Cuevas

La cueva taurina de Jesús Carretero

Tradición tomellosera y toros se unen en esta magnífica cueva construida antes de la guerra civil

Carlos Moreno | Sábado, 9 de Junio del 2018
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Nos hemos trasladado a la calle San Felipe para ver la cueva de Jesús Carretero, una cueva taurina que se encuentra en impecable estado de conservación. Antes pasamos por el recibidor principal de la casa, lleno de luz, con las baldosas y chapados de siempre, muy bien decorada. Lo mismo ocurre con un patio que guarda toda la esencia de lo manchego,  muy bien encalado y grande, de hecho la casa está construida entre las calles San Felipe y Maestro Torres.

Bajamos a la cueva. La escalera es larga y de poca pendiente, con unos escalones revestidos con cemento que permiten bajar cómodamente. De las paredes blancas cuentan varias sartenes con patas.  Un gran abanico al fondo es la primera señal de lo que nos encontraremos después.  La primera vista de la cueva es espectacular. Una cueva de once tinajas de cemento, con un cartel taurino cada uno de ellas. Carteles de las plazas de Tomelloso, en su mayoría, pero también de Madrid y La Solana. El pasillo que separa las dos filas de tinajas es estrecho, con un suelo arreglado con cemento, con algo más de altura en su parte central. 

Jesús Carretero, agricultor de toda la vida, es un gran aficionado a los toros, lo cual se refleja con rotundidad en la cueva y en otro precioso lugar que descubriremos después.  La balaustrada combina los colores granate y blanco, mientras que varias sillas, una mesa y un tonel son síntomas evidentes de que la cueva es escenario de tertulias, de amables conversaciones sobre toros y la vida en general. “Muchos toreros han pasado por aquí”, comenta el propietario.

Carretero nos cuenta que la cueva que fue construida antes de la guerra. Observamos el techo de tosca pura y los  huecos cuadrados de las dos lumbreras perfectamente esculpidos. Las tinajas son de unas quinientas arrobas. Están separadas por unas columnas adosadas estriadas de color blanco. José María nos pide que nos fijemos en el empotrado que presenta unos bonitos remates hacia abajo poco usuales de ver.  Al subir vemos dos tinajas más pequeñas, las del vinagre. 

Antes de marcharnos, Jesús Carretero nos invita a subir. Un patio de luces es el inicio de un colosal museo taurino con valioso material que los toreros han ido proporcionando a Jesús; carteles firmados, fotografías, capotes, muletas, banderillas, monteras…y muchas más cosas del apasionante mundo de la tauromaquia que serán motivo de otro reportaje dentro de muy poco.


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