Cuando se declara una emergencia en cualquier aspecto
de la vida es porque existe una situación grave y alarmante (un incendio, un
terremoto, un infarto, un accidente de coche, una epidemia, una quiebra...)
ante la que hay que tomar medidas urgentes e inmediatas. Esto exige dedicar
tiempo, esfuerzos y medios humanos y materiales para solventar la emergencia,
que ha sido detectada y declarada, mediante medidas valientes y adecuadas.
El Parlamento Español declaró la
Emergencia Climática en España el 17 de septiembre de 2.019, por 311 votos a
favor y 24 en contra, con el objetivo primordial de "1...comprometer todas
las futuras políticas del Gobierno para hacer frente a esta emergencia, así
como 2. ... activar, con la máxima urgencia, políticas transversales en todas
las acciones de gobierno, para alcanzar la neutralidad climática a más tardar
en 2050 y 3 Promover la inversión en I+D+I en nuevas tecnologías que
contribuyan a la descarbonización de todos los sectores de la economía española
susceptibles de emitir gases de efecto invernadero..."
El Ayuntamiento de Tomelloso, coherente con el mandato
parlamentario ha declarado a nuestra ciudad en emergencia climática, con
los votos de prácticamente todos los concejales del Ayuntamiento. Es la primera
decisión necesaria: hacer consciente a la ciudadanía de la situación de
emergencia para empezar a tomar medidas valientes y arriesgadas (eso sí, bien
meditadas) urgentemente. Medidas que hagan descender esa emergencia de
forma muy rápida.
Estamos convencidos de que esta declaración de emergencia
climática del Ayuntamiento no ha sido un gesto de cara a la galería, ni
para contentar a los valientes jóvenes de Juventud por el Clima, que se
manifiestan y exigen medidas concretas, ni un brindis al sol para quedar chulis
y modernos. Esa decisión es coherente con el informe de 11.000 científicos de
todo el planeta (publicada el 5-11-2019, en la revista científica
"Bioscience") que contiene un análisis
riguroso, recopilando datos a lo largo de más de 40 años, en el que se puede corroborar el
deterioro de los "signos vitales" del planeta. Es una realidad
implacablemente matemática: según pasa el tiempo sin hacer nada, los esfuerzos
que habrá que realizar en un futuro próximo serán más importantes. La década
2009-2019 ha sido una década perdida. Así que los nuevos electos (sean
concejales, diputados regionales/nacionales, o senadores) deben tomar medidas a
la altura de la urgencia sanitaria y climática que ya está aquí.
Los científicos proponen tomar medidas en
6 campos: freno a los gases contaminantes, transición energética protección de
la naturaleza, cambios en la alimentación, reforma del sistema económico y
estabilización de la población. Todo ello dentro de un enfoque que garantice
la justicia social y económica, para que no sean los más
pobres -personas o países- los más perjudicados por las medidas que deben
tomarse. Un Ayuntamiento puede hacer, en algunos de esos campos, más y mejor
que administraciones más alejadas de la ciudadanía.
Si se sigue la declaración del Parlamento Español,
cualquier decisión política o administrativa que se tome debe conllevar una
evaluación climática, donde la emisión de gases de efecto invernadero -o la
contaminación de tierra, agua o aire- sea un criterio determinante para aprobar
o rechazar las decisiones políticas o administrativas. En el plano municipal
debería conllevar potentes modificaciones en las ordenanzas municipales y la
creación de un poderoso departamento municipal (ocupado por expertos en clima y
energía, ingenieros agrarios, agentes forestales, abogados, policía
medioambiental…) con formación suficiente para diseñar y ejecutar un gran
programa contra la emergencia climática.
Sean cuales sean las medidas que se tomen, deben tener
fechas de terminación próximas: las emergencias no permiten plazos
largos. Para aportar un grano de arena en el debate y en los planes que
-suponemos- el Ayuntamiento ya está elaborando, se proponen aquí algunas
medidas que SÍ puede abordar un Ayuntamiento para mejorar la vida de sus
ciudadanos y del planeta. El Ayuntamiento servirá así como catalizador y
ejemplo para ciudadanía y empresas.
