En la anterior entrega
decíamos que el tren debe convertirse en la espina dorsal de la movilidad
cotidiana. Y a partir de esa espina dorsal articular el conjunto de los
otros modos de transporte alternativos al coche.
En Castilla La Mancha a la necesidad de disponer de una red de ferrocarril
que integre y cohesione la región se suma la urgencia de cuidar lo que ha
venido en denominarse la España vaciada: el mundo rural, abandonado
desde hace décadas por gobernantes ineptos, necesita que los derechos de sus
ciudadanos se respeten al mismo nivel que el de los urbanitas. Dice la
Constitución Española en su Artículo 14: “Los españoles son iguales
ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de
nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o
circunstancia personal o social”.
En Castilla La Mancha esto no se cumple. Aquí la ordenación del territorio
se ha hecho sin tener en cuenta los intereses de la ciudadanía. Los servicios
se han ubicado sin criterios públicos, objetivos, verificables. El ferrocarril
se ha diseñado en función de los amiguetes y de intereses poco claros; el
caciquismo del siglo XIX que tan bien estudió José María Barreda, se mantiene
en el siglo XXI: eres mi amiguete, este es mi pueblo, ponemos ferrocarril y
además de Alta velocidad. No eres mi amigo, no eres de mi partido, te niego el
ferrocarril o dejo que se deteriore o te ofrezco un fondo de saco ineficaz
(ejemplos: Toledo, Talavera, Tomelloso…). No ha habido planificación con visión
regional y lo poco que se ha hecho no ha contado con participación ciudadana ni
con las comunidades locales que deberían ser partícipes de los beneficios. De
primero de Geografía: la ordenación del territorio es mucho más eficaz y rápida
cuando se cuenta con los afectados. Más ejemplos de caciquismo y nepotismo: los
intentos –autorizados al principio por el gobierno de Page- de permitir minería
en el Campo de Montiel; las autorizaciones de macrogranjas, superconsumidoras
de agua, contaminantes y destructoras de la fijación de población al
territorio.
Si hablamos de los trenes regionales alguien debería darles una patada en el
trasero a nuestros gobernantes: para ir en tren a Toledo, la capital
regional, desde cualquier población de Castilla La Mancha… hay que viajar
primero a Madrid ¡¡¡Viva la autonomía regional!!! Dan ganas de pedir que el
Gobierno de Castilla La Mancha y sus Consejerías se ubiquen en Madrid.
Los trenes convencionales están olvidados; los albaceteños deben pagar 70 ú
80 euros para ir a Madrid, cuando antes pagaban menos de 20; Alcázar de San
Juan ha perdido decenas de circulaciones; a Tomelloso, la octava ciudad de la
región, se le sigue negando la integración en la red nacional; en Manzanares o
Socuéllamos paran menos trenes que dedos tiene una mano; la línea convencional
que une Cuenca con Valencia está cerrada desde el temporal Filomena; la línea
de AVE Madrid-Sevilla necesita que se inyecten varias bombonas de hormigón
periódicamente en el recorrido por el Valle de Alcudia; la comarca de Hellín
estará sin tren 4 años, por las obras del AVE a Murcia; de Talavera mejor ni
hablar…
El Artículo 131.1
de la Constitución Española encomienda al estado la planificación de “… la actividad económica general para atender a las necesidades colectivas, equilibrar
y armonizar el desarrollo regional y sectorial y estimular el crecimiento
de la renta y de la riqueza y su más justa distribución”. Para ello (art.131.2)
el Gobierno “elaborará los proyectos de planificación, de acuerdo con las
previsiones que le sean suministradas por las Comunidades Autónomas y el
asesoramiento y colaboración de los sindicatos y otras organizaciones
profesionales, empresariales y económicas…”.
Pero además el Artículo 148: 1. Dice “Las Comunidades Autónomas
podrán asumir competencias en las siguientes materias: … 5.ª Los
ferrocarriles y carreteras cuyo itinerario se desarrolle íntegramente en el
territorio de la Comunidad Autónoma y, en los mismos términos, el transporte
desarrollado por estos medios o por cable”.
