El acto ha contado con la presencia de familiares y amigos de Juan García, además de empleados y directivos de AFAS que han querido acompañar a un hombre “en el buen sentido de la palabra bueno” que diría Machado.

 De Juan García ha hablado mucho y bien la monitora del taller del Vivero de AFAS, Encarni Cuadra. “Juan es nuestro amigo el de los cactus, un cliente y visitante habitual  que me contó que era coleccionista y ha sido la persona que más me ha enseñado sobre estas plantas. El pasado mes de septiembre me ofreció su colección y sentí alegría por el valor económico y botánico  que tiene, pero también tristeza porque sé lo mucho que le habrá costado tomar esta decisión”. Según ha explicado, el reto era hacer esta exposición sin que se murieran. “Lo conseguimos casi al cien por cien y tuvimos muy claro que había que hacer algo para agradecérselo. El mejor sitio era tenerlos aquí para que la gente los vea y los conozca y, sobre todo, al grupo del vivero para que pueda estudiarlo a fondo”.

Sin poder ocultar la emoción, Juan García ha expresado su satisfacción. “A mí no me tienen que agradecer nada, soy yo el que tiene que agradece que los cactus hayan podido recalar en este ambiente ideal para su desarrollo y cuidados. Que me hayan proporcionado un espacio en este vivero es un orgullo para mí. Los cactus ya no son míos, son vuestros, de todo el mundo que quiera venir a verlos”.

Juan García ha explicado el origen de su afición a los plantas y lo ha relacionado con su vocación por la enseñanza. “En ambos casos, se trata de tener a los seres vivos en un lugar agradable, ya sean plantas o los alumnos a los que di clase tantos años”. García ha elogiado la labor de Luis al frente de AFAS. “Siempre lo he admirado y sé que hay mucha gente que le ayuda, pero él es el alma de esta institución”. No se ha olvidado de las personas que trabajan en el vivero y de Encarna a la que ha calificado como “una verdadera artista”.

Luis Perales ha agradecido el gesto de Juan, “que va a seguir viniendo aquí para disfrutar de unos cactus que son como sus hijos. Él nos ha dejado una familia numerosa con esta donación que tanto trabajo le ha costado criar, pero con grandes dosis de voluntad y cariño. Cuando estuvo con nosotros en el año 84 empezó a sembrar su sentido común y ganas de hacer cosas y para nosotros es algo muy bonito esta donación que nos ha hecho y que siga aquí con nosotros”.

Arturo, un trabajador del vivero y usuario de AFAS, le ha hecho entrega de un obsequio con una frase que resume la esencia del acto “En la vida hay que ser como un cactus, adaptarse a cualquier momento, tiempo y circunstancia…ser fuerte y aún así nunca olvidarse de florecer…gracias”. Los aplausos han sonado con fuerza en varias ocasiones y poco después los asistentes ya disfrutaban viendo una colección de cactus que merece la pena conocer. Hay más de cuatrocientos y son de una gran belleza.