Para reducir los gases contaminantes:
-Creación de una red global de carriles bici en la
ciudad, sustituyendo una línea de aparcamientos de las grandes calles y
avenidas de Tomelloso por carriles-bici convenientemente señalizados y
protegidos por separadores seguro. La idea es que todos los carriles-bici
estén interconectados entre sí por calles transversales.
-Creación de una flota de transporte público de
autobuses eléctricos, gratuitos,
que recorran toda la ciudad, con horarios amplios.
-Instalación de una red de medidores de contaminación
atmosférica en puntos claves de la localidad, con publicación
instantánea de los resultados de las mediciones.
-Supresión del tráfico rodado los fines de semana
en algunas de las vías principales de la ciudad.
Tomelloso es una ciudad extensa, con mucha
ocupación de suelo y una densidad de población baja, lo que encarece el coste
de redes de saneamiento y agua potable, telecomunicaciones, electricidad.
También obliga a desplazamientos más largos para compras, colegios, ocio,
etc.…. Por ello,
-se propone priorizar la concentración
urbana mediante la rehabilitación de viviendas y solares urbanos existentes y
la remodelación de los degradados, evitando ocupar nuevas superficies de suelo
en el exterior del casco.
-Diferenciación del IBI -la
"contribución"- en función del uso del inmueble: se puede
bonificar a las viviendas que hayan emprendido procesos de rehabilitación dentro de los parámetros climáticos y ecosociales
previamente definidos.
Para proteger la naturaleza
-Arbolar la ciudad: Según la FAO, los árboles, colocados
estratégicamente, pueden llegar a reducir las necesidades de aire acondicionado
en un 30 por ciento, y contribuir a ahorrar un 50 por ciento de la energía
empleada en calefacción. Además, un árbol frondoso absorbe más de 100 kg de CO2
anuales. Por tanto, crear bosques urbanos, reproduciendo el modelo de
las calles Asunción Cepeda y Soria podría redundar en beneficios no solo
estéticos sino también económicos y ambientales: plantación de árboles en ambos
lados de las aceras de todas aquellas calles que tengan una anchura mínima y
aumento radical de la densidad arbórea de los nuevos parques, creando nuevos
espacios arbolados. Los técnicos municipales determinarán la mejor forma para
evitar problemas de raíces y seleccionar las calles más adecuadas. La ejecución
de esta medida debería ser permanente y constante, hasta lograr que, junto con
otras medidas, la ciudad se convierta en una “isla térmica protectora de las
olas de calor”. La participación y el acuerdo de los vecinos afectados sería
una garantía de éxito de esta medida.
-Subvención y reducción de impuestos municipales
a todos aquellos agricultores, cooperativas o empresas (agrarias o no) que
mediante contrato con el ayuntamiento, planten árboles de gran porte en lindes,
caminos y parcelas, comprometiéndose a mantenerlos (riego, abonado, protección
contra animales...) durante los primeros 10 años. Aquellos agricultores,
empresas o cooperativas que participen pueden ser premiados con etiquetas de
sostenibilidad y catalogando a sus productos como vanguardia frente al
calentamiento global: las nuevas generaciones están muy concienciadas sobre la
crisis climática, son los consumidores del futuro que se volcarán en la
adquisición de productos biológicos o con etiquetas de sostenibilidad y
rechazarán aquellos sin este tipo de etiquetas, o con etiquetas negativas. La
elección de viñadores o la concesión de ayudas y subvenciones a empresas,
asociaciones, clubes... también deberían contemplar criterios de emergencia
climática. Para que todo esto sea transparente se puede crear un Registro de empresas y asociaciones locales con buenas
prácticas ambientales.
-Transformación del antiguo vertedero del camino de
Campo de Criptana en un bosque denso. Parte de las plantaciones, y no solo
en plan simbólico, podrían hacerlas los estudiantes de escuelas e institutos
haciéndolas coincidir con el día de la tierra, del medio ambiente, del agua,
Agenda 21, etc.
