Hoy voy a ser feliz.

Tendré una perla,

que es joya para mí

el ir a verla,

conversar muy bajito

viendo a sus ojos

y compartir con ella

gustos y antojos,

pendiente de su boca

que es una rosa

y admirando su cara

que es tan hermosa;

sé que con esto hago

labor muy buena,

que no hay en este mundo

mejor faena.

Buscar un buen amor

la vida ahorma,

si se busca un cariño

en fondo y forma,

no solo un pasatiempo

sin ley ni norma;

no es una diversión

ni una aventura,

que es la mejor empresa,

la que más dura,

de más bellos deseos

y la más pura.

No hay nunca condiciones

para encontrarlo,

tan sólo algunas reglas

al encargarlo:

la primera de ellas

es la nobleza,

hacerlo con sentido

y con cabeza;

que tenga gran valía,

y hallado esto,

para hacerla feliz

estar dispuesto

a cumplir sus anhelos

y su apetencia,

siempre que sea sensata

y con conciencia.

 

Nunca hay que obsesionarse                         

con la apariencia,                                          

que aunque cada uno tiene

su preferencia,

existen unas reglas,

que no hay escritas,

que dan a los afectos

formas bonitas.

Quiero acabar ahora

mi letanía,

pero de buena gana

continuaría,

dándole a quien lo quiera

un buen consejo:

en cuestión de cariño,

método viejo,

porque al amor le ocurre

lo que a los vinos,

que los hay en los sitios

más peregrinos;

ya sea blanco o tinto

que no te espante,

que calidad sí tenga                           

es lo importante.   

Hay quien, cuando hace frío,

con él se arropa;

que no pase tu vida

sin esa copa.