Javier Carrión ha remarcado que “esta exposición es de los dos. Compartimos el origen del proyecto y Roberto se puso a trabajar con una obra que encajaba a la perfección con lo que yo estaba haciendo. Una cosa no se entiende con la otra y eso se expresa en el propio montaje de la exposición”. Ha reconocido que la exposición no es fácil de asimilar a primera vista y ha animado al espectador a participar en ella. “La obra no tiene sentido hasta que el espectador la entienda y la comparta a su manera. Nos gustaría que nos dijeran su parecer y opinión, porque es fundamental esa otra parte del trabajo en la que el espectador la ve y la hace suya”.

Carrión ha revelado que la serie de fotografías se llama Travesía “porque todas se han realizado en viajes y travesías de montaña a donde me gusta ir cuando quiero descansar y desconectar. En ese momento es cuando mayor concentración y capacidad de conectar conmigo mismo. Están realizadas en lugares y momentos diferentes, pero viéndolas en conjunto ofrecen la sensación de que están realizadas en el mismo espacio y tiempo”. 

Gobi ha dado las gracias a Javier y a la ESDAL y ha asegurado que “es un viaje alucinante compartir obra en este lugar. Desde el minuto cero las cosas fueron saliendo, es muy fácil trabajar con Javier Carrión, alguien que te enciende muchas bombillas”. Gobi ha aludido al título de su obra “Coetáneo” diciendo que “debo seguir con esa coherencia personal, vital o de travesía que aquí enseñamos”. El diseñador ha pedido que la gente “se empape y beba de esta travesía y esperamos que podamos emprender nuevos proyectos juntos”.

Esa interactividad que los dos artistas han reclamado ha empezado a visionarse en un enriquecedor coloquio que se ha generado después. Alumnos y profesores  les han planteado cuestiones relacionadas con la importancia de las emociones en la fotografía, las técnicas utilizadas, el equipo el tratamiento del paisaje, el encanto de la fotografía de viajes o la necesidad de compartir experiencias con otros fotógrafos, entre otras muchas.