-Enriquecimiento de la Agenda Local Escolar 21,
para incidir, fundamentalmente, en el conocimiento de la crisis climática y
reducir la pérdida de biodiversidad que ya sufre el planeta.
La instalación de un aula de la naturaleza en el antiguo vertedero (con modelos
de aerogeneradores, un parque fotovoltaico y otros elementos educativos)
ayudaría a la educación climática de jóvenes y adultos.
-Ubicación en Tomelloso de estudios de Formación
Profesional de Grado Superior de energías renovables y sobre agricultura
ecológica. La formación de nuestros jóvenes en estos terrenos favorecerá la
aparición de microempresas y negocios que ya cuentan con una fuerte demanda,
que será mucho mayor en un futuro inmediato. Se crearán muchos puestos de
trabajo que hagan bajar el alto porcentaje de paro que sufre la ciudad. La UE
apoyará este tipo de formación.
Para afrontar la Transición energética
La Agencia Internacional de la Energía -poco
sospechosa de ecologista o de alarmista- declaró en 2008 que ya se había
alcanzado el pico mundial de extracción de petróleo y otros hidrocarburos (el
máximo a partir del cual cada vez se extrae menos). Si cada vez se extrae menos
petróleo la demanda se disparará, el precio de los combustibles subirá por
escasez del producto y exceso de demanda. En este sentido, es necesario
transitar hacia un modelo económico bajo en carbono y en el que cada vez
se necesite menos petróleo. Las alternativas limpias al petróleo son las
energías renovables, que convierten en electricidad la luz y el calor del sol,
la fuerza del viento, la energía del agua en movimiento, o el calor potencial
de la biomasa. Por ello:
-Contrato de todo el suministro eléctrico municipal
con comercializadoras que proporcionen energía eléctrica de origen verde,
es decir, fabricada con fuentes renovables. Así lo han hecho ya más de 700
ayuntamientos españoles de todos los tamaños, desde Madrid a Barcelona pasando
por Vic, Zaragoza, Sant Feliú,Santiago o Gavá.
-Sometimiento a criterios medioambientales de todas
las empresas que contraten con el Ayuntamiento cualquier servicio: Las muy
emisoras de GEIs recibirán puntos negativos en licitaciones y contratos.
-Colocación de colectores fotovoltaicos en todos
los tejados de edificios públicos (Ayuntamiento, colegios, institutos,
juzgados, instalaciones deportivas, Policía Local, centros de barrio…).
-Un Ayuntamiento que ha declarado la emergencia climática propondrá a sus vecinos la instalación de placas fotovoltaicas en los tejados de sus casas. En Tomelloso hay miles de casas, la mayoría idóneas para fabricar electricidad sin producir Gases de Efecto Invernadero. Si además es un Ayuntamiento fuerte y comprometido puede seguir el ejemplo de Rivas-Vaciamadrid.
En esencia, el Ayuntamiento negocia con entidades
bancarias para que se concedan préstamos (a muy bajo interés o a interés cero y
avalados por el Ayuntamiento) a todos los vecinos que quieran llenar sus
tejados de colectores fotovoltaicos; las cuotas mensuales o anuales del
préstamo se devuelven con los rendimientos de las placas solares, de forma que
el vecino o vecina no desembolsa ni un euro. La instalación y puesta en marcha
se paga con el préstamo bancario; las cuotas del préstamo -variables- se pagan
con el rendimiento de las placas. Al cabo de 8-9 años el préstamo se ha
devuelto y la instalación es propiedad del vecino. En ese momento, el vecino
obtiene ingresos procedentes del rendimiento de los colectores solares en
forma de energía
eléctrica. El coste
estimado de la instalación, si se incluyen baterías, está entre 10 y 15.000
euros -según las características de cada vivienda- y conlleva un contador de
doble entrada, que permite "echar las cuentas" con la compañía
eléctrica. Lo más interesante es que desde que se instalan los colectores
fotovoltaicos, toda la electricidad fabricada no ha generado CO2.
