Opinión

“Lo tengo todo perfectamente descontrolado”

María Valencia Durga | Jueves, 15 de Noviembre del 2018
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JORNADAS DE ASORA (Área Social de Rehabilitación de Adicciones) 2018

(Voz de cualquiera, en este caso acuñado en femenino por la invisibilidad y estigma extra en la temática)

Vacío…el que no imagina te tiene presente y el que no lo siente vive ausente.

Sólo me recuerdo sola. Caí en el vacío no sé cómo…En algún momento me distraje, me caí del mundo y ya no supe cómo volver a entrar. Sin puerta ni ventana de acceso. Nada. Quería despertar cada día después de la noche larga, pero cada amanecer era una nueva pesadilla. Sola con mi soledad. Diálogo interno pidiendo ayuda a los que me querían pero luego no me salía la voz; La vergüenza, el ruido, la prisa, la vorágine… todo un gran sinsentido. Y yo sola con mi soledad.

Me lo devolviste tú, adicción, mi compañía; mi falta de “ser”, mi encuentro con los otros, las ideas que abrigaban la piel, las esperanzas de futuro y el olvido de lo que fue. Eras como un gran amor que viene y se va, y del que siempre necesitas más. Y ya no había nada, ni vacío ni soledad. No puedo caminar sin ti…despierto por la mañana, …como el amor del que no puedes prescindir, sin el que no puedes pensar más allá, aquel deseo dentro de las venas que necesitas al lado para poder vivir. No puedo caminar sin ti…, llego al mediodía, la tarde y la noche y no puedo estar sin ti, sin descanso y entre que-hacer y que-hacer…estás, porque si no se me cae la vida, porque sin ti no sé ser…porque el deseo se puede reprimir pero no se puede impedir.

Pero como el deseo loco que se desboca, ya todo se derriba: Parece que hay voces de los que quiero que gritan mi nombre, me zarandean y me quieren despertar pero estoy inmersa en el sueño, es más fuerte que yo y no quiero, no puedo, no creo que podré vivir sin ti. No sé si me dejas tú o soy yo quien a ti dejo, luchamos como dos amantes que se odian y no pueden pasar el uno sin el otro, hasta que un día no estás. Y sí, te echo de menos, pues cualquiera que en algo conoce el alma humana sabe que no hay dificultad mayor que decir que renunciar a un placer que conoció.

Has dejado desgracia, desolación y decadencia tras de mí y me has dejado caer tan hondo tan al fondo…, donde sólo quedan cenizas derruidas y sin futuro al que emerger. Soy como una niña ante la que la vida aparece y de la que no sabe nada, frágil: Sin apenas poder, saber caminar, sin casi saber hablar, qué decir. Cada movimiento aprendo a hacerlo con aquéllos de los que un día renegué; me van dando la mano, hay profesionales también, hay Asora, hay mucho: una vida por reconstruir; un pasado que perdonar -por el que llorar-, y un futuro incierto de redención. Un nuevo amanecer.

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