Un accidente le provocó importantes daños en un pie, tanto es así que estuvo a punto de perderlo. Las cremas ya no eran suficientes y tuvo que recurrir a unos parches de plata que han resultado ser un tratamiento más eficaz en la cicatrización de las heridas, “pero el ozono ha resultado ser una gran ayuda porque mata los gérmenes por donde pasa. Manejándolo con precaución y en sus dosis correctas, como todas las cosas. Se vio también su eficacia en la pandemia cuando se colocaron maquinas en aulas, empresas, hospitales, centros de salud, vehículos de transporte público, en definitiva en lugares por donde pueda pasar mucha gente”.

Y el ozono puede tener un aprovechamiento muy interesante en la agricultura. “En Europa se han producido determinados tipo de productos fitosanitarios que han llegado a los alimentos y pueden producir enfermedades, así lo demuestran algunos estudios. Esto puede fastidiar a los agricultores que han utilizado estos productos, y les han funcionado para el tratamiento de plagas, pero debe primar la seguridad y la salud de las personas. Y una alternativa es el ozono, que al igual que el cobre o el azufre, son métodos naturales que entrañan pocos riesgos”,asegura.

Explica José Ramón Catalán que existen dos tipos de máquinas: una para el riego y otro para el tratamiento foliar. “En el tratamiento foliar, hay una maquina que se acopla a esa cuba que siempre llevamos para aplicar los tratamientos. Esa máquina coge por una punta el agua, la pasa por la máquina para ozonizarla y luego la suelta. Así conseguimos fumigar las plantas con esa agua ozonizada, sin más productos. En modo insecticida método es más eficaz en fase huevo o larva, después es más complicada, mientras que en modo fungicida, para los hongos, los elimina sin problemas”.

El empresario insiste en que el método es totalmente inocuo para las personas,  muy ecológico. “Y económicamente sale rentable. Porque el precio de una de estas máquinas puede oscilar entre los 7.000 u 8.000 euros, con lo cual  en el primer año, o dos como mucho, se puede amortizar, porque es más alto el coste en fitosanitarios en una explotación del tamaño medio que hay en la zona”.

Preguntamos a Catalán cómo están acogiendo los agricultores este nuevo método y señala que “lamentablemente el agricultor está algo escamado porque lo han engañado demasiadas veces con otras cosas y es normal que desconfíe. Los agricultores lo tienen que ver de primera mano, para confiar e invertir. Pero los agricultores que trabajan con estas maquinas de ozono están muy contentos y pienso que poco a poco se irán convenciendo de las ventajas de este nuevo sistema”.

Tras las explicaciones, hemos tenido oportunidad de ver cómo trabajan estas maquinas en una de las explotaciones de viñedo de la familia.