-El Ayuntamiento puede estimular -mediante reducciones
de impuestos locales, subvenciones, premios, reconocimientos, etc.- la creación
de huertos solares en terrenos de particulares. También puede
proponer la creación de un gran parque fotovoltaico municipal, con
participación financiera voluntaria de los vecinos, que proporcione energía
eléctrica para las necesidades ciudadanas e industriales de la ciudad.
El coche eléctrico aterrizará con fuerza en nuestro
país, a precios competitivos, en los próximos 2 años. Las grandes marcas
los fabrican ya en serie y contarán con subvenciones gubernamentales.
-Nuestro Ayuntamiento puede renovar su flota con
vehículos eléctricos y al mismo tiempo construir varias electrolineras
municipales, para recargar sus vehículos y los de particulares que lo deseen.
Esto "animará" al sector privado para instalar también sus propias electrolineras.
Si tanto las públicas como las privadas se alimentan con colectores
fotovoltaicos se estará trabajando en dos frentes al mismo tiempo.
Ha de tenerse en cuenta que en Tomelloso y comarca
existen empresas con experiencia en la instalación de colectores fotovoltaicos.
Las medidas que aquí se proponen crearán muchos puestos de trabajo
especializados, permitiendo a esas empresas expandirse por otras ciudades y
comarcas.
-Negociación con los supermercados locales para
que sus plazas de aparcamiento exterior sean recubiertas con colectores
fotovoltaicos.
Ayudas a las empresas. Las empresas metalúrgicas de Tomelloso necesitan mucha
energía por las propias características de sus procesos productivos. Nuestro
Ayuntamiento debería exigir a la JCCM líneas de subvenciones para que ITECAM
investigue, a fondo y de manera sostenida en el tiempo, sobre procesos de
eficiencia energética en este tipo de procesos. Como el Mercado de Derechos de
Emisión de CO2 se acabará implementando más pronto que tarde también para las
medianas empresas, es muy probable que toda instalación emisora de dióxido de
carbono deba comprar Derechos de Emisión o tomar medidas compensatorias.
Nuestro Ayuntamiento podría conveniar con la Asociación Comarcal de
Empresarios, el ofrecimiento de terrenos gratuitos o a muy bajo alquiler a esas
empresas, para que planten tantos miles de árboles como sean necesarios para
compensar su huella de carbono.
-En concordancia con la medida anterior, -mediante
subvenciones y otra medidas- se puede animar a los propietarios de tierras en
varios kilómetros alrededor de la ciudad para que planten árboles, en la
idea de crear un bosque denso alrededor de la ciudad, una corona circular
boscosa que ayude a Tomelloso a completarse como isla térmica
protectora de las olas de calor y genere biodiversidad en flora y fauna. Ya se
sabe: un árbol frondoso absorbe más de 100 kg de CO2 anuales.
-Los restos de poda de viña, olivo, pistacho,
almendro, etc., así como sus residuos y restos de carpintería pueden ser utilizados
como combustible renovable de una central térmica de producción de agua
caliente y electricidad local. Una Universidad nórdica formuló un proyecto en
este sentido. ¿Por qué no recuperar ese proyecto -u otro parecido- y ponerlo en
marcha? Mejor eso que la locura de enviar esa biomasa a Puertollano (a 140 km
de aquí, con alto coste energético del transporte y la correspondiente emisión
de CO2). Recordemos el lema ecologista: piensa globalmente, actúa
localmente.
-Para mejorar la alimentación:
La producción de carne en el mundo alcanzó los 309
millones de toneladas en 2013. Para el año 2050 se espera alcanzar los 465
millones de toneladas. Para producir un kilo de bovino se necesitan 15.000
litros de agua (consumo del animal, riego de cereales para alimentación, etc.)
para un kilo de cerdo 4.900 litros y para producir un kilo de ave se necesitan
4.000 litros de agua. El ganado es el responsable del 14,5% de las emisiones de
gases de efecto invernadero a nivel mundial; solo el ganado bovino es responsable
del 9,7%. Además, el conjunto del ganado es responsable del 50% de las
emisiones de metano (FAO).
