Antonio Guerrero, tiró de ella. Estaba rota. El mástil, más
allá de la caja, sin más nexo que las cuerdas.
-Ésta era la guitarra de la Aurorita
-¿Es que tocaba? -preguntó don Lotario con estrañeza.
-A manotazos. Mejor dicho, a dedazos… Na. Ruidos.
-Parece como si al dar un palo con ella se hubiera tronchado…
Plinio, en cuclillas, sin tocarla, la miró despacio.
FRANCISCO GARCÍA PAVÓN
El caso mudo
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Sábado, 4 de Mayo del 2024
Sábado, 4 de Mayo del 2024