Mario Quevedo tiene 17 años y lleva poco tiempo dedicado al esquileo artístico “desde esta Romería que me enseñó Jesús Andújar”. A Mario le llamó la atención los primores que, tijera mediante, Andújar dibujada en el lomo de las caballerías. Y fue este año cuando se decidió a pedirle al conocido tomellosero que le mostrará los secretos de las tijeras.

Asegura Mario que es una tarea muy complicada. Observamos que lleva los dedos envueltos en cinta aislante “para protegerlos de las heridas y ampollas que se producen testando tanto tiempo con las tijeras”. Es un trabajo muy entretenido y de mucha precisión “si das un mal tijeretazo luego lo tienes que arreglar”.

Los dibujos, geométricos en su mayoría, se los marca Jesús Andújar “y yo los hago como él me dice”. Además, estos singulares esquiladores labran letras en el lomo de las mulas, normalmente el nombre o apellido del propietario. Asegura que el animal no sufre durante el proceso dado que el artesano extrema la precaución para no “tirarle pellizcos a la mula”.