Reducir el consumo de carne -sobre todo carne roja- es
una necesidad del planeta. Una dieta basada principalmente en vegetales y con
menor consumo de productos animales reducirá significativamente las emisiones
de metano y otros gases de efecto invernadero y, a su vez, liberará tierras
agrícolas para el cultivo de alimentos humanos, en lugar de alimentos para el
ganado.
-Un Ayuntamiento puede conveniar con las empresas
que gestionan los comedores escolares el paso a menús saludables, con menor
consumo de carne y mayor de productos agrarios. Se pueden organizar actividades
de formación para familias, organizar campañas de promoción de tapas y pucheros
saludables...
-Creación de una campaña de concienciación
medioambiental en colegios, Institutos, centros de barrio y de mayores,
llevando a miembros de “Juventud por el Clima” y otros activistas
medioambientales por estos centros, así como en la radio y televisión locales
(en Italia una asignatura sobre Cambio Climático será obligatoria a partir del
próximo curso). Esta medida debería ser inmediata, aprovechando la fuerza y la
ilusión que estos jóvenes activistas y la repercusión mediática de sus
movilizaciones y propuestas tienen en estos momentos.
Todas las medidas anteriores -y muchas otras que se
deberán tomar- conllevan un fuerte aumento de la plantilla actual de
jardineros, agentes medioambientales y titulados superiores del ayuntamiento de
Tomelloso, pero sobre todo el compromiso de luchar decididamente contra la
crisis climática y poner a nuestra ciudad como referente en este aspecto, lo
que generará, además, la creación de empresas y puestos de trabajo
especializados.
La nueva Comisión Europea ha propuesto el Pacto Verde
Europeo, cuyo objetivo principal es la lucha contra la crisis climática, a
la que dedicará un presupuesto de más 100.000 millones de euros entre 2021 y
2027. Se utilizará el Mecanismo para una Transición Justa
que financiará la formación de los trabajadores y jóvenes para
obtener capacidades y competencias para el mercado laboral del futuro;
ayudará a las pymes, empresas emergentes y viveros de empresas, a crear nuevas
oportunidades económicas y apoyará las inversiones en la transición hacia las
energías limpias.
Un segundo fondo de ese mecanismo movilizará
inversiones en energías sostenibles y transporte (al tren, amigos, al tren). Un
tercer fondo proporcionará préstamos al sector público para inversiones en las
redes de calefacción urbana y la renovación de edificios. La Comisión
presentará una propuesta legislativa para la creación de todos estos mecanismos
en marzo de 2020. Aquellos que siguen negando la emergencia climática y la
penuria energética solo tienen que pensar en esta política europea y mirar a
Australia e Irán, donde encontrarán muchas respuestas.
Parece que nuestro Ayuntamiento ha iniciado una
agenda europeísta e internacional. Implicarse a fondo en la lucha contra la
crisis climática puede proporcionar muchos fondos europeos y muchas
oportunidades para empresas y ciudadanía, además de reforzar esa agenda
europeísta. Todo ello con el objetivo de afrontar la ineludible crisis
climática que ya padecemos.
Si nuestros líderes políticos,
económicos y sociales quieren que Tomelloso deje de perder población y de ser
la tercera ciudad de la región (de más de 30.000 habitantes) con más paro, no
queda más remedio que conseguir en esta legislatura los servicios e inversiones
que disfrutan otras localidades más pequeñas y lanzarse por la vía social,
económica y política de lucha contra la crisis climática que sufre ya el
planeta.
En la próxima entrega hablaremos de los servicios
sanitarios en Tomelloso.
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Miércoles, 27 de Marzo del 2024
Jueves, 28 de Marzo del 2024
Jueves, 28 de Marzo del 2024