Ha habido una carrera por las calles del barrio, zumba y migas solidarias por la mañana. También se ha sorteado un cuadro donado por Mari Luz Rosales, que es pintora y usuaria de AFAS.  Por la tarde, al igual que el pasado año, se  programado un bingo benéfico y una proyección de cine familiar.

El grupo de adultos de la parroquia de Los Ángeles, desde bien temprano,  ha preparando las migas con su lógico y manchego acompañamiento. La comida ha sido posible gracias a la solidaridad de distintas empresas de la Tomelloso.

Tras la misa, ha tenido lugar una marcha por las calles del barrio. Los más pequeños de la parroquia se han encargado de lucir sus dorsales solidarios en los que han llevado inscritos sus patrocinadores, que se han encargado de buscar en los días previos. Al grupo de jóvenes, que le ha tocado madrugar también,  le ha correspondido  la organización de la prueba. Este año ha sido una competición ciertamente particular en la que los participantes han ido inflando globos durante el trayecto.

Después de la carrera ha tocado el turno del deporte más “movido”. La conocida y solidaria monitora Eva Villena ha ofrecido una “másterclass” de zumba con una gran participación. Han participados sus alumnas y alumnos que han hecho las delicias del numeroso público que abarrotaba el patio de la parroquia. Después, se ha vivido otro momento de gran expectación con el sorteo del cuadro de Mari Luz, el número premiado ha salido a la primera.

Y, lógicamente, después del ejercicio ha habido que reponer fuerzas con las migas. Se han preparado raciones para 500 personas que han repartido voluntarios del grupo de adultos de la parroquia. La jornada acabará con un bingo solidario y una tarde de cine familiar.

La alegría de compartir

El párroco de Los Ángeles, Antonio López, ha destacado que este domingo, como comunidad parroquial, se celebra la campaña de Manos Unidas. Y se hace, ha dicho, de forma completamente familiar “como familia cristiana nos preocupamos y ocupamos de los más desfavorecidos de nuestra sociedad”.  Es importante que, como comunidad “todos nos sintamos implicados” en un proyecto que busca mejorar las condiciones de las mujeres en una zona de Tanzania, “cada uno desde su compromiso”.

La celebración ha tenido “un tono de alegría festiva”, ha explicado el sacerdote, “compartir no nos tiene que llenar de tristeza, al contrario, compartir es alegría, e incluso es un regalo”. Además, ha señalado, “estos días nos ayudan a nosotros a pensar en los demás”, a toda la comunidad parroquial. Para acabar, el párroco ha dado las gracias a todos los que han hecho posible la jornada.