En torno a las 6 de la tarde comenzaron a llegar los enfermos al templo, muchos de ellos ayudados y acompañados por sus familiares y otros de las residencias de Tomelloso, todas ellas participaron en la celebración. Cruz Roja, con su vehículo adaptado trasladó a enfermos en silla de ruedas desde la Residencia “San Víctor”.

Como decimos, todos los centros de Tomelloso prestaron su colaboración para que fuese posible la celebración, cada uno de ellos con los medios de que dispone y con los voluntarios y trabajadores. Fundación Elder, trasladó a los residentes en autobús; la Residencia “San Víctor”, llevó a los ancianos caminado, en dos furgonetas y un turismo, además de con el vehículo adaptado de Cruz Roja. El Centro San Rafael, invitó a los familiares a asistir a la celebración, Afas y la Residencia “Don Quijote” también participaron en la ceremonia. Acudieron, así mismo, la Delegación de Lourdes de Tomelloso y las pastorales de la salud de las distintas parroquias de Tomelloso

Durante toda la celebración —en la que acompañó el coro de la Asunción— se notaba a los asistentes, especialmente a los ancianos, emocionados.  La hermandad de la Virgen de las Viñas quiso que en las lecturas y ofrendas participasen ancianos, enfermos y quienes trabajan con ellos.

El oficiante, durante la emotiva homilía, hablo a los ancianos y enfermos de su de su nueva situación en la vida, recordando los tiempos en los que iban a ver a la Virgen de las Viñas de otro modo y en otras condiciones. Les invitó a dejarse ayudar y aceptar que ha llegado un tiempo nuevo que tienen que vivir con felicidad Además, Matías Rubio les dijo que “rezaran y recordaran a aquella mujer que les presentó y acercó a la Virgen siendo niños”.

Tras la eucaristía, todos cantaron el himno a la Virgen de las Viñas y pasaron por la imagen, versando su medalla.