El
significado de “educar” tiene su origen en expresiones cuyo sentido
primero era el de “guiar, ver, conducir”. Guiar a los nuevos miembros de
la tribu hacia lo que se consideraba bueno;
hacer ver lo bello y advertir de lo peligroso; conducir por el camino
hacia la madurez para que esos nuevos miembros continuaran la labor de
guiar, de ver y de conducir, es decir, de educar, a las siguientes
generaciones.
Hoy
la Educación es un derecho. Es mucho más que ver, conducir y guiar. Es
más que la preparación para la vida: la Educación ya es la vida. La
Educación, como dijo el filósofo John Dewey,
es el único bien que nadie nos puede arrebatar. No podemos dudar de que
es la posesión más valiosa y duradera que podemos extraerle a nuestro
paso por el mundo.
La
Educación es una inversión en la persona, en la sociedad, y en su
futuro. Cada vez que un chico o una chica aprende algo nuevo, ese
conocimiento se convierte en una herramienta que puede
o no ser utilizada, pero que solo el hecho de disponer de ella
transforma a ese chico o chica en alguien más fuerte, más versátil, más
cercano al éxito.
Por
otro lado, la Educación es un compromiso ineludible que la ciudadanía
debe exigir a sus gobernantes. Pero la Educación no pertenece a ningún
gobierno ni a ningún político, la Educación
no pertenece a nadie y nos pertenece a todos. Al igual que en la
Sanidad -que nos pertenece también a todos y no nos pertenece a nadie-
seguimos las indicaciones de los profesionales de la medicina o de la
enfermería, del mismo modo debe ocurrir con la Educación.
Si bien nos pertenece a todos, a quienes debemos escuchar es a sus
profesionales: los educadores y las educadoras. Ellos son los que están
capacitados para mirar por todo el alumnado.
Además,
la Educación debe adaptarse a la sociedad. Como ya he mencionado, la
Educación no es solo una preparación para la vida, es la vida; y en la
vida y en nuestros trabajos, en las calles
y en nuestras relaciones amistosas, afectivas y amorosas, vamos a
necesitar poner en práctica lo que aprendemos, ya sea sobre cambio
climático, sobre educación vial, sobre salud y adicciones, o sobre el
respeto a los demás.
Negar
un aspecto de nuestra vida cotidiana y excluirla de la Educación es
negar una parte importante de nuestra existencia. Toda Educación es
continuidad de la vida y como tal, debe parecerse
lo más posible a ella con el fin de prepararnos; y hay que confiar en
nuestros educadores y en su buena praxis. Yo confío en ellos. Estoy
convencido que nuestro profesorado sabe diferenciar entre ideas e
ideología. Gracias a sus ideas hemos construido un sistema
educativo admirable.
La
Educación es enseñar a pensar y conseguir que el alumnado adquiera el
pensamiento crítico, y para ello necesitan ver el mayor número de lados
del poliedro. Es el motor de la inclusión
y el empoderamiento. Es cierto que no tiene por qué haber un único mapa
educativo, que en ocasiones la brújula nos indica hacia dónde debemos
caminar, pero es importante que caminemos juntos. Las decisiones
educativas importantes deben llegar siempre mediante
un consenso, es la única manera de que la Educación no se convierta ni
se utilice como un arma política o ciudadana tan destructiva y sin
sentido.
Hoy,
día 24 de enero, se celebra en todo el mundo el Día Internacional de la
Educación. Celebremos que en nuestro país la Educación es obligatoria y
universal. Desde el Gobierno de Castilla-La
Mancha celebramos también que es, además, de calidad, inclusiva y
eficaz. Y tampoco olvidemos que todavía existen en el mundo más de
doscientos cincuenta millones de niños y niñas sin escolarizar. El mundo
no será plenamente justo mientras haya algún niño
o alguna niña a quien no se le ha permitido educarse.
Emiliano García-Page
Presidente de Castilla-La Mancha
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Jueves, 25 de Abril del 2024