Los escolares que estudian la Constitución Española a finales de noviembre
deberían trabajar estos artículos para comprobar el desastre de ordenación
territorial de la región.
El tren, el medio de transporte menos contaminante después de la bicicleta,
va a ser indispensable para garantizar los derechos de los españoles de Castilla
La Mancha, para reducir radicalmente las emisiones de gases de efecto
invernadero (GEIs) y para crear miles de puestos de trabajo que van a
desaparecer de las fábricas de turismos y camiones.
Josep Vicente Boira, Catedrático de la
Universidad de Valencia es uno de los mejores conocedores de la realidad
del tren, de sus defectos y de su potencial: “No se trata de hacer una obra
faraónica” dice, sino de invertir lo necesario durante la próxima
década. Boira entiende la red ferroviaria como un sistema sanguíneo: “Tenemos
que cambiar nuestra manera de pensar, pensando en red”. España podría tener
aquí un gran objetivo como nación: integrar todo el territorio con el
ferrocarril, al margen de si la población vota A ó B, si está en la región X ó
Z, si el alcalde es “de los míos” o “de los otros”. A los que tanto se les
llena la boca de España, ahí tienen un objetivo que nos dotaría de identidad
nacional y cohesionaría el territorio.
VIVIR EN LOS PUEBLOS
La Pandemia de Covid19 ha potenciado una tendencia que
ya se venía produciendo en toda Europa: el traslado de jóvenes profesionales
desde la gran ciudad mastodóntica, contaminada, estresante, insostenible… hacia
localidades a “escala humana”, donde todo sea accesible. La presencia de una
oferta educativa adecuada hasta la adolescencia, servicios sanitarios
especializados y comunicaciones fáciles son los ejes de la estrategia de
estos profesionales cualificados en la elección de un lugar para vivir.
Naturalmente, la presencia de una estación de tren juega un papel decisivo
en la elección de la localidad, pues garantiza la accesibilidad a larga
distancia. Que estos profesionales vengan a vivir a los pueblos puede
generar sinergias que mejoren la calidad de vida, el comercio, las expectativas
de nuestros jóvenes.
Si tu ciudad no tiene ferrocarril o si lo tienen
abandonado los pájaros que nos gobiernan, tu casa, tu local, tu tierra,
tu negocio, tu comercio… valen menos. Tendrás que usar el vehículo de
combustible para ir a cualquier lado, eso sí preparando la cartera, pues diesel
y gasolina empiezan a escasear y van a estar muy, muy caros (pronto
necesitaremos un billete de papel para un litro). También pagaremos por el
mantenimiento de autovías, y por los impuestos a la emisión de CO2, que
costearán los que más kilómetros recorran.
Así que, querido amigo, querida amiga, si el valor de tu casa te importa,
si el valor de tu local comercial, de tu negocio, de tu comercio, de tus
tierras te importa, si el futuro de tus hijos te importa… exige el tren para tu
ciudad. Cualquiera de los productos que fabriques, vendas o compres van
a ser mucho más caros en una ciudad sin servicio ferroviario o con escasas
circulaciones. Exijamos el tren. Porque sin tren el titular que se
reproduce más abajo va a ser válido también para nuestras localidades.
(Se reproduce aquí, sin ánimo de ofender, parte de la sección de Opinión
del periódico EL IDEAL de Jaén del Domingo 6 diciembre 2020. El titular se
refiere al engaño sobre el ferrocarril jienense que vienen sufriendo nuestros
vecinos de provincia y a su desmantelamiento, cosa que puede aplicarse a muchas
localidades de Castilla La
Mancha):
“SIN TRENES POR GILIPOLLAS”
“…Mala leche. La misma que les dieron a todos los que han venido a tomarnos
el pelo con el ferrocarril. Un caballo de hierro oxidado por el olvido y la
incompetencia. Ni Alta Velocidad, ni Velocidad Alta, ni conexión. Basta echar
un vistazo al mapa del futuro ferroviario de España para ver que en la
provincia han dibujado ballenas y dragones con el letrero de Terra Ignota.
Somos un trozo vacío de compromiso, la parte del plano que está de quimeras y
mitologías antiguas.
