A
Francisco José Barato (Tomelloso, 1982) la pandemia le ha obligado a redoblar
esfuerzos en sus labores públicas. Varias semanas ejerció de alcalde accidental
por la baja de Inmaculada Jiménez y, además, ha seguido al frente de sus
obligaciones de concejal de Hacienda, de concejal responsable de Seguridad
Ciudadana y diputado provincial. Precisamente, esta entrevista se centra en la
actuación de la Policía Local durante el Estado de Alarma, aunque también aborda
temas relacionados con la economía y hacienda y la gestión de la crisis en el
Ayuntamiento. La entrevista tiene lugar en la Sala de Comisiones, sitio ideal
por la largura de una mesa que nos permitirá guardar adecuadamente las
distancias entre el edil y los dos periodistas de La Voz de Tomelloso.
—¿Viene teniendo
mucho trabajo la Policía Local durante el Estado de Alarma?
—Ha sido un trabajo mucho más intenso. Antes de que se
declarara el Estado de Alarma, cerramos espacios públicos y tuvimos una reunión
con el Jefe de Policía para coordinar las actuaciones y marcar un protocolo
inicial para hacer frente a la situación que venía. El virus ha afectado
también a la propia plantilla de la Policía. Hemos llegado a tener doce agentes
con el virus, ahora solo quedan tres, pero hubo momento en el que la plantilla
estuvo muy en cuadro. Decidimos aislar a los distintos equipos para evitar la
propagación y cuidar mucho los cambios turnos para evitar que los agentes
coincidieran en las dependencias. Pero no hemos dejado de prestar todos los
servicios que han sido necesarios con controles de vigilancia estáticos y
patrullas a pie.
—En unas
circunstancias tan excepcionales, ¿se ha acentuado la coordinación con otros
Cuerpos de Seguridad?
—Se ha reforzado con la Guardia Civil, con servicios
que se han llevado a cabo entre agentes de los dos cuerpos. También ha habido
una coordinación importante con Protección Civil, el Ejército, la UME…no solo
en tareas de control y vigilancia, sino en las labores de desinfección que
se han llevado a cabo en el Hospital, las residencias, centro de salud, las
calles y otros espacios públicos. Siempre nos hemos puesto a su entera
disposición. Quiero destacar el buen trabajo que ha realizado la Policía de
Tomelloso y también de otros cuerpos como Guardia Civil, Bomberos y Policía Nacional en
estas difíciles circunstancias.
—¿Han tenido que
imponer los agentes muchas denuncias por incumplimientos de los vecinos?
—Durante las primeras semanas la labor fue mucho más
informativa que sancionadora. Se fue explicando a los ciudadanos las normas
establecidas en cuanto a distancias, horarios, medios de protección y demás.
Cuando después de una vigilancia importante se veían reiterados
incumplimientos, era que cuando llegaba la sanción. El dato que tengo, conjunto
entre Policía y Guardia Civil, es que en Tomelloso se han impuesto cerca de mil
cuatrocientas sanciones. Pueden parecer muchas, pero hay casos de reiteraciones
de una misma persona; el grado de cumplimiento de las medidas ha sido alto. Los
ciudadanos de Tomelloso están teniendo un comportamiento ejemplar durante la
pandemia. De hecho, se han llevado a cabo solo ocho detenciones. La sociedad ha
estado colaborativa con los dos cuerpos.
—¿Cuáles han sido las
infracciones más frecuentes?
—En las primeras semanas en las que la movilidad estaba
más restringida, las infracciones que más se repetían eran por estar por la
calle sin causa justificada, la reiteración de una persona que incumplía y a la
media hora la volvías a ver o también algunos grupos de cuatro o cinco personas
que estaban alrededor de un banco. Eran casos puntuales, dentro de un
comportamiento general muy bueno.
—Con la desescalada
la gente empieza a salir, pero existe el riesgo de una confianza excesiva que
pueda desembocar en un paso atrás, ¿cómo lo ve usted?
