No soy ningún erudito de nada, ni estoy por la labor de
decir a nadie lo que debe o no hacer, pero llevo el tiempo suficiente en esta
tontería que se nos mete en la cabeza de que se pueden cambiar las cosas, las
cosas que funcionan hay que disfrutarlas pero hay que arrimar el hombro para
tratar de cambiar lo que no funcionan. Tengo muchas horas echadas por estos lares y
muchas horas de conversaciones con gente que vive en primera persona las
desigualdades de este mundo, gente que entrega su vida en cambiar el mundo y
que vive por y para los más necesitados, por esto quiero hoy decir vasta ya de
hipocresía y falsedades, tengo claro que a quien no le interesen estas palabras
que escribo porque son molestas, las archivarán en la carpeta de demagogia,
porque son hirientes y cómo tal serán eliminadas del archivo, pero creo y
quiero que algo quede instalado en las conciencias de quien pierda su tiempo en
leerlas.
Efecto llamada porque alguien dice que ese barco atraque en
este puerto. Decenas de horas de tertulianos súper razonables y súper
entendidos que piensan que a partir de que ese barco atraque en Valencia
empezará a llegar por miles los inmigrantes a nuestro país, no valoramos las
casi setecientas personas que están en las últimas a bordo de ese barco, que
otros tienen que solucionar los problemas, que Europa tiene que legislar, que
yo no puedo hacer nada……
Pues en vez de mirarse el ombligo y techar balones fuera
quiero contar unas cosas que probablemente muchos ya sabéis pero el mecanismo
de defensa que es la insconciencia os borra el disco duro. Está claro que la
inmigración se soluciona en origen, que aquí nos estamos beneficiando del
trabajo de esos que se suben a las pateras teniéndolos trabajando en “B” porque
ellos a su vez se benefician de nuestro sistema, ¿Quién de nosotros estamos
dispuesto a coger ajos por quince euros al día al sol doce horas a unos
cuarenta grados? ¿Quién de nosotros cambiamos esa jornada por una de las mismas
condiciones en un invernadero a cuarenta y ocho grados con un 80% de humedad? Y
eso cuando tengas trabajo que el resto del tiempo tienes que mendigar ayudas,
esos que hacen los trabajos que no queremos hacer nosotros tienen que pagar a
las subempresas que proporcionan mano de
obra muy rentable en las plantaciones, solo con el fin de que todos como
consumidores nos beneficiemos de precios más accesibles a la hora de hacer la
compra, no culpemos a intermediarios y agricultores, ellos al fin y al cabo
cubren la demanda de los consumidores.
Las ayudas al desarrollo que por centenares de millones de
euros se envían para la solución de la inmigración ¿Dónde terminan? Pues esta
claro que en solucionar el problema, no, es más, probablemente estén engordando
el problema ¿por qué? Porque llegan a gobiernos corruptos que lo que hacen es
garantizarnos a los países desarrollados el suministro de materias primas para
saciar nuestras ansias de consumo a un precio bajo a las cuales nuestros
gobiernos cargan con impuestos para mantener nuestro sistema, con lo cual nos beneficiamos
todos del expolio de esos recursos, tenemos tecnología, combustible, maderas
nobles, oro, coltán, etc.
El colonialismo que los imperios europeos tuvieron en
África, dejó como herencia el África actual, ¿como es posible que donde más
piezas del antiguo Egipto hay es en Londres? ¿El control de los diamantes
expoliados este en Bélgica? Estos son ejemplos, pero cada palo que aguante su
vela.
Seamos coherentes, porque la solución del problema la
tenemos los ciudadanos de a pie, los gobiernos hacen lo que se les pide “aumentar
el estado de bien estar “los mercados proporcionan lo que se les pide “saciar
el consumismo accesible que se les pide “y el capital hace lo que se le pide “acaparar
el dinero y hacerlo poder” para que nosotros les pidamos los créditos para
poder financiar nuestro consumo.
Del problema demográfico que tenemos en Europa y que estamos
solucionando con la inmigración, podemos hablar o mirar para otro lado que es
lo que solemos hacer.
Hemos de ser sensatos, vivimos en un estado de bienestar
inimaginable hace cincuenta años, no sabemos vivir sin un grifo perpetuo a
menos de cinco metros, no sabemos lo que es ver morir a nuestros seres queridos
porque no tenemos dinero y aún teniéndolo no tenemos la posibilidad de llevarlo
a un médico, nuestro hijos los forma el sistema, nadie está en la necesidad de
prescindir de la formación de sus hijos solo por no tener dinero con que pagar
la escuela, el sistema de salud, vacunas, enfermedades erradicadas, en Europa
no muere nadie de hambre, no sabemos que es el hambre, un amigo misionero dice
que aquí en algún momento alguien puede sentir apetito que es síntoma de salud,
el hambre es síntoma de muerte ¿a alguien le extraña que quien no tiene nada de
esto quiera esto?. Hablando este invierno con un inmigrante que malvivía entre
unos pallet y cartones en una nave sin
terminar en el polígono de la carretera de Pedro Muñoz, le pregunte que si
quería le podía proporcionar la forma de repatriarlo a su pueblo y mirándome a
los ojos cosa que les cuesta mucho me contestó – desde que estoy aquí ningún
día me he acostado sin comer, y con lo poco que mando los míos tampoco- esto me lo decía un hombre que vendió a una
hija para garantizar la supervivencia del resto de su familia.
Esto es así de crudo y de real, cuando pensemos que nosotros
no podemos hacer nada para solucionar los problemas del mundo pensar en esto y
después de actuar criticar.
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Miércoles, 17 de Abril del 2024
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Viernes, 19 de Abril del 2024
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