Hugo Abad Frías, estudiante del instituto Airén de Tomelloso, obtuvo hace unos días la mejor calificación de la EvAU en la provincia de Ciudad Real. El joven logró 9,9 en la fase obligatoria que se convirtió, después, en un 13,9 en la voluntaria. Tras la vorágine informativa que le ha supuesto ser el mejor en la prueba de acceso a la universidad, charlamos con Hugo. Un chico sereno, maduro, centrado, reivindicativo y humilde que nos recibe con una sonrisa.

Para Hugo, el haber obtenido la nota más alta de la provincia le sirve «para poder hacer la carrera que me gusta. Lo mejor es que con tantos puntos he podido elegir lo que he querido». Considera anecdótico el hecho de haberse quedado el primero de toda la provincia de Ciudad Real «sí, de verdad».

Va a hacer un doble grado de Estudios Internacionales y Ciencias Políticas «en la Universidad Carlos III». Políticas, nos cuenta, «es el carácter práctico de las Ciencias Sociales» y en Estudios Internacionales «se trata el conjunto de la humanidad y se ve el derecho internacional, los problemas migratorios y medioambientales que a mí me interesan mucho. En general, tratar todo el ser humano y la geopolítica».

Está claro que Hugo tiene intereses sociales y políticos, para trasformar el mundo asegura, «tanto en el día a día como trabajando desde una ONG se pueden cambiar muchas cosas». Y es que, nuestro joven amigo colabora con una organización, Intermón Oxfarm «y, de momento no estoy en ningún partido político, pero me gustaría, en breve, poder ingresar». Llama la atención que a Hugo Abad le guste la política y quiera formar parte de un oficio últimamente muy denostado «se puede tener una idea distinta de lo que es ser político y me gustaría cambiar esa mala visión que tiene la sociedad de los políticos».

Historia de la Filosofía ha sido una de las pruebas que más le han gustado de la EvAU, nos confiesa «me ha gustado mucho estudiar los autores a los largo de la historia. Además, la filosofía está muy relacionada con la política». Pero en general, nos dice, «tampoco destacaría ninguna asignatura». No obstante, Hugo crítica «que todo ha sido muy teórico. Me hubiese gustado que las asignaturas hubieran sido más prácticas y que nos hubieran hecho más partícipes a los alumnos en este año». Por el sistema educativo y no por los profesores, recalca, «Segundo de Bachiller está enfocado a hacer exámenes más que a disfrutar leyendo un poema o cualquier otra actividad creativa».

Con respecto al continuo runrún de la eliminación de la Filosofía del Bachillerato, Hugo Abad considera que «es algo fundamental, que va con el ser humano. Es imposible que no nos preguntemos sobre cuestiones tanto políticas como universales».

Su experiencia en el Airén —donde empezó muy ilusionado en Primero de la ESO— ha sido muy buena «he tenido profesores magníficos al igual que los compañeros. Ha sido una experiencia guay». Pero —el espíritu crítico de Hugo siempre hace que aparezca un pero— y por culpa del sistema educativo «hay mucha gente desmotivada porque hay un itinerario muy cerrado. Hay muchas asignaturas obligatorias y los alumnos no pueden conectar con sus talentos, no tienen tiempo para dedicarse a otra cosa que no sean los estudios obligatorios. He visto a muchos compañeros sufrir». Hugo ha podido sobrellevar el curso «más o menos», las asignaturas le gustaban «porque iba a estudiar eso en la Universidad. Pero otras personas sí que lo han pasado mal. Eso en general, a nivel de España».

Echa de menos la Educación Física en los planes de estudios, con ella «se desarrolla el cerebro tanto estudiando matemáticas o historia que haciendo ejercicio. Además, hay personas que quieren estudiar Educación Física o ser entrenadores y también tienen derecho». Pero no se queda ahí, asevera que «el deporte es necesario para todos, el cuerpo es con lo que nos movemos por la vida».

Las artes también deberían de tener más peso en Bachillerato «la música u horas de dedicación para crear algo, más al margen de una educación directiva. Necesitamos que nos dejen espacios para innovar en nosotros, para crear. Además de que nos den las herramientas, necesitamos que nos dejen crear».

La carga de contenidos a memorizar en Segundo de Bachiller «para mí ha sido excesiva». Y las materias «o las estudias en profundidad, algo que es muy difícil con tantas asignaturas, o las olvidas». Faltan conocimientos para la vida práctica, nos asegura, «inteligencia emocional u otros aspectos. También me gustaría una forma más práctica de ver tantos contenidos teóricos que con un temario tan extenso es algo imposible. Los alumnos tenemos que formar parte de nuestra educación». Para ello hay que cambiar la idea de lo que es una clase, «los alumnos deben participar más y los profesores tienen que dar las herramientas. Experimentando es como más se aprende y más se afianza el conocimiento». Y eso va a motivar al alumnado, señala, «de otra forma solo es recibir datos».

Hugo ni se siente ni se considera un empollón «este año he estado motivado para hacer la carrera que me gustaba». Además, rechaza ese concepto, «no me gusta». Hay que buscar un equilibro, matiza el entrevistado, «estudiar todo el día no es efectivo, hay que hacer actividad física u otras actividades, relacionarse. Eso es lo que me ha permitido mantenerme constante y equilibrado». Antes de ponerse a estudiar, «meditaba unos minutos y hacía ejercicio a diario».

Además, Hugo toca la viola y ha estado durante los dos últimos años en la orquesta del Conservatorio de Alcázar y Criptana «he estudiado música en Tomelloso y he echado de menos que no haya Grado Medio».

Para acabar, nos cuenta que ha vivido estas dos semanas «de forma extraña, la gente me daba la enhorabuena por la calle. Estoy muy contento, sin duda, pero al final es solo conseguir la nota que me hacía falta para poder estudiar lo que me gusta, no le doy más importancia».