Antes de vender lotería desempeñó otros oficios como el de limpiabotas, trapero, camarero o temporero en algunas campañas agrícolas.  Uno de los rasgos que más le distinguió como persona fue su fino sentido del humor. Solía componer coplillas y versos para sacar punta a cualquier aspecto de la actualidad, ya fuera local o nacional. Contaba chascarrillos y otras anécdotas con su habitual gracejo y rostro serio.

Cada pueblo o ciudad tiene sus personajes pintorescos, esos que conoce todo el mundo  y que se hacen querer por su manera de ser y el sentido del humor que siempre les acompaña. Sin duda, Martín “El cuco” era uno de ellos. 

Su funeral tendrá lugar en la capilla de la Residencia San Víctor este jueves a las cinco de tarde.