—Tenemos que ir habituándonos a la vuelta a la
normalidad. Tomelloso es una ciudad de 36.000 habitantes y es lógico ver mucha
gente a la hora del paseo por la avenida Antonio Huertas, Juan Carlos I o la
propia plaza. Pero debemos permanecer vigilantes porque el virus aún no se ha
ido. Lo estamos venciendo, pero no lo hemos derrotado. En este sentido, me
gustaría dirigirme a la gente más joven, que es la de menos riesgo. A todos nos
apetece recuperar la vida que hacíamos antes, pero los jóvenes deben actuar con
responsabilidad y cautela, primero por ellos y luego porque vuelven a sus
casas a convivir con sus familiares
—Hay gente que no
tiene claro el horario de las terrazas y lo asocia al del paseo, ¿Cómo lo
aclaramos?
—Todo esto es normativa nacional que deja algunas cosas
en el limbo, porque sí hay un horario para pasear o hacer deporte, pero no para
hostelería. El sector desarrolla su actividad dentro del horario que tienen
permitido.
—En Tomelloso también
se han visto manifestaciones de grupos protestando contra la gestión del
Gobierno central en esta crisis, ¿qué opinión le merece?
—Quien quiera se puede manifestar con libertad, pero
apelando siempre a la responsabilidad y sentido común. Salir a reivindicar
libertad, cuando estás siendo completamente libre para salir a reivindicarla no
deja de ser paradójico. Estamos en un Estado plenamente democrático en el
que se ha tenido que recurrir al Estado de Alarma por una crisis sanitaria. Ha
quedado demostrado que el confinamiento era la mejor fórmula de combatir el
virus para evitar la propagación y así lo demuestran los datos. Y lo digo
reconociendo los errores que hayan podido cometer las distintas
administraciones. Nadie estaba preparado para esto y ha habido que ir tomando
decisiones en función de unas circunstancias. No comparto el momento en que se
han realizado estas manifestaciones porque la seguridad debe estar por encima
de todo. Después de lo pasado y lo que han luchado los ciudadanos no podemos
dar pasos atrás.
—¿Qué medidas
destacaría de todas las que ha ido adoptando el Ayuntamiento en estos dos
meses?
—Hemos tomado medidas más oficiales, como la del cierre
de espacios públicos, la suspensión de actividades deportivas y culturales, el
mercadillo…en definitiva todo lo que implicara concentración de personas. Pero
ha habido medidas más humanas en el sentido de que la Policía ha prestado un
servicio más asistencial a los ciudadanos, ha ido recopilando los materiales
que se han hecho llegar al Ayuntamiento por parte de diversas entidades y lo ha
llevado a sus puntos de destino. Incluso, la Policía ha vivido situaciones muy
duras y complicadas llegando a domicilio en el que se han encontrado con una
persona muy enferma o fallecida.
—La pandemia ha
venido a trastocar el esquema de prioridades, ¿significa esto que los
presupuestos tendrán que sufrir una variación sustancial?
—Está claro que experimentarán un cambio importante. En
un primer momento nos dedicamos a lo más urgente y prioritario, sobre todo en
aquellos días tan complicados en los que el Hospital se vio desbordado. Pero
una vez que esto fue pasando, ahora viene la segunda parte: cómo recuperamos a
las empresas, cómo recuperamos la situación social y económica de las familias.
Todo esto sin parar la maquinaria del Ayuntamiento que tiene que seguir pagando
a sus proveedores y atendiendo sus compromisos. Fue una instrucción que dí en
intervención: no se pueden dejar de pagar las facturas a las empresas que,
en una situación así, necesitan los fondos con más urgencia. Y un poco lo mismo
sucede con las ayudas sociales. Hubo familias que se encontraron en situación
de desempleo y hubo que agilizar la tramitación de las ayudas y el pago
posterior.
—La suspensión de la
feria es el ejemplo más claro de que los números van a cambiar, ¿no es así?
—Desde hace tiempo sopesábamos que la feria no podría
celebrarse, o mejor dicho, que sería una feria muy distinta a la que estamos
acostumbrados a ver. La feria se prepara, precisamente, en estos meses y hemos
permanecido expectantes a ver qué pasaba. En la última semana de agosto tampoco
sabemos cómo vamos a estar. La feria no es solo lo que prepara el Ayuntamiento
en un programa, es también una parte muy importante de la economía de la
ciudad. Por eso, estamos en la obligación de que esa última semana de agosto haya
algo, adaptado a lo que las circunstancias permitan, y que no pierda ese
carácter tan especial que tiene para todos los tomelloseros.
