Que en este mundo hay gente para todo ya lo dijo en su
día el famoso torero Guerrita. Los gustos, habilidades y hasta las manías reposan
en el interior de cada uno de nosotros…y nosotras. Una de las demostraciones
más palpables de esta aseveración la podemos encontrar en los récords tan
variopintos que a menudo aparecen en las noticias de los periódicos.
Como en botica, hay records Guinness de todos los
calibres y para todos los gustos…o disgustos. Porque los hay que se ostentan obligados por
la naturaleza sin más pretensiones ni esfuerzos, sin necesidad de preparaciones
previas para quienes los tienen y que pueden ser muy agradables para aquellos
que los disfrutan o sumamente molestos para quienes los padecen.
Existen al contrario récords que son fruto de un
esfuerzo, siendo los más plausibles aquellos que reportan algún beneficio
propio o ajeno y por supuesto que también los deportivos. Después están los que
se buscan a conciencia sin más ánimo que pasar a la posteridad y que no
requieren mayor mérito que la ocurrencia y la paciencia. Porque los hay que
bien sirven como ejemplo de que “sarna con gusto no pica”. Estar en posesión
del récord de tener las uñas más largas por poner un ejemplo poco doloroso pero
mogollón de molesto o aquel que ostenta un paisano de nuestra provincia que
consiste en colgarse de su cara a base de pellizcos un “porrón” de pinzas para
tender la ropa cubriéndola completamente; verlo, créanme, produce sarpullidos
pero el “récordman” por lo que pudimos ver lo disfruta tan tranquilo y tan
contento.
Uno de los tipos de récords que más atrae a la gente es aquél
que mide la capacidad de aguante o los que provocan capacidad de asombro ante
la originalidad del mismo, como es el logrado mucho más lejos de nosotros por
una mujer de Formosa propietaria de una granja de cerdos. La “récordwoman” en
cuestión ha batido el record de cazar…mosquitos. Cuatro millones de dípteros se
ha metido en el zurrón está cazadora oriental en un solo mes; ustedes se
preguntarán cómo ha podido hacerlo; pues desde luego que a base de paciencia no
tanto para cazarlos, que también, sino para contarlos después.
Y es que el método empleado sería calificado por los
ecologistas como “criminal” porque la extintora ha utilizado un método
mosqueante, nunca mejor dicho pues se ha ayudado de unas potentes máquinas que
atraían a los bichitos de manera masiva. Esta “masacradora” de mosquitos,
además de pasar al libro Guinness se ha embolsado una bonita cantidad de dinero
ya que su botín ha servido para publicitar a una casa de insecticidas.
Considero que concederle este premio, ya digo, más que
por haberlos cazado debe haber sido por la paciencia que ha tenido en
contarlos. Porque tiene bemoles contar cuatro millones de mosquitos, aunque los
haya cazado y contado en un mes; ni que fueran ovejitas en unas prolongadas
noches de insomnio por motivos laborales. Por cierto ¿alguien me puede decir
quién demonios posee este récord?
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Miércoles, 17 de Abril del 2024
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Jueves, 18 de Abril del 2024
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