De los tres finalistas, el primero en actuar ha sido Víctor García. Al ser el último que actuó el día anterior y como el monólogo ha vuelto a ser el mismo, ha quedado la sensación de una repetición excesiva. Para futuras ediciones, la organización del certamen debería obligar a los finalistas a interpretar un monólogo diferente. Víctor ha comparado situaciones del pasado con la del presente, con mucho ingenio e imaginación, ya fuera sobre la educación de los hijos, los viajes veraniegos o las atenciones médicas.

José María El Jaro ha vuelto a ser el que más aplausos ha cosechado. Con un deje humorístico más conocido por el público, ha hecho disfrutar a la gente con sus disparatadas historias de diva y muerta de la Eusebia, la más pequeña de ocho hermanos que murió en un aparatoso accidente de tráfico al confundir unas gafas de sol con una compresa. La Eusebia ha leído su propia esquela funeraria en uno de los mejores momentos de su monólogo, ataviada con su camisón blanco y su enredado pelo, con el que se "aparece" a la gente.

Las actuaciones se han cerrado con Davis Corpa, partiendo de las vicisitudes de un reconocimiento médico que luego ha enlazado con otras rocambolescas historias. Mientras el jurado reponía fuerzas y deliberaba al mismo tiempo, el presentador ha ofrecido su propio monólogo de casi cuarenta minutos de duración.

El jurado, que ha presidido la concejala de Cultura, Nazaret Rodrigo ha emitido su veredicto y así se ha puesto fin a una velada en la que también han jugado su papel importante el técnico del Ayuntamiento, Miguel Brox; agentes de la Policía Local, los miembros de Protección Civil y personal del Ayuntamiento.