadores.

Continuamos con el acompañamiento a los comités de seguridad y salud para la implantación de medidas preventivas adecuadas y eficaces; impulsando la formación y el asesoramiento; trabajamos desde la Secretaría de Salud Laboral de la mano con las secretarías de Acción Sindical, la de Juventud y la de Mujeres; así como por la integración de la salud laboral en la salud pública. 

"Hemos de hacer un enorme esfuerzo, hacia fuera y hacia dentro, para ser agentes de cambio y posibilitar una nueva cultura preventiva que ponga la salud en el centro del mercado de trabajo", ha señalado Payo durante su intervención en estas jornadas.

Encuesta

A finales de abril de 2020, ante la situación excepcional generada por la pandemia de COVID-19, en un trabajo conjunto entre el grupo de investigación en riesgos psicosociales, organización del trabajo y salud (POWAH, por sus siglas en inglés), integrado por investigadores e investigadoras de las Facultades de Medicina y de Ciencias Políticas y Sociología de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y el Instituto Sindical de Trabajo Ambiente y Salud (ISTAS-CCOO), se puso en marcha la Encuesta COTS (Condiciones de trabajo, inseguridad y salud en el contexto del COVID-19). Los resultados fueron concluyentes: la situación generada por la pandemia había implicado un empeoramiento generalizado de las condiciones de trabajo y de los indicadores de salud de los y las trabajadoras asalariadas, hasta límites nunca antes cuantificados.

Un año después, la pandemia había dejado en España casi 3,8 millones de casos y más de 80.000 muertes. A pesar de los enormes esfuerzos, más o menos exitosos, para controlarla y mitigar sus efectos negativos, a día de hoy nadie tiene claro cuál va a ser su impacto real sobre el empleo, las condiciones de trabajo, la salud y las desigualdades.

A partir de estas inquietudes, POWAH-UAB e ISTAS-CCOO, con la colaboración de la Fundación 1º de Mayo (F1M-CCOO), lanzaron la Encuesta COTS 2021. Esta segunda fase de la encuesta permite establecer comparaciones con la realizada en 2020 y establecer conclusiones sobre cómo han evolucionado las condiciones de trabajo y salud tras un año de pandemia.