“Simplemente el acto de pintar ya me gusta, al margen de lo que luego pueda salir, pero la imagen siempre me ha gustado como forma de expresión”, señala para explicar el origen de una vena artística que ha cultivado, no solo en la pintura, sino también en el cine y la fotografía. Ya con una trayectoria  larga, Pedro López recuerda aquella primera exposición de fotografía en El Cafetín. “Tendría entonces 21 o 22 años, aunque antes ya había conseguido algún premio en un concurso de Tomelloso y había participado en una colectiva en La Posada de Los Portales. Pero luego me marché a Mallorca y mi carrera artística siguió allí”. De su prolongada estancia en la isla guarda magníficos recuerdos. “Palma tiene una gran vida cultural, en la pintura, la música…el clima es muy bueno y allí va gente de muchos lugares, algo que te permite conocer el trabajo de muchas personas”. Ahora vive en Ruidera, en la soledad de un monte donde ha encontrado una tranquilidad, o como el dice, “una nada” que le viene muy bien para pintar,

Pedro López, que está a punto de acabar Historia del Arte en la Uned, habla de su exposición, “Los amigos puteros de Quevedo” que surge a raíz de una propuesta de exponer en Villanueva de Los Infantes. “Fue en un colegio menor, donde dio clases Jiménez Patón, Quevedo se  pasaba también por allí, al estar muy cerca su señorío de Torre de Juan Abad. Las leyendas cuentas que solía irse de prostitutas a Villanueva y así me surgió la idea de hacer una exposición que tuviera que ver con Quevedo y su fama de putero. Pero no he querido que salga Quevedo, voy a dar protagonismo a sus amigos, que nadie sabe como son, y así fui dando forma a esta exposición que he llevado ya a varios sitios como Infantes, Argamasilla y ahora la he traído a Tomelloso por primera vez. Se ha dado bien, he vendido bastante y los comentarios que me llegan de la gente son bastante positivos”. 

 Sobre el estilo y las técnicas que utiliza, el pintor explica que son óleos sobre la tela, “y los cuadros pequeños son acuarelas. Son cuadros sencillos, de colores planos, que pueden recordar un poco al románico, con esos dibujos sencillos que había en las Iglesias, pero la serie ha ido evolucionando con collages y por eso me gusta tanto, porque llevo con ella tres años y no se acaba”.

No ha querido someterse a influencias de otros artistas o corrientes. “Cuando tengo una idea, cojo los pinceles y los colores y trato de expresarla, sin más. Es un arte muy pop que recuerda muchas veces a todo lo demás”.

En esa dialéctica fotografía-pintura en la que se mueve no establece jerarquías. “La discusión de cuál es mejor o peor me parece una absoluta tontería. El arte siempre es arte, sea pintura, fotografía o cine”. A Pedro López le ha sorprendido gratamente el toque cultural que Ramón ha dado a su barbería. “Un espacio abierto a artistas en el que Ramón nos ofrece sus paredes para que nos expresemos y se porta muy bien la verdad”.

Asegura que está muy al tanto de lo que sucede en el  actual panorama cultural de Tomelloso y otras poblaciones de la zona. Recuerda al pintor argamasillero fallecido recientemente, Jesús Millán y señala que “hay gente que está haciendo aportaciones muy interesantes, gente muy buena”.

Termina nuestra entrevista y sobre proyectos futuros, Pedro López, cuenta que está preparando una exposición “que nada tiene que ver con ésta”, y que será más adelante”. En cualquier caso prefiere seguir hablando de esta serie que ha dedicado a Quevedo y anima a la gente  a que venga a verla.