Cuál
es el origen de una enfermedad que afecta cada día a más personas y que
se ha convertido en la primera causa que dificulta tragar
a niños y adultos jóvenes. Su respuesta es el objetivo del equipo de
investigadores del servicio de Digestivo del Hospital de Tomelloso cuyo
proyecto ha sido becado para avanzar en el conocimiento de la
esofagistis eosinofílica.
El
proyecto de investigación titulado ‘Caracterización de la actividad de
los
receptores toll-like en la fisiopatología de la esofagitis
eosinofílica’ que dirige el doctor Alfredo Lucendo, jefe de Digestivo
del Hospital de Tomelloso, dependiente del Servicio de Salud de
Castilla-La Mancha, ha conseguido la beca de investigación
AEDESEO-Nestlé,
que concede la Asociación Española de Esofagitis Eosinofílica, única
entidad sobre esta patología que existe en Europa.
La
esofagitis eosinofílica (EoE por sus siglas en inglés) es una forma
particular
de alergia alimentaria crónica caracterizada por la inflamación del
esófago tras el contacto con alérgenos de la dieta. Los primeros casos
de esta patología surgieron en la década de los 80 y desde entonces su
detección ha ido en aumento. Hoy en día “se calcula
que en España puede haber unas 40.000 personas afectadas, con un auge
exponencial en niños”, ha afirmado Lucendo.
Análisis
previos realizados por el grupo de investigación en el que se incluyen
expertos del Hospital de Tomelloso y del Hospital ‘La Princesa’ de
Madrid, registran diferencias en la composición microbiana esofágica y
duodenal entre pacientes con EoE y sujetos sanos.
En
los últimos años han aumentado “todas las enfermedades de base
inmunológica,
sin embargo en el caso de la esofagitis eosinófílica este incremento ha
sido exponencial”, explica el especialista. Teniendo en cuenta que esta
patología comenzó a describirse en los años 80, en cuestión de
veinticinco años su diagnóstico “ha pasado de ser
una rareza a convertirse en la principal causa de dificultad para
tragar y síntomas digestivos altos en niños y adultos jóvenes, por
encima de cualquier otra enfermedad”, matiza.
Según
los estudios sobre la incidencia de EoE realizados con anterioridad en
los que se revisa
la frecuencia de la enfermedad en las áreas de Tomelloso y Manzanares
la proporción de esofagitis eosinofílica es de un caso cada 843
pacientes.
El origen de la enfermedad
Gracias
a la beca se investigarán los orígenes de la enfermedad estudiando cómo
se regula el
sistema inmune de la mucosa del esófago y sus cambios por el
tratamiento. Estudios previos realizados en el Hospital de Tomelloso
determinaron que “existe una alteración en la expresión génica de unos
receptores específicos, los TLRs, mediante los que la mucosa
reconoce los componentes de la microbiota”, ha explicado el doctor
Lucendo.
En
función de la señal de estos receptores se determina qué tipo de
patógeno o ‘comensal inocuo’
está presente en la superficie de la mucosa. La señal transmitida por
la activación de los TLRs “podría desempeñar una función relevante en el
inicio y mantenimiento de la inflamación esofágica en la EoE”, ha
aclarado el coordinador de la investigación.
Únicamente conociendo los mecanismos por los que se regula el sistema inmune de la mucosa esofágica
podremos entender cómo surge la enfermedad, y a partir de ahí poder plantear estrategias para prevenirla, concluye Lucendo.
Hay
varios factores que influyen en la aparición de la esofagitis
eosinofílica, entre ellos el
factor genético que determina cierta predisposición y factores
ambientales, que parecen guardar una relación fundamental con los
alimentos.
Dejando
a un lado el estudio genético “pues en 25 años la genética humana no ha
variado sensiblemente,
es fundamental analizar cómo el ambiente ha incidido en nuestra dieta”,
cuestiona el jefe de Digestivo del Hospital de Tomelloso, quien señala
como ejemplos el uso de antibióticos, de aditivos alimentarios y de
pesticidas o los métodos de conservación de
los alimentos, todos ellos factores capaces de modificar la microbiota
esofágica y a través de ella modular la respuesta inmune en los
primeros años de vida.
Según explica Lucendo, no se conoce exactamente el modo en que estos factores determinan la aparición de la enfermedad, pero “estudiar el efecto de los cambios en la microbiota sobre la regulación del sistema inmune del esófago es, sin duda, una posibilidad que merece ser explorada”, concluye.
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Sábado, 7 de Junio del 2025
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