El Atlético Tomelloso de baloncesto cierra mañana la temporada enfrentándose al Illescas. Saboreando todavía el brillante triunfo ante Ciudad Real, los tomelloseros quieren acabar bien y dar un disgusto a los toledanos que en su visita al San José demostraron hechuras de gran equipo.  El momento es oportuno para que el entrenador del equipo, Ramón Cañas, realice un balance de temporada. Amablemente, el  técnico ha hecho un alto en el entrenamiento con los equipos de la cantera para hablar con nosotros. Es viernes, uno de esos días en los que prácticamente todos los jugadores de baloncesto de la ciudad pasan por sus manos en el pabellón San José. Esta entrevista tiene como sonido de fondo el alegre bullicio de dos partidillos de alevines e infantiles.

-La temporada toca a su fin, ¿cuál es el balance que puede hacerse?

-Los primeros meses fueron duros porque entrenábamos en el pabellón de la Ciudad Deportiva que no está suficientemente acondicionado para jugar al baloncesto. Todo esto unido a la novedad de la competición y a la mucha gente nueva que se incorporó propició nos costara mucho arrancar. Pero poco a poco nos fuimos amoldando a la categoría, sobre todo a partir del mes de enero, y se puede decir que el equipo ha pegado un tirón hacia arriba. A lo mejor no merecemos el notable, pero hemos estado muy cerca. Conseguimos entrar en la fase de ascenso que, a priori, se veía como algo muy complicado. Incluso en esta fase hemos acabado bastante bien. Todo esto desde el punto de vista de los resultados, porque desde el punto de vista del trabajo y la predisposición de los jugadores estoy más contento aún.

-¿Qué le ha parecido la categoría?

-Muy buena. Al volver los equipos de la asociación, todo ha sido un poco a la carta, cada cual se apuntó donde quiso. Teníamos claro que no podíamos estar en nacional, y en esta RTM, que es la segunda división, se han visto muy buenos partidos, con mucha igualdad y jugadores de buen nivel en  todos los equipos, algunos rebotados de categorías superiores.

-Ha quedado la sensación de que el Atlético Tomelloso podría haber hecho algo más en la fase de ascenso, ¿está de acuerdo?

-Sí. Cuando conseguimos clasificarnos para la fase de ascenso, en modo alguno, nos quedamos pensando que ya lo habíamos hecho todo. Queríamos competir, aún sabiendo que era complicado porque partíamos desde el último puesto y con una sola victoria. Fue una lástima aquella derrota de un punto ante Bolaños en un partido que debimos ganar, también el día de Miguelturra se pudo hacer algo más. Pero creo que fuimos a más como demuestra la meritoria victoria del último partido en casa frente a un gran Ciudad Real.

- Un año más el equipo ha mezclado a jóvenes y veteranos, ¿se le podrá dar continuidad a este proyecto?

-Cuando hay jugadores que son padres de familia con 40 años o más, cada año que juegan al baloncesto es un regalo que te hacen. Pero evidentemente llegará una temporada en el que lo tendrán que dejar. Ramón se hizo el otro día una foto de despedida con sus hijos, aunque luego se acaba apuntando porque le gusta mucho; Rafa Román es otro de los veteranos o Jaime que se casará en junio. Hay que agradecerles el leal compromiso que tienen con el equipo. Este año se ha incorporado gente muy joven como Alfonso, un junior que venía de Manzanares y que poco a poco ha ido a más, también Bonillo que con 19 años ha progresado mucho, hemos incorporado a mitad de temporada a Alex Pérez, además de su hermano Rafa, que es informático, y lógicamente, en función de donde trabaje podrá seguir o no. Nosotros no podemos mirar muy a largo plazo y los proyectos tienen que ser de un año por todas estas circunstancias que te comento. En comparación con otros proyectos como los de Villarrobledo, Alcázar, Criptana, La Solana o incluso Socuéllamos, el Atlético Tomelloso es un club con un proyecto más modesto. También es cierto que mucha gente de fuera tiene una percepción positiva de cómo estamos trabajando en Tomelloso, sobre  todo gracias al buen trabajo que se hace en el club a través de las redes sociales.

-Lo que si parece evidente es que el equipo funciona mejor y tienen una estructura más sólida bajo el paraguas del Atlético Tomelloso, ¿no cree?

-Objetivamente estamos mejor, otra cosa es que en circunstancias puntuales hayan surgido roces porque estamos en una estructura mayor y hay unas reglas que tenemos que respetar. A veces esas reglas no se ajustan a lo que es un equipo de baloncesto porque la estructura es más de un club de fútbol. Pero si lo echamos todo en la báscula, está claro que hemos estado mucho mejor, sin duda.

- La cantera funciona porque recientemente un infantil se ha proclamado campeón provincial…

-Ante la escasez de entrenadores, los protagonistas en el trabajo de la cantera también somos nosotros. Nos hacen falta entrenadores, también gente en la parte directiva, pero sobre todo técnicos. Ahora mismo en la Escuela de Baloncesto se está trabajando bien, hay más chicos que nunca, aunque lamentablemente tenemos pocas chicas y es triste porque en épocas pasadas ha habido muy buenos equipos femeninos en la ciudad que han conseguido mejores resultados que los equipos masculinos. El trabajo es bueno, pero estamos en lo que se puede considerar una segunda categorí; los equipos de mayor nivel están en categoría regional. Este es el siguiente paso que debemos dar. Contamos con un alevín que va a más, dos infantiles, uno el que ha sido campeón, y dos cadetes de primer año que están compitiendo muy bien y se han clasificado los dos para cuartos haciendo muy buen baloncesto. El trabajo da frutos, y por encima de los resultados, está la ilusión de los chicos en los entrenamientos y en los partidos.

-¿Qué valoración se puede hacer del equipo junior que ha dirigido Esther Úbeda?

-Ha sido un trabajo duro, sobre todo porque los resultados han tardado en llegar. Y eso en un club acostumbrado a ganar mucho, no resulta fácil. Recuerdo lo abatidos que estaban los chavales tras perder con Almagro. Pero el equipo ha seguido trabajando, ha hecho piña y han acabado muy bien, ganando tres de los cinco últimos partidos. 

-Esther y Ramón mantienen su gran compromiso con el baloncesto de la ciudad, ¿hasta cuándo este binomio que tanto ha trabajado?

- La verdad es que es sacrificado. Nuestro único momento libre en un fin de semana es el domingo por la tarde, salvo que no ocurra algo anormal. A veces un sábado por la mañana nos hemos ido con niños a las ocho de la mañana, hemos vuelto a las dos de la tarde, y a las cuatro ya estábamos en el pabellón con un partido de los mayores. Por suerte o por desgracia no tenemos hijos y aquí echamos las horas con los muchachos. Quizá la mejor recompensa es el agradecimiento de gente con varias carreras y un gran curriculum laboral que años después te dice que fuiste importante en su vida. Esto paga con creces nuestro esfuerzo y te anima para seguir luchando con el baloncesto.