El Wabi-sabi, nos explica Nacho Martínez, es el concepto japonés que da título a la exposición y que define “la belleza de la imperfección a través de objetos cotidianos o la naturaleza”. Los dos artistas se unieron para llevar a cabo una especie de yuxtaposición de ilustración con fotografía, analógica en este caso.

Tras varios meses de trabajo y un largo proceso surgió la exposición que se inaugura ese sábado. Los cuadros están estructurados como una suerte de haikus visuales, con tres elementos, foto, ilustración y la unión de ambas. Una circunstancia que permite al espectador comprender la evolución de la obra. Ambos eligieron el país asiático como motivo de la muestra “porque conjuga la tecnología más de vanguardia con la tradición más antigua”.  Así, podemos ver fotos de ciudades vanguardistas, llenas de neones, unidas con carpas koi.

Beatriz Carretero ha trabajado a partir del material fotográfico de Nacho Martínez, de sus fotos de viaje en el país nipón y a la ilustradora le ha parecido muy interesante “trabajar con el concepto que nosotros tenemos de Japón y sus estereotipos culturales”. Carretero ha buscado elementos que pudieran contrastar con los motivos de las fotografías “siendo, a la vez, cosas tradicionales como almendros, geishas o máscaras del teatro kabuki”.

Carretero y Martínez cuelgan en El Rinconcito diez obras con nombres de conceptos e ideas del país del sol naciente, Ukiyu, Haiku, Ikebana, Kogarashi, Tera, Satori, Komorebi, Yugen, Kabuki y Gaman.