Provincia

La trastienda del Quijote en la calle

La directora y guionista, Pilar Serrano de Menchén, cuenta como se prepara este gran espectáculo cultural

La Voz | Martes, 19 de Junio del 2018
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Tres días después del último Quijote en la calle, a Pilar Serrano de Menchén le siguen lloviendo felicitaciones por el  éxito cosechado. Y cuando esto ocurre ella recalca que ese éxito obedece a la implicación y compromiso de muchas personas. La directora de Tiquitoc Teatro reparte méritos y parabienes a gente que nunca le falla. Pilar Serrano, además de agradecida, se muestra contenta por el desarrollo de la representación y la buena respuesta del público. Ella explica en esta entrevista cómo se prepara el Quijote en la calle, donde se mezcla un inmenso a trabajo con curiosas anécdotas y situaciones graciosas que van apareciendo.

“Tras no poder hacerlo el 2 de junio por la lluvia, estamos satisfechos de cómo salió todo dos semanas después. Quizá este año el montaje ha sido menos ambicioso que en otras ocasiones, basta recordar representaciones como las de Clavileño con aquellos fuegos artificiales que nos prepararon los artificieros de la Guardia Civil, o el de la Cueva de Montesinos con aquella espectacular tirolina que montaron los bomberos para que Don Quijote bajara de una altura de catorce metros, o el capítulo de los barcos…Son muchos los recuerdos y nunca me canso de dar las gracias a todos por su gran apoyo, trabajo y compromiso”, -señala Pilar-.

Los ensayos comenzaron en diciembre y a medida que se acerca la fecha, “tengo revolucionado a todo el pueblo”, -comenta entre risas Pilar Serrano-. La directora destaca el gran esfuerzo que se realiza en la elaboración del vestuario. “Este año muchas mujeres han ido de pastoras, pero otras veces les ha tocado ir de duquesas y han confeccionado vestidos maravillosos”. Serrano continúa poniendo ejemplos de los enormes preparativos que exige El Quijote en la calle. “Los burros o caballos que necesitamos están en el campo, y cuando llega el día los lavan y los peinan para que  presenten la mejor imagen posible. Buscamos también los aparejos que nos hacen falta, algo que no es fácil, porque se han tirado muchas cosas”.

Policía, personal de Obras, voluntarios de Protección Civil, electricistas…”todos responden a las mil maravillas. Mucha veces voy haciendo un casting por la calle, porque veo a alguien y me digo, éste me vendría bien para esto o para lo otro (más risas). Y cuando llega el día de la puesta en escena, la gente lo vive mucho, se mete mucho en sus papeles”. Pilar Serrano recuerda momentos inolvidables como el de la estatua que representaba a la conciencia de Sancho, “que fue un montaje que sorprendió gratamente al público” y aporta otro dato curioso. “La armadura de Don Quijote está a hecha medida, porque de lo contrario provocaría rozaduras y golpes. José Luis la cuida al máximo y no permite que la toque nadie”. También elogia la labor de los músicos, de los grupos folklóricos y de profesores como José Valverde y Antonio López de la Vieja que “en estas fechas se encuentran de exámenes y preparando también los teatros que realizan en sus centros”. 

Tampoco resulta fácil que un grupo de ovejas esté tan tranquilo durante toda la puesta en escena, pero esta circunstancia también contiene su secreto. “El pastor las prepara en los días anteriores con un mureco, oveja de más edad, al que siguen en todos sus movimientos”. Caballos, mulas, ovejas…y a punto estuvo de aparecer en la representación un león, animal protagonista en el capítulo. “Llame al zoo de Madrid para ver si nos dejaban uno, - explica Pilar-, pero me dieron el teléfono de una empresa de cine que alquilaba leones para algunas escenas. Estábamos en todo de acuerdo…menos en el precio que oscilaba entre los 6.000  y los 8.000 euros. No podíamos pagarlo”.

Inevitablemente en una representación tan larga y complejo aparecen momentos delicados como los nervios del actor que encarnaba a Don Quijote en uno de los pasajes que se pudieron solucionar con un socorrido trago de agua. 

La próxima edición será ya la vigésima del Quijote en la Calle, ¿prepararán algo especial?, preguntamos, quizá con algo de impaciencia, a Pilar Serrano que, siempre amable y cercana, nos da algunas pistas. “Puede que hagamos un remix con las escenas que más se recuerdan, con personajes tan recordados como Merlín o cuando los encantadores resucitan a Altisidora. Lo iremos pensando poco a poco”. Así es la trastienda de este Qujote en la calle que un año más ha resultado espectacular gracias al trabajo de Pilar Serrano y otros 120 colosos que año tras año demuestran que no hay lugar con mayor tradición cervantina que Argamasilla de Alba.   


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