Era ya frecuente por aquella fecha ver llegar a los carros de
los vendimiadores. La vendimia tocaba su fin.
Y llegaban con las mulas enjaezadas a lo majo, con arneses
bordados de tachuelas doradas, borla roja en la cabezada y tiros de lujo. Los
carros venían ornados de guirnaldas de pámpanos y papeles de seda.
El carrero, en el estribo. Y las vendimiadoras bien colocadas, a ambos lados del carro. Al entrar en el pueblo cantaban a toda voz jotas y seguidillas.”
FRANCISCO GARCÍA PAVÓN
Historias de Plinio
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Miércoles, 24 de Abril del 2024
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