(Los gobernantes que niegan el ferrocarril) odiaron al tren por el
complejo traumático de quien no lo había disfrutado en su niñez. Estos tarados
llegaron a políticos. Del tren tomaron una única imagen, vagones de ganado en
el que nos subieron a todos los ciudadanos. Año tras año hemos sido sus
borregos, a los que engañan con promesas que descarrilan antes de salir de la
estación.
Podrían haber sido 'El maquinista de la General' para sacar a la provincia
del atraso, o Groucho Marx echando a la caldera «más madera porque es la guerra
…» del progreso, pero prefirieron, como en las películas de cine mudo, atar a
la heroína en las vías para que fuera arrollada. No obstante, la culpa es
nuestra. Por gilipollas”.
Ministros y gentes importantes, engolando la voz y poniendo pecho palomo,
han prometido convoyes y vagones para parar un tren. Mucho hablar del mundo
rural, de la España vaciada, de sostenibilidad, de apoyar a los más débiles…
pero a la hora de la verdad, se suben a los pomposos coches oficiales para ir a
celebrar la semana de la movilidad quemando gasoil. No cumplen con lo que
ordena la Constitución y cuando se les pregunta por la red regional de
ferrocarril miran para otro lado. Cuando se acerquen de nuevo las elecciones,
eso sí, intentarán subirse al tren del oportunismo.
El año 2021 es el Año Europeo del Ferrocarril. Europa superó hace
mucho tiempo la estupidez que acreditan nuestros representantes regionales y
nacionales y apostó por el desarrollo que significa el tren. En nuestra
región, el presidente Page y sus acólitos sólo buscan excusas y justificaciones
pueriles para eludir su responsabilidad.
España –y Castilla La Mancha- debe invertir masiva y
estratégicamente en los trenes de “a diario”, tanto los que establecen enlaces
entre grandes ciudades, como en cercanías y en las pequeñas líneas hoy
abandonadas, así como extender la red. Fundamental será la creación de una
red regional de ferrocarril que integre, como mínimo, a todas las
localidades de más de 5.000 habitantes, además de crear apeaderos para otras
poblaciones más pequeñas que también deben ser integradas en la red. Este video de Hope lo
explica muy bien: https://www.facebook.com/watch/?v=278487164277681
REPRESENTAR A LA CIUDADANÍA EXIGE COMPROMISO,
INFORMACIÓN Y VISIÓN A LARGO PLAZO
Como afirma António
Guterres, secretario general de la ONU, a propósito del informe del Grupo de
234 científicos de 66 países que estudia el cambio climático: «…es un código
rojo para la humanidad. Las campanas de alarma son atronadoras, y la evidencia
es irrefutable». Y el tiempo se está agotando, así que las personas que
se dediquen a la política deben estar informadas, tienen que ser conscientes
del cambio brutal que ya sufren nuestras sociedades y no tener miedo a sus
jefes políticos si discriminan a sus vecinos. Tienen que batallar para
facilitar la movilidad de sus representados, para ahorrarles tiempo y dinero,
para dejar de emitir gases de efecto invernadero, para mitigar el caos
climático que ya asoma sus garras. El dirigente político, social o económico
que no entienda hoy la necesidad vital del tren, no entiende nada del momento
histórico que le ha tocado vivir. El político que hoy no batalle por integrar
en la red nacional de ferrocarril (o aumentar el número de circulaciones) a su
localidad y a sus habitantes está incapacitado para representar a sus ciudadanos,
por mucho que se le llene la boca hablando de su ciudad.
Trenes baratos, cómodos, seguros, accesibles para
personas mayores y de movilidad reducida, integrados en la red nacional de
ferrocarril, trenes eléctricos y apenas emisores de GEIs. Trenes para frenar el
caos climático y la crisis energética. Como ciudadanos tenemos el derecho y el
deber de interpelar a nuestros representantes. Reclamémosles con educación,
pero sin miedo y con firmeza, el tren.
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Miércoles, 27 de Marzo del 2024
Jueves, 28 de Marzo del 2024
Jueves, 28 de Marzo del 2024