—En su condición de
diputado provincial, ¿cómo analiza la actuación de la Diputación en esta
crisis?
—Creo que ha sido una actuación ejemplar. Desde el primer momento se entendió que había que poner a disposición de los Ayuntamientos todos los recursos. Se dispuso un millón de euros para hacer frente al Covid—10, con EPIs, servicios profesionales de desinfección y otras inversiones. Y ahora se ha puesto otro millón de euros más, que para Ayuntamientos de la dimensión del de Tomelloso es un complemento muy importante, mientras qeue para Ayuntamientos más pequeños ha sido un auténtico salvavidas.
—El de Hacienda es un
departamento transversal, el resto de dependen de él para llevar a cabo sus
proyectos y actividades, ¿es esto, quizá, lo más complicado del área que
preside?
—Como suelo decir, todo lo que mueve el Ayuntamiento
acaba en contratación administrativa por un lado, en Hacienda por otro, y en la
mayoría de los casos requiere la colaboración de Policía, es decir, que me
encuentro en una situación de intervenir mucho en todo. Somos un poco “los
malos de la película” porque las necesidades y demandas son infinitas, pero los
recursos son finitos. Pero esto es una señal de la buena salud de este Equipo
de Gobierno, donde las ideas y los proyectos no se acaban nunca. Lo bueno es
que un concejal de Hacienda se siente un poco partícipe de los proyectos de
otros concejales
—Desde un prisma más
personal, ¿cree que el covid—19 nos obligará a cambiar muchos patrones de
nuestra forma de vivir y pensar?
—Creo que nos ha obligado ya. Independientemente, y ojalá
sea muy pronto, de que surja una vacuna hay aspectos que ya han cambiado,
incluso algunas es bueno que cambien. En el ámbito concreto de la
responsabilidad pública lo ocurrido nos obligará a acelerar todo lo relacionado
con la administración electrónica, que el ciudadano pueda realizar sus
gestiones las 24 horas al día.
—Le ha tocado vivir
esta experiencia tan dolorosa en la función de alcalde accidental, ¿cómo lo ha
vivido?
—Me he sentido siempre arropado, porque la alcaldesa, a
pesar de su baja por maternidad, ha estado siempre al pie del cañón, de una
manera irreprochable, a pesar de que haya quien ha querido hacer algunas
críticas muy injustas. Con ella, y aprovechando las tecnologías, ha habido un contacto
fluido, también con el personal de alcaldía y los distintos concejales. Los
peores días para mí fueron los de la última semana de marzo, cuando las
cifras eran las más dolorosas. Pero todavía más descorazonador era pensar
que todavía podrían venir días peores que aquellos. A nivel sicológico era muy
complicado.
—¿No les hubiera
gustado tener una mayor conexión con los grupos de la oposición a la hora de
hacer frente a esta crisis?
—Desde el primer momento, antes de tomar las primeras medidas, convocamos de urgencia una junta de portavoces para informarles. Esto no es una cuestión de colores políticos, el enemigo es el virus, pero lamentable otros han entendido que el enemigo ha sido el Equipo de Gobierno. Esas campañas que se han movido en las redes sociales o el hecho de jugar con el número de fallecidos nos han dolido mucho. El 17 de abril convocamos una junta de portavoces y pusimos sobre la mesa los libros de registro del cementerio, con los certificados de fallecimientos que emiten los facultativos. Los datos estaban ahí. Era una situación desagradable estar contando el número de muertos que, ante todo, son personas. Pedimos que dejáramos a los muertos fuera del debate. Pero solo dos horas después, el portavoz del grupo mayoritario de la oposición siguió cuestionando los datos en las redes sociales. Es un momento de estar unidos, y cuando todo esto pase, veremos las responsabilidades.
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Lunes, 29 de Abril del 2024
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