Antonio Ortiz López, al que la mayoría de sus amigos cercanos, tirando de un antiguo apodo familiar, conocen como Antonio “Perele” , ha iniciado la cuenta atrás para  un Guateque que siempre espera con mucha ilusión. Su llegada a los Canuthi coincidió con la inolvidable parodia de la corrida de toros donde tuvo un discreto papel como espectador, pero que le permitió conocer desde dentro los entresijos de la peña. Sin embargo, gracias a su espíritu carnavalero, constante buen humor y capacidad para arrimar el hombro ha ido ganando presencia en una asociación en la que ahora es directivo y alguien que tiene muy claro que para que la peña funcione hay que estar siempre disponible.

Antonio Ortiz, agricultor de profesión,  vive días agitados esperando ese guateque de los 60 7 70 que tendrá lugar el próximo sábado. La fiesta del verano por excelencia en Tomelloso que volverá a ser una explosión de colorido, buena música, alegría, humor, imaginacion, recuerdos, amistad y mucha diversión. 

Que el guateque naciera en el seno de los Canuthi no ha sido precisamente una casualidad. Y lo deja claro Antonio en sus primeras palabras. “En nuestra peña siempre ha habido mucha alegría y sentido del humor, como demuestran nuestras apariciones en carnaval. Llegué a la peña atraído por este espíritu de broma, de sacarle punta a todas las cosas, de hacer felices a la gente con el humor. Además tenía muy buenos amigos dentro, como Bauti, Fernando o Jose Mari. La adaptacion fue rápida”, asegura.

Antonio Ortiz, que estará en el próximo guateque, “no disfrazado, sino caracterizado”, -subraya-,, valora también el espíritu solidario que siempre ha mostrado a peña con los colectivos que trabajan a favor de las personas que peor lo pasan. “A mí me emocionó mucho aquella carrera que hicimos a favor de los niños que padecen cáncer, o lo que hemos hecho recientemente con AFAS, -resalta-. Es algo que te llena de orgullo  y satisfacción. En el guateque del próximo sábado hemos alcanzado un acuerdo con el Instituto de Enfermedades Poco Frecuentes para que estén en el recinto y puedan conseguir fondos con la venta de unas pulseras. Nos dijeron que si se podrían colocar en la puerta y nosotros les dijimos que estuvieran dentro del guateque. Esta solidaridad que práctica nuestra peña me parece increíble. El mismo guateque es un ejemplo más con las donaciones que hemos realizado a varias asociaciones que trabajan por las personas que más lo necesitan”.

Analizamos el guateque puro y duro, la fiesta que ya ha cumplido doce años, y que sigue en pie a pesar de los vaticinios de algunos agoreros que lo han enterrado antes de tiempo en varias ocasiones. “Intento vivir mucho el guateque, de hecho yo ya acudía antes de pertenecer a la peña. Solo he faltado un par de veces y han sido por causas de fuerza mayor. Me encanta la música de aquella época, pese a que por mi edad, yo  viví más la de los ochenta. En los 60 y 70 con menos medios salieron auténticos genios y por este motivo sus canciones han pervivido siempre”. Suele cambiar de atuendo, caracterizándose lo mejor posible con arreglo a la época, “aunque siempre exagerando un poco algunas partes de las prenda o la combinación de colores”, señala.

“Los detractores que pueda tener el guateque a mi me motivan mucho”, señala este Canuthi que comprende que el paso del tiempo ha restado algo de afluencia. “Personas que en el primer guateque tenían sesenta años, ahora tienen setenta y dos, y ya no les apetece salir tanto. Pero está claro que el éxito del guateque viene dado porque engancha a niños, jóvenes, adultos y mayores. Es una fiesta para todos en la que pueden llegar a reunir tres generaciones de una misma familia”.

Antonio Ortiz ve bien los cambios que se han preparado para el guateque de este año. “Las pantallas, la retransmisión en tiempo real por las redes, que la gente ponga mensajes, todo esto le va a dar un aire de modernidad muy bueno, pero ojo, la esencia del guateque tiene que seguir siendo la misma”.

Antonio Ortiz o Antonio “Perele” disfruta el guateque en compañía de sus amigos. “Suelo regalar entradas a los amigos, porque así lo disfruto mucho más”. Ha conocido otros guateques como los de Ibiza o el de la Casarabonela, el pueblo malacitano, en el que los Canuthi estuvieron recientemente. “Todos tienen su encanto y se preparan con mucho trabajo e ilusión, pero no cambio ninguno por el nuestro. En Ibiza, por ejemplo, la música no me acabó de convencer del todo”.

Para el de este año, Antonio tiene la sensación de que la gente acabará respondiendo. “Exceptuando aquellos años en las que nos quitaban las entradas de las manos, en los años siguientes la venta se ha acelerado al final. Pienso que este año volverá a ocurrir lo mismo y que podremos disfrutar de una fiesta estupenda”.

En el final de la entrevista asoman de nuevo esos Canuthi con los que tan a gusto se siente Antonio. “Siendo un grupo heterogéneo, con gente de distintas edades y diferentes circunstancias sociales y labores, nos llevamos todos bien. Cuando trabajamos en algo, nos complementamos bien. Cada uno aporta lo que sabe y las cosas acaban saliendo. En un equipo de fútbol no podría haber once Mesis, hacen falta otro tipo de jugadores para que el equipo funcione. Pues esto es un poco lo que ocurre en nuestra peña”.

La entrevista llega a su fin y quedamos para el sábado, para compartir ese hermoso momento de baile con tantas personas en Los Jardines del Parque. Antonio disfrutará de la música y alegrará la noche a los más cercanos con ese ocurrente humor y sonrisa que siempre le acompañan.