Conocido el fallecimiento, desde la Concejalía de Festejos se convocó a concentrarse a las 16.30 h. en la Plaza del Rollo a todo aquel que quisiera despedirse de ella. Un llamamiento que recibió la respuesta de numerosas y apenadas viudas, viudos, nietas y nietos, que de todo había entre el cortejo fúnebre, para despedir a la tan querida “agüela”, como así era conocida y llamada por muchos de ellos y ellas.

Desde el rollo, la comitiva fúnebre se dirigió hasta el Ayuntamiento donde se dijeron algunas palabras en su recuerdo y  se interpretó la canción ‘Un beso y una flor’ de Nino Bravo.

Abatidos, los familiares y amigos se dirigieron de nuevo hasta la plaza del Rollo por la principal calle de la localidad, entre un riguroso silencio, roto únicamente por desgarradores llantos.

A la llegada a la plaza, para recuperar fuerzas, esperaba a la comitiva panceta, sardinas asadas y zurra con los que el Ayuntamiento invitó a todos los presentes.

Con las fuerzas algo repuestas, se animó a los grupos de familiares y amigos de la difunta a subir al escenario a compartir y demostrar la fuerza de su llanto.

Para mayor pena de los niños y niñas de la Pequeteca y Ludoteca Municipal, creadores de la sardina, esta fue incinerada en la misma Plaza del Rollo, despidiéndose así el Carnaval hasta el próximo año.

Cabe destacar la participación de la Charanga Metálica, que a pesar del triste momento sacaron fuerzas para poner música a este apenado día.